Tras 17 días de acampe, el intendente Mauro Casarini decidió conceder los principales reclamos de los municipales en huelga.
La lucha se había iniciado a medidos de diciembre por la falta de pago de salarios y una marcha importante al Municipio había logrado que se abone. Ese pequeño triunfo llevó a que los trabajadores decidieran continuar con la lucha para resolver problemas históricos como el trabajo en negro, planes precarios en funciones claves como recolección o limpieza urbana, con compañeros que ganan apenas alrededor de 10 mil pesos. También se planteó el pago de deudas en asignaciones por escolaridad, y el pase a planta de los contratados.
El bloqueo al corralón impidió la recolección y se mantuvo el acampe y las movilizaciones con un intenso protagonismo de las mujeres municipales, gran parte de ellas se manifestó como autoconvocadas, pero también con el SOEM y ATE, todos juntos en las asambleas diarias que fueron decidiendo los pasos a seguir. Fue esa metodología de asambleas que pasaban por encima de cualquier orgánica sindical expresando el movimiento real de lucha la que mantuvo la unidad a pesar de las maniobras de la Intendencia para dividir y especialmente desconocer al SOEM.
En los últimos tres días Casarini trató de romper la huelga contratando camiones privados para la recolección, obligando a trabajar a personal superprecarizado de suma fija, sin garantía de seguridad. Fue ante esa decisión que los huelguistas bloqueron también el basural dejando pasar solo a particulares pero impidiendo el paso de estos camiones. Eso definió la lucha.
Las negociaciones fueron supervisadas por asambleas que se sucedieron hasta llegar al acuerdo a fines de año, donde la Intendencia se compromete a pagar las deudas, contratar a los precarizados e ir ingresando a planta a los contratados en los próximos dos meses. En las Actas se reconoce a los dos sindicatos y a los propios autoconvocados que participaron como tales en la reunión final.
La huelga fue muy popular en el pueblo porque todos reconocen la miseria y la precarización a que vienen siendo sometidos los municipales. Perito Moreno está cercano a dos grandes yacimientos mineros de donde se extraen riquezas incalculables en oro y plata, sin que ello redunde en ninguna mejora en las condiciones de vida de la población ni mucho menos de los trabajadores municipales.
El triunfo de los municipales cambia una relación de fuerzas tradicional, donde se imponía la prepotencia de las autoridades y resulta un gran ejemplo para otros municipios pequeños que se encuentran en situaciones muy similares.
Florencio Uribe (Trabajador municipal, militante del PO y dirigente del SOEM Perito Moreno)
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