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Buenos Aires
El tripulante le había contado a su mujer que la embarcación “estaba cada vez peor”. Le dejó pruebas de las fallas por si no volvía
Este domingo se conocieron algunas de las últimas palabras que Ricardo Gabriel Alfaro (37), cocinero del ARA San Juan, le dijo a su esposa Andrea Mereles (38), el 25 de octubre de 2017, antes de embarcar a un viaje del que, al igual que los otros 43 tripulantes, nunca regresaría.
La embarcación fue encontrada el pasado noviembre a 908 metros de profundidad, y el testimonio de Mereles abona la teoría que circula entre los familiares de las víctimas sobre el mal estado de la nave.
“Me olvidé de decirte que te amaba mucho, y te pido perdón si alguna vez te hice daño. Nos vemos los primeros días de diciembre. Y si no vuelvo, hacelos mierda. Si algún día yo no estoy, ya sabés, no les perdones nada”, esas fueron, según su esposa, las últimas palabras de Alfaro. Con miedo, con la sospecha de que no volver era una posibilidad.
“Me decía: ‘El ARA está cada vez peor. No sé cómo quieren navegar así’. Pasaba de todo: cortes de luz, principios de incendio, fallas en las válvulas…”, relató Mereles a la periodista Vanesa Miyar, que este domingo dio a conocer el testimonio en el diario de Río Negro. Y dijo que su esposo vivía con miedo

Problemas
“‘Siempre tenemos novedades, problemas’, me decía Gaby después de cada navegación”, recordó la mujer, y amplió con otra frase de su pareja: “‘El ARA está cada vez peor. No sé cómo quieren navegar con el submarino así… Nosotros no valemos nada para la Armada. Somos chanchitos de la india para ellos…’”.
“Él era un militar muy obediente y derecho, pero no quería navegar más ahí. En 2016 pidió el pase. Quería irse a Misiones, para trabajar en el Comando de la Fuerza de Submarinos (COFS). En 2017 le salió ese traslado y éste hubiera sido su último viaje. Y mirá lo que nos pasó. Incluso pidió bajarse de esta navegación, porque iba otro cocinero como suplente, y para él no era necesario que dos suboficiales estuvieran para la cocina, pero le dijeron que no”, narró Mereles.
Andrea Mereles es por estos días unas de las tantas esposas que espera ser citada para declarar ante la jueza Marta Yañez, a cargo de la causa que investiga el hundimiento. Lo interesante es que la esposa del tripulante no sólo cuenta con las palabras de su marido, sino que, además, aseguró tener fotos y videos de esos episodios, documentación valiosa para la causa.
Entre el material hay un video que Alfaro filmó con su celular a bordo del submarino, durante una navegación que realizó en el año 2016.
También fotos que fueron tomadas también a bordo de la nave. Se muestran las curaciones a las que tuvo ser sometido uno de los tripulantes que, junto a otro submarinista, sufrió lesiones cuando “saltó una válvula”. “Uno será citado a declarar. El otro es uno de los 44?, manifestó Andrea.
“Lo de las válvulas no recuerdo si pasó en un viaje que realizaron en 2015 o en 2016. El que se ve en la foto es Manuel Debrina, un suboficial que está citado a declarar por este tema a fines de este mes. Tuvieron que darle 5 o 6 puntos de sutura, porque la válvula le pegó en la cabeza. El otro accidentado era el suboficial Sánchez. Él está entre los 44”.
El video, mientras tanto, mostraría un corte de luz que se registró en plena navegación, según reveló la esposa del cocinero Alfaro.
Mereles ya notificó a la jueza a cargo de la causa, Marta Yáñez, pero aún no fue llamada a declarar. En otro pasaje de la entrevista afirmó que su pareja le notificó que “los siguió un submarino inglés”. “Contó que habían visto a un barco ‘hacer cosas ilegales (él no me precisó qué)’ y tras esto se comunicaron con la base de Malvinas, y apareció ese submarino que los persiguió”. “Por eso a veces pienso que pasó algo más fuerte”, lamentó.
Hubo indicios que hacen pensar en que Alfaro sabía del riesgo que corría. “Ahora lo veo. Me firmó un poder para que pudiera tramitar una casa que estábamos pagando. Pasó el seguro, que estaba a nombre de su padre, a mi nombre. Y el día que tenía que embarcarse, no se quería ir”, recordó, antes de repasar los últimos movimientos de su marido, que a la luz de lo que después ocurrió toman nuevos sentidos. También le dejó las pruebas y papeles ordenados sobre el submarino.
“Le dije ‘No vayas si no querés’, pero me contestó que ‘me van a meter un cana’ (es decir, que hubiera sido sancionado) y me pidió que llamara a un remís. Se despidió de los chicos (un hijo de ambos de 9 y una adolescente de 18, a la que crió desde los 7). Y después me besó y se fue con el remís, pero hizo dos cuadras y volvió. Ahí me dijo que, si no volvía, no les perdonara nada a los de la Armada. Todavía no puedo creer lo que nos pasó. Hubiera sido su último viaje, porque el traslado ya estaba. Y fue el último, porque nunca volvió”, precisó la mujer:””Por eso quiero Justicia, pero la investigación está parada”, criticó.
En noviembre de 2017, Infobae publicó el testimonio de María Itatí Leguizamón, quien cuando la búsqueda del submarino paralizaba al mundo y todavía se buscaba a los 44 con vida, declaró a este medio que su marido, Germán Oscar Suárez, le había contado que en 2014 había habido una falla en el mar durante la que “pensaron lo peor”. No son los únicos testimonios que apuntan al estado del San Juan.
Entre otros, Ruth Toconás, esposa del submarinista Mario Toconás, dio a conocer a los medios una libreta en la que su marido detallaba los problemas en la embarcación.