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El dirigente municipal de la Agrupación Lucha y Dignidad José Avellaneda efectuó un análisis del acuerdo salarial firmado entre el SOEMCO y el Ejecutivo. «La inflación para el año 2021 estará por encima del 50%, Julián Carrizo firmó un 25%. ¿Hace falta decir de qué lado está?».
Esta mañana se firmó el tan ansiado y dilatado acuerdo salarial para los empleados municipales de Caleta Olivia.
El mismo se percibirá de la siguiente manera: 5% retroactivo a los haberes de Setiembre; 10% con los haberes de Octubre; 10% con los haberes de Noviembre; 15% con los haberes de Enero 2022 y 10% con los haberes de Febrero 2022. Para José Avellaneda el aumento para el año 2021 es del 25%, «y la inflación 2021 a septiembre 37%. Proyectada a fin de año más del 50%».
A final del acuerdo, en marzo 2022, «la pauta salarial acumulada estará en un 60,07%», dijo Avellaneda y agregó: «un trabajador módulo 1 en Marzo 2022 percibirá de bolsillo $48.515 (más adicionales y cargas familiares si tuviera). Hoy en Octubre 2021, para no caer en la línea de la pobreza se necesitan más de $ 70.000 según datos del Indec», y agregó: «al final de este año, habrá una diferencia, entre la pauta salarial y la inflación de un 25 % en negativo para el salario municipal».
En la culminación del acuerdo salarial firmado hoy, allá por Marzo 2022, acumulando la inflación proyectada de Enero a Marzo 2022 y tomando en cuenta los porcentajes restantes del acuerdo, «el saldo seguirá siendo negativo para los sueldos de la familia municipal», y aseveró: «Datos de la realidad, la cruda realidad que atraviesan los hogares municipales, la dilatación y especulación con esta recomposición salarial, que dañó el poder adquisitivo de las compañeras y compañeros municipales, tiene nombre y apellido Julián Carrizo».
Para Avellaneda, el Secretario General, «defendió a capa y espada sus intereses políticos, los del Ejecutivo en contra de la necesidad de una recomposición salarial digna para el conjunto de los trabajadores municipales, es el responsable de llegar a Noviembre firmando lo que le pusieron por delante. Sin apoyarse en las bases, sin consensuar, sin entender que hay cientos de familias que no pueden llegar ni a mitad de mes», y aseveró: «No criticamos por criticar, decimos lo que marcamos y manifestamos siempre, lo que vive cada compañera y compañero».
La prioridad de un dirigente, según Avellaneda, «debe ser siempre luchar y defender la dignidad de su gente, en busca de mejorar su calidad de vida», y aclaró: «Está demostrado que esa no es la prioridad de Julián Carrizo».