Roma
La devolución se realizó este miércoles a la mañana en un marco muy especial: la audiencia pública que se realiza todos los miércoles en la plaza del Vaticano, encabezada por el papa Francisco, quien bendijo la imagen
El obispo castrense del Reino Unido, monseñor Paul James Mason, restituyó este miércoles en el Vaticano a su par argentino, Santiago Olivera, una imagen de la Virgen de Luján que estuvo en Malvinas durante la guerra, y que regresará al país el próximo domingo, 37 años después del conflicto que enfrentó a los dos países.
La devolución se realizó este miércoles a la mañana en un marco muy especial: la audiencia pública que se realiza todos los miércoles en la plaza del Vaticano, encabezada por el papa Francisco, quien bendijo la imagen.
En señal de gratitud, el obispo castrense argentino le donó a su par británico otra imagen de la Virgen de Luján, que también fue bendecida por el papa argentino, Jorge Bergoglio.
La imagen recuperada llegó a las Islas Malvinas una semana después del desembarco de los soldados argentinos y, finalizada la guerra, quedó en manos de los ingleses, que la llevaron a su país y la entronizaron en la sede del obispado castrense en homenaje a las víctimas del enfrentamiento.
Ezeiza
Este domingo, a las 7, la imagen de la Virgen llegará al aeropuerto internacional de Ezeiza y, en caravana, será trasladada hacia la basílica Nuestra Señora de Luján donde -a las 13- se celebrará una misa de bienvenida.
Al día siguiente, el lunes 4 de noviembre llegará a la sede de la Conferencia Episcopal Argentina, en Suipacha 1032, del barrio porteño de Retiro.
En tanto, el miércoles 6, a las 20, arribará a la diócesis de Quilmes, a la parroquia Inmaculada Concepción de la Medalla Milagrosa, hasta la noche del jueves 7, donde realizarán actividades que concluirán con una misa a las 19.30.
El domingo 10 de noviembre, a las 17, se celebrará una misa en la Basílica de Luján en la que se dará inicio a la peregrinación de la imagen por otras diócesis del país.
Conexión
Monseñor Mason describió el traspaso como un signo de conexión, fe compartida y buena voluntad pacífica entre ambas naciones. Monseñor Olivera, por su parte, dijo que en la guerra todos pierden y que en la paz todos ganan, que el intercambio es un símbolo de fraternidad, de diálogo y respeto.
“Sin lugar a duda que la imagen de Nuestra Señora de Luján retorne a casa, a nuestro país, que vuelva a Argentina, es un motivo de mucho gozo. También por lo que significa la Madre, la Virgen de Luján que se hace cercana a los hijos en situaciones tan difíciles, como lo fue la guerra. Hoy en este tiempo de paz, María nos vuelve a renovar y recordar el camino por el encuentro, por el diálogo y por el respeto”, reflexionó.
La procesión de la Virgen comenzó a principios de la década del 80. Se estima que la imagen había sido donada por una familia argentina. Las investigaciones teorizan sobre la donación de una familia llamada Benso, dado que su nombre reza en la base de la escultura.
Llegó a las islas por el entonces capellán mayor de la Fuerza Aérea Argentina, monseñor Roque Manuel Puyelli, el viernes santo del 9 de abril de 1982.
Habría permanecido en la Base Aérea Militar Malvinas hasta su bombardeo: luego fue trasladada a la parroquia Saint Mary de las Islas Malvinas, donde estuvo hasta el final del conflicto.
El 8 de mayo, el día de la Virgen de Luján, el capellán Torres la sacó de la parroquía para llevarla en procesión. Concluida la jornada, la devolvió. Las fotografías de ese día son las últimas de los soldados argentinos venerándola.
Finalizada la guerra, recaló, mediante gestión del monseñor Dan Spraggon, en la ventana oriental de la Catedral de San Miguel y San Jorge de Aldershot, en el condado de Hampshire, sede del obispado castrense británico.
La entronizaron en memoria de los caídos durante el conflicto bélico, sin banderas, patrias ni distinciones. El germen de esta restitución reside en el dirigente laico Daniel Doronzoro, fundador y presidente del grupo “La Fe de Centurión”, de la diócesis de Quilmes.