En el discurso que pronunciara durante la conmemoración del nuevo aniversario de la institucionalización de Cañadón Seco como Comisión de Fomento, Jorge Marcelo Soloaga hizo referencia al importante rol que reviste una comuna, sea cual fuera su jerarquía, en el concierto de cada sociedad.

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En principio, el titular de la localidad signada por su historia petrolera,
aludió a la armonía que debe prevalecer entre los pueblos y sus representaciones gubernamentales.
En ese sentido señaló que éstas últimas no deben ser tomadas como meros entes de colaboración «porque no somos una institución de beneficencia, sino que nuestra misión es consagrarmos a la vida colectiva de nuestro territorio».
Luego, al hacer expresa mención a la ceremonia que se realizaba, puntualizó que «éste no es un simple acto protocolar sino la evocación de un hecho histórico y trascendente». «Este es un momento clave en la vida de nuestra comunidad a la cual le decimos no solamente lo que queremos hacer sino también lo que hemos hecho, porqué, cómo y hacia quienes van dirigidas nuestras más caras preocupaciones y anhelos porque somos depositarios de la voluntad popular y soberana de nuestros vecinos».

Rol protagónico

Más adelante consideró menester resaltar el significado intrínseco y el rol que cumple una comuna, precisando que «es la organización social, política, institucional y cultural primaria y fundamental de los vecinos y es lo primero que se organiza para resolver los problemas de la gente, de sus necesidades colectivas y de cada uno de los componentes de una comunidad».
«Los peronistas hablamos de comunidad organizada porque entendemos que los vecinos son los protagonistas centrales de un territorio que va tomando determinaciones en libertad para elegir a quienes otorgarán responsabilidades para conducir sus intereses».
«En definitiva -complementó-, una comuna es la columna vertebral del proceso democrático de una sociedad y podrá llevar diferentes nombres como nuestro caso que es una Comisión de Fomento, pero la esencia es la misma».
Correlativamente afirmó que quienes circunstancialmente están al frente de cada una de ellas deben levantar la voz «para defender sus recursos estratégicos para posibilitar el crecimiento y la transformación de los pueblos».
Esa tarea, apuntó, debe realizarse junto a todas las organizaciones representativas de los intereses colectivos para que no pase lo que dicen aquellos versos extraordinarios escritos por don Atahualpa Yupanqui para su canción El Arriero, diciendo que las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas.
Ello lo llevó a decir que «aquí no queremos que las penas sean de nosotros, de los hombres y mujeres que viven en este suelo y los recursos estratégicos sean ajenos».
«Y para eso está la institución comunal, para alzar la voz y decirles a los capitales petroleros especulativos que por acá no van a pasar para aplastar a nuestros trabajadores, ni a nuestras comunidades además de llevarse todo y dejarnos las penas, las angustias y las preocupaciones».
«La comuna -puntualizó-debe defender los intereses de la gente cuando los mismos están en juego y nosotros, desde este pueblo le hemos dicho siempre no a los procesos que tienen que ver con la concentración de los recursos en un solo ámbito, porque queremos un sistema de distribución de la riqueza equitativo que permita crecimiento, autonomía y soberanía real».
«Por eso -corroboró- no concebimos capitales especulativos en materia petrolera y pregonamos por la obligación de resguardar los recursos estratégicos, lo que nos hizo asumir rebeldías trascendentes con responsabilidad como depositarios de la voluntad de nuestros vecinos».

Consecuencias de la rebeldía

«Y como era previsible -afirmó-, esa rebeldía y las manifestaciones de nuestra cosmovisión de la realidad, nos ha traído algunas consecuencias que son aprovechadas por sátrapas, sinvergüenzas y bribones que generan operaciones mediáticas y políticas aberrantes como la que me toca experimentar personalmente desde una mentira insostenible pergeñada desde la canallada más artera».
No obstante, remarcó que «nada podrá empañar las decisiones políticas que se toman en Cañadón Seco.»
Finalmente, instó seguir luchando «por una Santa Cruz distinta» y a no dejarse engañar por personajes que diseñan campañas de puro marketing y desprestigio, pero a ellos les respondía con los términos metafóricos de una canción emblemática de María Elena Walsh, La Cigarra, diciendo que «tantas veces me mataron pero estoy aquí resucitando, estoy aquí transformando la realidad de este pueblo, con esfuerzo, trabajo y dedicación».