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Río Turbio
En el medio de su casi total perdida de productividad se sucedieron la tragedia de los 14 mineros muertos en un accidente en 2004, y los millonarios sobreprecios y desvíos de fondos durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández vinculados a la construcción de la Usina Eléctrica y a la propia administración del yacimiento, que terminaron con el ex ministro de Planificación Julio De Vido detenido, entre otros funcionarios.
Entre 2004 y octubre de 2018 la mina santacruceña no logró una regularidad en su producción, como en los 70, 80 y parte de los 90, y la mayoría de los equipos que la intervención kirchnerista adquirió en Europa en ese período, como los sostenes hidráulicos polacos, estructuras de ventilación y cintas de transporte, fueron quedando arrumbados en galpones en sus empaquetaduras originales sin que se sumarán a los procesos.
La producción alcanzó mínimos de 30 mil toneladas anuales en el gobierno de Cristina Fernández. Muy lejos del millón anual de fines de los 70.
Desde noviembre de 2018 la producción mensual promedia las 30 mil toneladas y está siendo vendida a Brasil y San Juan. Se estima que al cumplirse el año de producción continua se habrán sacado unas 360 mil toneladas de material.
Las proyecciones de las autoridades de Yacimientos Carboníferos Río Turbio indican que en 2020 las extracciones anuales llegarán a las 500 mil toneladas y en 2025 tocarían el millón. Las ventas de carbón este año significarán ingresos de US$ 12 millones y en 2020 superarían los US$ 24 millones.
El presupuesto actual de la empresa es de 870 millones de pesos y, junto con el aumento de producción, podrían elevarse a 1.600 millones en 2020. En la era K el presupuesto llegó a los 3.500 millones de pesos al año con nula actividad y cero ventas. Bajo la gestión de Sergio Taselli, detenido y excarcelado por la causa de los Cuadernos, se profundizaron las contrataciones masivas de personal por salarios solo comparables con las remuneraciones petroleras aunque en una empresa congelada.

Auditoria
La auditoría emprendida por el actual interventor, el radical Omar Zeidan, encontró a unos 100 trabajadores que sólo eran capaces de justificar un mes labores al año, según señalan las nuevas autoridades.
Agregan que también descubrieron, entre otros numerosos hechos llamativos, que la firma tenía seis choferes a tiempo completo con salarios de 150 mil pesos mensuales pero de los cuales sólo operaba uno.
En otra situación por fuera de los estándares laborales del país, los empleados del yacimiento tenían por convenio acordado recibir, dependiendo de su antigüedad, hasta 12 sueldos como bono de fin de año. Esto por fuera del aguinaldo. Hubo casos de operarios que cobraban más de 1,5 millón de pesos anuales, denuncian en la actual administración.
“El convenio colectivo de trabajo era insostenible, había personas que cobraban y no tenían ninguna actividad, hubo más de 1000 contrataciones sin criterio” confirma a Clarín Zeidan (43), interventor de YCRT. “Ahora tenemos 1000 empleados menos y por mes extraemos el carbón que la gestión anterior sacaba en un año”, agrega Zeidan.
Zeidan, un político nacido y criado en Río Turbio, ingresó a la empresa a principios de 2016 bajo el ala de Mauricio Macri. “El Presidente me pidió que hiciera una auditoría, que pusiera en marcha la empresa y que la volviera sustentable. Así no más. Hicimos la auditoría y en base a ese laburo De Vido fue preso. Y la empresa va a ser autosustentable”, asegura.

Era K
En la era K se gastaron más de 26.000 millones de pesos que en teoría estaban destinados a la mina y la usina, detalla Zeidan. “Y no conozco empresarios exitosos en Río Turbio. No hubo inversión en obra pública. No mejoró el comercio. No hubo derrame. De Vido y (Roberto) Baratta la manejaban a control remoto”, subraya.
Los directivos de YCRT y los propios trabajadores son conscientes de que para llegar al millón de toneladas de producción hará falta el doble de personal en mina y poner en funcionamiento toda la maquinaria disponible y probablemente adquirir nueva. En la actualidad la empresa tiene unos 2.000 empleados pero solo 400 operarios cumplen funciones en la mina.
“Tenemos reservas de explotación inmediata de 1,5 millón de toneladas. Pero en cuanto a los recursos, hay carbón para 500 años”, indica Marcelo Cruz, jefe de producción de la mina.
Entre 1979 y 1981, años en que se lograron los hitos de producción, la empresa tenía más de 5.000 empleados.
“Estuvimos más de diez años sin producir de forma continua y eso afectó la cultura del trabajo. Además se jubilaron muchos de los viejos con experiencia y esa información se perdió”, indica Ramón Rivero, jefe de turno del área de Preparación Principal.
Cuando dice “los viejos” alude a un modismo con que los antiguos mineros chilenos designaban a sus colegas. Pero hoy ya no hay chilenos en la mina y los nuevos mineros deben aprender de sus pares nacionales que echan en falta la sabiduría de esos “viejos”. “Al minero le gusta trabajar, ir a la mina. Como hay producción la gente se siente útil de nuevo”, señala Cruz.