«Fuera Bullrich de la Patagonia», comienza el comunicado que lleva la firma de Omar Latini, principal referente del Partido Obrero de Caleta Olivia; estaba anunciado que hoy llegaba a la ciudad la presidente del PRO Patricia Bullrich.
La ex -ministra de Seguridad de Macri y actual presidenta nacional del PRO, Patricia Bullrich, viajó hace poco a Bariloche como parte de su gira política por el país, y allí hizo eje en una campaña para «criminalizar» al pueblo mapuche que habita en la región. Su presencia fue repudiada por familiares de Santiago Maldonado y de Rafael Nahuel.

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La campaña de Bullrich en la Patagonia, «se inscribe en la línea bolsonarista con la que busca reposicionarse de cara a las elecciones legislativas, es un recurso del que se valen todos los gobiernos para congraciarse con terratenientes y empresarios, y para embestir contra los reclamos populares. Lo demostró recientemente el oficialista gobernador chubutense Mariano Arcioni, quien responsabilizó a los pueblos mapuches y tehuelches por los incendios que devastaron la Comarca Andina. Por lo demás, los desalojos para habilitar negocios inmobiliarios son una política de Estado, como dejó en claro Berni en Guernica», señaló Latini.
Repudiamos enérgicamente las declaraciones de la presidente del PRO, Patricia Bullrich, «quien se manifestó dispuesta a entregar la soberanía sobre las Islas Malvinas a una corporación farmacéutica transnacional como caución contra la entrega de vacunas para enfrentar la pandemia», y agregó: «No se trata de una broma de ocasión; se trata de una concepción política de un sector social que considera al espacio territorial como un obstáculo para el desarrollo de un proyecto político y económico subordinado al orden imperial».
No nos sorprende entonces, que la «gira» de Bullrich, se de cuando aparece un reclamo del derechista gobierno chileno de Piñera; que pone en discusión la Soberanía argentina proyectada a la Antártida.
La fluida relación de «Pato» con el ex primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en pos de vender armamento y tecnología militar y trazar acuerdos de «seguridad» en línea con el reforzamiento represivo, refresca el conocido vínculo del macrismo con el Estado sionista y el imperialismo estadounidense.

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El personaje clave de esta ligazón: es el marido de Patricia Bullrich, Guillermo Yanco. «Los lazos con el imperialismo estadounidense son otro apartado importante del currículum de Yanco. Preside el Instituto de Estudios Argentinos (Idear) y es miembro de la Red de Partidos Políticos, una organización impulsada por el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI) financiado por el Congreso de Estados Unidos, que desde su fundación en 1983 continúa bajo fachada «legal» la tarea de injerencia imperialista de la CIA -como el financiamiento a grupos de la derecha golpista en Venezuela y el fomento a operaciones golpistas en Haití. Es un invitado habitual de las recepciones que se realizan en la embajada yanqui».
Sus antecedentes se completan con su paso por el gobierno de la Alianza: cuando «La piba» Bullrich estaba al frente del Ministerio de Trabajo de Fernando De la Rúa, Yanco fungía de jefe de asesores de su esposa y cobraba un sueldo suculento -mientras que a los trabajadores del Estado les recortaban el 13% de sus salarios.
Desde Bariloche, Patricia Bullrich llamó a formar un «movimiento nacional anti-toma» de tierras. En una Patagonia usurpada por magnates extranjeros como Lewis y Benetton, y lanzado en un encuentro con supuestas víctimas de la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), el planteo es un llamado a movilizar a la población para reclamar un salto en la represión a los pueblos originarios de la zona -y a las luchas por la vivienda como la de las miles de familias de Guernica- en defensa de los terratenientes y la especulación inmobiliaria.
La «abanderada de la muerte; desplegó también su enérgica participación en los banderazos anticuarentena, y de los grupos que en Santa Cruz, que como la Dra. Razury le inculcaban a los alumnos que el Covid no existía y que las vacunas eran un operativo de «adoctrinamiento».
En nombre de la libertad y la apertura, mandaron a las calles a miles de argentinos, y los único que consiguieron abrir fueron más fosas en los cementerios.
Para los trabajadores de Santa Cruz, importa recordar que la experiencia macrista se estrelló no solo con una crisis capitalista internacional sino también con una resistencia popular que marcó su declinación claramente después de diciembre de 2017, cuando se sancionó la reforma previsional pero quedó enterrado su programa de «reforma permanente»; los tarifazos de gas por el privilegio de las «veredas calefaccionadas» y el recorte de asignaciones familiares más los despidos de trabajadores petroleros y estatales, bajo el gobierno que integraba Bullrich no los vamos a olvidar, pese que a los nacionales y populares también son responsables de la desocupación.
La lucha por el trabajo, por la tierra y la vivienda, y la defensa de los derechos jubilatorios; a su vez, abren una nueva etapa en medio de una brutal crisis social. También por ello, es necesario, no volver atrás y forjar el desarrollo de una alternativa política independiente de los Bullrich y Berni.