Pico Truncado
Ana (nombre ficticio) es nacida y criada en truncado, de padres chilenos, 30 años, madre de dos nenas, una hermana mayor y uno menor a ella.

abuso

“Los abusos comenzaron desde muy chiquita, muy chiquitita. Me acuerdo que mi mamá se llevaba a una, mientras mi papá violaba a la otra, desde que tengo memoria nos manoseaba, en la cama, o nos sentaba arriba de él. A mi mamá la golpeaba mucho, le rompió costillas, le tiraba agua helada y nos escapábamos a la casa de una amiga de ella para que no la mate o nos mate a nosotros”.

“Toda mi vida fueron abusos, violencia, violaciones, golpes, denigrarnos por parte de mi padre”.

“A los 9 años falleció mi mamá, tenía artritis, un pulmón infectado, le dio un ataque al corazón tenía 30 años, ese fue el peor momento, porque mi papá estaba sin trabajo así que nos violaba todo el día, todos los días. A mi hermano nunca lo abusó, sí lo golpeaba cuando intentaba defendernos”
“A las noches, mi hermana gritaba mi nombre, me despertaba y era él que la estaba llevando a la fuerza al baño y era para violarla y además le pagaba. Cuando yo iba a 3er grado en la escuela 35, yo iba a la tarde y ella a la mañana así que no teníamos forma de escapar, íbamos a Comodoro a lo de una tía y no le importaba, lo hacía igual”.
“Cuando tenía 13, me quise cortar así que me mandaron al psicólogo, pero no iba a decir nada porque no quería que me separen de mis hermanos. En esa época, él entró a trabajar en una empresa petrolera -actualmente sigue trabajando- y ahí pararon las violaciones, porque él empezó a consumir prostitutas y salía, así que nos dejó de molestar”.
Yo sé que en la empresa donde trabaja, varios compañeros de él saben lo que nos pasó, por eso no lo quieren”

Manoseos
“Una vez, mi tío, su hermano me invitó al cumpleaños de mi primo y mientras estábamos ahí, me estaba meta manosear adelante de todos, me dio una vergüenza. Yo después le conté a ese tío, fue al primero y me dijo que durante el día esté en su casa. Mis abuelas de Chile igual lo sabían, la mejor amiga de mi mamá lo sabía, mi hermana me contó que le dijo a mi mamá, el juzgado sabía de las feroces golpizas que nos daba, mucha gente sabía y no hicieron nada”
“Yo me iba, no quería estar en mi casa, salía. No hacía nada malo, iba a caminar o a la casa de un amiga y él me denunciaba, una vez me pegó, me ahorcó, me lastimó la cara. Justo llegó una citación del juzgado para ir, cuando me vieron que tenía los dedos marcados en el cuello, llamaron al médico forense que me sacó fotos y vino la asistente social del juzgado y me pregunto si quería ir al hogar, yo le dije que no, no quería dejar a mis hermanos solos, le preguntaron a él si quería que me lleven y dijo que no y listo, nos fuimos del Juzgado así nomás”.
“Mi hermana y yo estuvimos con psicólogo, psiquiatra, porque no podíamos dormir, mi hermana no comía y las dos con intento de suicidio, la violencia siempre siguió”.
“Por eso, yo siempre evité que él se quede solo con mis hijas, él las venía a buscar, pero nunca las deje con él, cuando le decíamos a él las cosas que hizo, nos decía que estábamos locas, que lo íbamos a matar, una vez iba en el auto con él y me dijo: ¿Qué querés? ¿que me mate?. Y aceleró. Yo le dije: si querés matate, pero déjame que me baje”.
“A su actual pareja una vez la agarró con un cuchillo y si no es por nosotros, que lo agarramos, la mataba. A ella le dice que antes de que lo deje, le va a prender fuego a todo. Si a mi mamá la maltrató hasta que se murió, a nosotros igual, imaginate a alguien de afuera. Ella igual sabe que fuimos abusadas”.
“Por eso, yo no lo dejo nunca con mis hijas porque estoy seguro que si esta solo con ellas las va a violar, si no le importo que seamos las hijas para hacernos eso, imagínate a sus nietas y él lo sabe. Porque cada vez que quiso estar o llevarse a las nenas no lo deje”.
“Hace poco tiempo una psicóloga me dijo: Atraés a personas violentas a tu vida”. Era la psicóloga de la policía que la entrevistó mientras realizaba una denuncia contra su ex pareja policía que también la golpeaba y abusaba sexualmente. “Yo creía que como era mi marido, estaba en su derecho de abusarme”, dice Ana quien hace unos días sufrió un episodio de violencia con su última pareja.
“Antes de que empiece la cuarentena estábamos con mi papá en su auto afuera de Distrigas me agarró del cuello estábamos con las nenas y esa fue la última vez. Ya tengo 30 años, no quiero tener más contacto con él, no le hablo más, lo bloqueé de todos lados, y apenas se abra el Juzgado lo voy a ir a denunciar todo, por lo menos necesito que den una orden de restricción así no tiene más contacto conmigo”.
“Además es un cagón, porque él nunca me defendió de mis parejas cuando me golpeaban o se enfrentó con otro hombre, sólo a las mujeres le pega.
“Mis hermanos me dicen que hay que olvidar que ya está, que hay que olvidar, pero yo quiero que se sepa”.

¿Por qué decidiste hablar?
Porque la verdad siempre sale a luz, la mentira no se puede tapar, porque quiero vivir una vida sin violencia alejada de todos los abusos y que pueda servir esta entrevista para que si una chica está leyendo, denuncie a tiempo y no tenga que pasar lo que pasamos nosotros, que no espere 30 años para actuar. (Fuente: truncadoinforma)