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Caleta Olivia
En la reacondicionada plazoleta ubicada sobre la calle almirante Brown se procedió al descubrimiento de una placa y reconocimiento a las mujeres que “abrazaron” a los soldados que pasaron por Caleta Olivia durante 1982 camino a las Islas Malvinas. El acto fue presidido por el Intendente Facundo Prades.
“En honor a toda la ciudadana que desde el amor y la solidaridad dieron todo por nuestros héroes” es parte del texto de la placa que el intendente Facundo Prades descubrió ayer por la mañana acompañado de las familias reconocidas que cobijaron y acompañaron a tantos jóvenes que pasaron por nuestra ciudad rumbo a Malvinas.
Durante el acto estuvieron, además del Jefe Comunal, los veteranos Pablo Carrizo y Sergio Ferreyra, Secretarios Comunales y el presidente del Honorable Concejo Deliberante Javier Aybar.
En el boulevard situado frente al mar donde se encuentra el monumento a las madres que durante la guerra acompañaron a los soldados que pasaban por este lugar como parte del camino hacia la guerra, se hizo entrega por parte de las mujeres presentes de la bandera que fue izada durante la Guerra de Malvinas en nuestra ciudad y que se encontraba en resguardo de Rosa Cruz, a los veteranos para que forme parte de la Sala Itinerante.

Familias
Las familias reconocidas fueron: Terraz/ Cruz, familia de don Rolando Quintero, Olivera, Malagueño Contreras, al Centro de Veteranos de guerra y a Protección Civil que brindaron cuidados y atención y no fueron solo un destacamento de paso.
Al momento de dirigirse a los presentes Rosa Cruz, visiblemente emocionada dijo si bien “no quisiera llorar no puedo evitarlo” al relatar situaciones vividas con los jóvenes soldados y “lo triste que era, sufrimos con ellos, les dimos calor, antes de irse nos daban un papelito con el número para que llamáramos a sus mamás, este dolor que llevo adentro va a permanecer conmigo siempre, a veces me pongo muy sentimental, muy sensible, la hemos pasado muy mal, los vimos llorar, nos pedían que los ayudemos, muchas veces hacíamos de ambulancia llevándolos al hospital de Comodoro Rivadavia, pedían algo y había que estar con ellos”.
Todavía recuerdo, “los pozos del zorro en las orillas del mar, ahí estaban los chicos llenos de agua, se acercaban a pedirnos café, algo calentito y los descubrían lo habían hacer salto de rana para que pasaran frío, el pueblo no va a olvidar nunca esto”.
“Eran tan jóvenes, tan pibes que solo podíamos pensar que podrían ser nuestros hijos, me gustaría que los jóvenes de hoy le den valor a lo que pasó, que sepan y conozcan que sucedió, que sepan darle valor a la vida, a nuestra hermosa bandera que flamea como a mí me protegió siempre” y valoró que en ese momento “había tantas familias que colaboraban, mujeres que se encontraban en los colegios a tejer medias y bufanda, a hacer tortas fritas, era maravillosa la ayuda del pueblo”.