Cada 13 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Trombosis, en homenaje al natalicio de Rudolf Virchow, pionero en la comprensión de este problema. La enfermedad tromboembólica encabeza la lista de causas de muerte prevenibles en el paciente internado.
La Enfermedad tromboembólica venosa (ETV) está constituida por dos patologías principales: la trombosis venosa profunda (TVP) y la tromboembolia pulmonar (TEP). Si bien, es la enfermedad vascular menos conocida, su impacto es muy alto, situándose en el tercer puesto del ranking de muertes a nivel mundial, luego del infarto Agudo Miocardio y el accidente cerebrovascular.
Se estima que unas 60.000 personas en Argentina sufren un Tromboembolismo Venoso (TEV) por año. Aproximadamente 48.000 de ellos se manifiestan como Trombosis Venosa Profunda (TVP) y unas 15.000 personas desarrollan un Tromboembolismo Pulmonar (TEP o Embolia Pulmonar). Teniendo en cuenta que la tasa de mortalidad del TEP es de hasta 30%, esto se traduce en unas 4.500 muertes por año.
La TVP es una afección en la que se forma un coágulo de sangre en una vena del cuerpo. Estos coágulos usualmente ocurren en las venas de las piernas, pero puede suceder que pueden generarse también en los brazos o en otras partes. Si el coágulo se desprende podría desplazarse hasta los pulmones impactando en ellos, generando un cuadro potencialmente fatal, denominado tromboembolismo pulmonar (TEP).
Síntomas y factores de riesgo
Los síntomas de las TVP incluyen: dolor, tensión, hinchazón, enrojecimiento y calor en el sitio afectado, y en el caso de las TEP: falta de aire (disnea) de aparición súbita, en un contexto de predisposición.
Sin embargo, el paciente puede no tener síntomas de la afección. Por esta razón, es clave hacer prevención, sobre todo, en aquellas personas que tienen riesgo aumentado de padecer TVP , entre los cuales nombraremos:
Personas mayores de 60 años.
Haber estado en reposo por un largo período: al recuperarse de una cirugía, si se sufrió la fractura de un hueso, un viaje prolongado, si por enfermedad se está en cama mucho tiempo, entre otras situaciones.
Ser propenso a la formación de coágulos sanguíneos o haber tenido una TVP anterior.
Tener un catéter venoso central.
Durante el embarazo y las primeras 6 semanas después del parto.
Tener obesidad.
Padecer enfermedades oncológicas.
Anticoncepción oral o terapia hormonal.
Los factores predisponentes antes mencionados no significan que se va a padecer la enfermedad, sino que hay que estar más atentos en estas situaciones para buscar consejo médico ante cualquier síntoma relacionado.
«Aproximadamente el 10% de las muertes en pacientes hospitalizados ocurren por TEP y es la primera causa de muerte prevenible en el paciente hospitalizado. Una importante proporción de los fallecimientos se producen en las primeras horas desde la aparición de los síntomas, antes de que el tratamiento anticoagulante pueda surtir efecto» resalta la Dra. Valeria El Haj.
Recomendaciones para la prevención
La Dra. El Haj hace hincapié en la importancia de tomar medidas para reducir el riesgo de un episodio de trombosis tales como:
Retomar el movimiento tan pronto como sea posible después de una cirugía o una enfermedad, de acuerdo con la recomendación del médico, ya que moverse reduce las probabilidades de formar coágulos.
Ejercitar los músculos de la pantorrilla durante viajes largos o largas horas de reposo o inactividad física frente a la computadora, o en su trabajo diario habitual.
Si presenta hinchazón, dolor, entumecimiento, o cambio de color ya sea del miembro superior o inferior consulte a su médico.
Si se va a operar o a internar por cualquier causa consulte a su médico sobre la conveniencia de recibir prevención en el pre o en el post operatorio.
Si en su familia directa hay antecedentes de trombosis no olvide hacérselo saber a su médico y que este le aconseje cómo protegerse.
Movilizarse e hidratarse son dos herramientas que, también, ayudan a prevenir la trombosis.
Tratamiento
La TVP se trata con medicamentos que evitan que el coágulo se agrande y se traslade al pulmón. Estos medicamentos se denominan «anticoagulantes» y el tratamiento comienza en el hospital.
«Si ha tenido un coágulo, su médico le recetará 1 de estos medicamentos para reducir su riesgo de tener más coágulos en el futuro. Deberá tomar el medicamento durante al menos 3 meses (y algunas veces más). A algunas personas se les administra primero un medicamento que viene en forma de inyección, llamado heparina. Esto podría ser por unos días o más si por alguna razón el paciente no puede tomar pastillas», comenta la Dra. y agrega que: «es importante remarcar que los medicamentos no disuelven los coágulos de sangre existentes, pero evitan que se agranden y también ayudan a evitar que se formen nuevos coágulos».
Es posible prevenir la formación de coágulos
El reposo prolongado es un factor importante. Por ejemplo, las personas que viajan en vuelos largos tienen un mayor riesgo de tener coágulos de sangre. Algunas recomendaciones para esos momentos y la vida cotidiana para prevenir la formación de coágulos son:
?Levantarse y caminar cada 1 o 2 horas.
?No fumar justo antes de su viaje.
?Usar ropa holgada y cómoda.
?Cambiar de posición mientras se está sentado y mover las piernas y los pies con frecuencia.
?Usar medias de compresión hasta la rodilla.
«Desde la comunidad médica y el Sistema de Salud en su conjunto se deben optimizar las estrategias para asegurar las mejores prácticas para la prevención, diagnóstico y tratamiento, y disponer de los recursos necesarios para concretar dichas iniciativas a fin de reducir la carga de morbilidad y mortalidad de la enfermedad tromboembólica venosa», concluye la Dra. Valeria El Haj.