Por Guillermo Ritondale
En tiempo de redes sociales y masividad de información, es fácil que alguna frase o expresión se transforme en popular. «Merecemos la extinción» alude a la miopía (ceguera, en realidad) que mostramos como sociedad.

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Tenemos el cincuenta por ciento de la población en la pobreza, pero nuestros «representantes» solo se preocupan por determinar quién es el culpable. Eso les consume todo el tiempo y entonces no pueden ponerse a trabajar en las soluciones.
Participar en política es ser parte de «la grieta». Si alguien dice que Lázaro Báez se robó lo que cobró para hacer la ruta entre Caleta Olivia y Comodoro Rivadavia es macrista. Pero si dice que, en cuatro años como Presidente, Macri tampoco hizo la ruta, entonces es K.
La trampa es básica, pero casi todo el mundo cae en ella. La verdad es que ni uno ni otro, cuando fueron gobierno, hicieron la ruta, que es el único tramo de ruta argentina que circula con el mar como paisaje. Pero no se puede admirar, porque el tendido vial es el tren fantasma.
Del 2015 al 2019 la oposición al Gobierno provincial contaba con: 1) El Poder Ejecutivo Nacional, 2) El Intendente en los cinco municipios más grandes de la provincia, 3) Dos de tres Senadores Nacionales por Santa Cruz, 4) Tres de los cinco Diputados Nacionales de la provincia, 5) Todos los cargos de instituciones nacionales, desde donde trabajar por la gente (PAMI, AFIP, Parques Nacionales, ANSES, INTA, INTI, Secretaría de Trabajo, Desarrollo Social, etc.) ¿Algún santacruceño puede decir que en los cuatro años de Gobierno macrista, se vieron mejoras en su calidad de vida, mejor acceso a nuestros representantes, posibilidad de ser escuchado ante una propuesta? NO. Por cierto, todos los Municipios volvieron a manos K en 2019.
Oficialismo y oposición se alternan en el Gobierno, pero eso no se nota. Cualquier santacruceño sabe que los K gobiernan esta provincia hace treinta años.
Pues bien ¿por qué ocurre eso? ¿Hacen fraude electoral? Tal vez alguna trampa, pero ninguna tan alevosa como para torcer la elección. Y si lo hicieran ¿Los de enfrente son tontos o cómplices?
¿Y La Ley de Lemas? La inmensa mayoría de santacruceños usa este argumento. Incluso todo el arco «opositor». Eso es lo mismo que decir que perdiste un partido de fútbol porque la cancha estaba en mal estado, como si el otro equipo no hubiese jugado en el mismo lugar.
LA LEY DE LEMAS APLICA PARA TODOS ¿Por qué beneficiaría a uno y perjudicaría a otro? Porque uno la sabe usar y el otro no. En la última elección a Gobernador, la oposición presentó un sinnúmero de listas, muchas más que el oficialismo. Pero ninguna tuvo votos. Era solo amontonar candidatos ¿Por qué pasó eso? Porque el candidato que, se descontaba, sería el más votado, solo se mira su propio ombligo.
No hubo consultas a la gente, ni a sus dirigentes, no se escucharon opiniones, todos se enteraban de las decisiones que se cocinaban en Gallegos y lo único que quedaba para hacer era obedecer. Los candidatos a Gobernador (que sabían que no llegarían) sólo se postulaban para «no perder terreno en sus ciudades» ¿Alguien puede sentirse atraído por un candidato que se presenta a Gobernador para «no perder terreno» en la siguiente elección a Intendente?
Esta «Antón Pirulero» donde cada cuál atiende su juego no es privativo de Santa Cruz.
A nivel nacional, el Presidente Macri venía muy desprestigiado, empezando a competir en imagen negativa con el otro lado de la grieta ¿por qué no se hizo a un lado y dejó el lugar a otro candidato que no tuviera que cargar con el peso de sus errores de gestión?
Porque no quería salir del centro de la escena. Priorizó su ego, el otro lado de la grieta jugó mejor y el resultado lo conocemos.
Nótese que la diferencia fue que uno «jugó mejor». No tuvo candidatos más probos, más honestos o un plan de Gobierno mejor. Fueron más «pícaros».
No gana el mejor, gana el más «vivo». Y si gana con avivadas ¿cómo va a gobernar? Del mismo modo… obvio.
Detengámonos en un detalle no menor: el candidato a vicepresidente de Macri fue el arquitecto de la construcción legal y política de los K. Y el candidato a Presidente que llevaron los K fue un opositor implacable de Cristina y sus gobiernos, durante más de diez años.
Creo que «los lados de la grieta» es una construcción; que genera en quién la ve una imagen férrea, que no podrá ser modificada. «Es lo que hay», se suele escuchar. Pero eso es una mentira. Cayó el Imperio Romano, cayó el Muro de Berlín ¿por qué no caería esta trampa en que nos han metido? Nuestra política es una mezcolanza de proyectos personales y no cambiará nunca si seguimos por este camino. Todos quieren llegar para sacar sus ventajas. Cobrar un sueldo que jamás conseguirían motu proprio, nombrar como asesores a sus cónyuges o parientes para aumentar los ingresos familiares, ser Diputados Nacionales para irse a Buenos Aires y estar con sus hijos cuando se van a estudiar (y de paso nombrarlos como asesores y asegurarles un sueldo de seis cifras) y hasta quedarse con parte del sueldo de los «militantes» que nombran como asesores. Todos lo sabemos, pero no encontramos adonde ir para evitarlo.
Sabemos que el Gobierno provincial de Santa Cruz hace oídos sordos a cualquier consulta o reclamo y solo se preocupa por acumular poder. Pero en la oposición, las cosas son exactamente iguales. Los representantes de la oposición santacruceña son los mismos desde hace varias elecciones, o sus hijos.
Y van de un cargo a otro, entre los pocos cargos que hay para repartir, pero la mecánica es la misma. Proyectos personales que desalientan cualquier intento de crecimiento de alguien que tenga ideas propias. Y ni soñar con entusiasmar al ciudadano de a pie para que participe. La sociedad se encuentra atrapada en este juego y cada vez es más pesimista. En realidad, no hay motivos para dejar de serlo.
Entonces ¿merecemos la extinción? (Primera Parte)