Su familia acusa a un sujeto de haber abusado de la adolescente y que por este hecho se quitó la vida.
La comunidad de Puerto Deseado nuevamente es noticia por hechos que causan dolor y que radican en contundentes pedidos de justicia; la familia de una adolescente que se quitó la vida hace algunas semanas, denunció que descubrieron una vez que se sucedió el lamentable hecho que había sido víctima de abuso sexual por un adulto.
«El abusador es el hermano de una compañera de la escuela», manifestó de manera pública Ayelen Cattani, hermana de Millaray, la adolescente que hace dos meses tomó la dramática decisión de quitarse la vida en la localidad de Puerto Deseado. Sin consuelo y sin certezas de los motivos aparentes para haber tomado tal determinación, la familia y según lo hicieron de manera pública, dieron inicio a una investigación que culminó con la confesión por parte de una amiga de la niña fallecida quien dijo que había sido abuso sexual por parte de un mayor de edad quien hasta los últimos momentos de su fallecimiento la seguía hostigando.
Esta revelación motivó a que la familia de Millaray se presentara a la Justicia para denunciar al sujeto lo que motivó el inicio de una causa; a través de su cuenta de Facebook Ayelén manifestó su sentir y el de toda la familia y adelantó que no se van a detener hasta tanto se pueda dilucidar el hecho que habría provocado el estado de indefensión de Millaray quien tenía quince años al momento de tomar la determinación de quitarse la vida.
El 14 de abril, Millaray conmocionó a su familia con la decisión que tomó: le puso punto final a su vida. Desde entonces la familia, y al considerar que no había exteriorizado problemas para tomar tal decisión, es que comienzan con diversas averiguaciones entras las amigas mas cercanas y se dan con la novedad que cuando tenía 13 años, Millaray había sido vejada por un sujeto que ahora tiene 21 años. Este mismo escenario fue confirmado por otras cinco adolescentes que conocían del sufrimiento de Millaray.
Ni bien se dio intervención a la justicia, se tomaron ciertas medidas como retener el teléfono celular de la víctima por parte de la DDI con asiento en Caleta Olivia para ser peritado, aunque la familia considera que estas acciones son insuficientes, porque ya se tendría que haber citado a declarar al acusado y todavía eso no se hizo.
Desde la Justicia, más precisamente el Fiscal de la causa, Dr. Ariel Quinteros, manifestó de manera pública que se solicitó una autopsia psicológica de la adolescente, es decir un análisis pormenorizado de su celular, de sus redes sociales, de sus pertenencias privadas, como asi también escuchar a su círculo mas íntimo de amistades y a partir de allí tomar otras medidas. Asimismo relató que en este tiempo se registraron por lo menos cinco suicidios en adolescentes y que en este caso el sujeto sindicado como el abusador, no cuenta con denuncias previas ni tampoco ha estado alguna vez a disposición de la justicia.
A la espera del avance de la investigación y aun conmovida por lo que les toca vivir como familia, Ayelen Cattani publicó un escrito en su cuenta de Facebook en el que cuenta como viven los días sin Millaray. Alli afirma que no van a parar hasta que el responsable del «abuso» de su hermana esté preso.
Con estas imágenes de Millaray, su hermana Ayelén posteó su mensaje en la red social Facebook.
«Lo digo yo porque ella no pudo»
Soy Ayelen Cattani, hace 21 años que con mi familia vivimos en Puerto Deseado. Millaray es la única de los cuatro hermanos que nació en la localidad, y como es de público conocimiento el día 14 de abril tomó la trágica decisión de poner fin a su vida.
Como familia quedamos impactados ante lo sucedido, Millaray era una adolescente que no había manifestado comportamientos ni había dado ningún indicio que pudiera predecir un final como ese.
La incertidumbre y la desesperación por desconocer qué fue lo que le causó tanto dolor, nos llevaron a buscar una respuesta que nos permitiera comprender porqué con tantos planes a futuro, Milla decidió acabar con su vida sin dejar ninguna nota ni despedirse de nadie.
Desde ese momento comenzamos a buscar indicadores que quizás ella misma nos hubiera dejado para guiarnos y poder ayudarla a romper con ese silencio que tanto la atormentaba. Así fue que todos y cada uno de los miembros de nuestra familia buscamos entre sus cosas -libretas, cuadernos, agendas, computadora-. También por esos días nos llegaron muchos testimonios de gente cercana a ella. Y todo, absolutamente todo, lo que encontrábamos nos llevaba a un solo nombre, un solo culpable.
A dos meses de la pérdida de nuestra pequeña Milla, sabemos con certeza que todo ese sufrimiento se lo provocó una sola persona que se atrevió a robarle la inocencia con tan solo 13 años y abusar sexualmente de ella; y no tranquilo con eso la siguió hostigando psicológicamente mucho tiempo después, incluso hasta el último minuto de su vida.
Cuando supimos lo de Millaray, también nos enteramos que lastimosamente no es la única víctima de este perverso. Desde entonces como familia iniciamos esta lucha y de forma inmediata realizamos la denuncia pertinente ante la fiscalía.
Y a pesar de que nada de lo que hagamos nos va a quitar este dolor inmenso ni nos va a devolver la vida de nuestra chiquita, no queremos que haya más Millaray que sufran por culpa de este tipo, queremos que se haga justicia, que el responsable deje de vivir con la tranquilidad que lo hizo hasta hoy, que sea juzgado y condenado como corresponde y que Milla pueda descansar en paz.