En el verano, el agua es la mejor solución al calor; pero este espacio acuático compartido también puede ser un problema si no tenemos algunos hábitos saludables necesarios. Las causas de la otitis y las consecuencias que pueden dejar en nuestro organismo.
El contacto con el agua de grandes piletas es la mayor causa de la otitis externa en verano porque los productos utilizados para el mantenimiento, como por ejemplo el cloro, resultan irritantes para la piel, y provocan micro erosiones que dejan pasar a las bacterias.
Si bien el centro del conflicto suele ubicarse en las colonias de vacaciones o piletas de clubes o gimnasios, también deben cuidarse los adultos: el riesgo es igual de probable para ellos.
«La otitis del nadador es una inflamación de la piel del conducto auditivo externo, que se produce por bacterias. Este conducto auditivo externo tiene una forma tubular y conecta el pabellón de la oreja con el tímpano, y está formado por hueso y cartílago cubierto de piel, el cual contiene pH ácido, que funciona como protección contra las infecciones. Los productos con los que se limpia la pileta y el tiempo de exposición en el agua, pueden hacer que esa piel pierda su integridad con los baños prolongados y, en ese caso, los gérmenes actúan con más facilidad», señaló el Dr. Daniel Pérez Gramajo, Jefe del Servicio de Otorrinolaringología en el Hospital Eva Perón de San Martín, y médico referente.
Para evitar la otitis externa, es importante recurrir a un profesional en cuanto se presentan los primeros síntomas:
· La otodinia es un dolor que se acentúa al traccionar el pabellón auricular o al presionar el cartílago que precede al conducto auditivo externo, es decir, al tocar o mover la oreja
· Pérdida de audición momentánea en uno o ambos oídos
· Calor intenso en la zona cercana a la oreja
· Cuando la enfermedad es más profunda, pueden aparecer otras manifestaciones, como la fiebre.
Lo ideal, para evitar este tipo de infecciones, es tener en cuenta una serie de recomendaciones para el cuidado de los oídos en verano, tanto para personas adultas como para niños.
· Mantener los conductos auditivos externos libres de cerumen para evitar la humedad prolongada.
· Colocar 3 gotas de vaselina líquida antes del día de pileta que actúa como una película protectora en el contacto con el agua. Y al terminar el día 3 gotas de alcohol boricado ya que acidifica el medio para disminuir el desarrollo de bacterias y el alcohol es el vehículo para que ayude a secar el conducto auditivo externo húmedo.
· Utilizar protectores a medida, ya que son el método más efectivo para que el agua no ingrese a los oídos. En casos recurrentes donde la anatomía del conducto auditivo externo tiene características de retener agua.
· Prestar atención y tener cuidado con los cambios de temperatura.
· No introducir objetos en los oídos como los hisopos, ya que éstos hacen que la cera se vaya acumulando en el canal auditivo del oído y ocasiona problemas con el paso del tiempo.
«Es muy importante tratar estos cuadros que en verano son altamente frecuentes y que muchas veces se menosprecian por ser enfermedades conocidas», concluyó el Dr. Daniel Pérez Gramajo.