A través de la Secretaría de Estado de Ambiente, se dio a conocer que después de 4 años sin reproducción nació el primer pichón en la laguna 15.
Pasaron cuatro años desde la última vez que el Macá Tobiano se reprodujo exitosamente y crio pichones. Hace tres semanas el Proyecto Macá Tobiano detectó una colonia con 8 nidos de Macá Tobiano en la meseta del Lago Buenos Aires e instaló un campamento para protegerlo.
Luego del nacimiento del primer pichón, se esperaba la eclosión de otros 3 nidos. En la misma meseta, el equipo está protegiendo otra colonia de Macá Tobiano, con 8 nidos, que inició la puesta unos días más tarde. Esperan que en los próximos días allí también empiecen a nacer los pichones. Todos los veranos el equipo del Proyecto Macá Tobiano, conformado por las ONGs Aves Argentinas y Ambiente Sur, con el apoyo del gobierno provincial, se despliega por las mesetas de Santa Cruz para proteger a esta especie endémica de la Patagonia, que se encuentra en peligro crítico de extinción. Si bien el equipo logró contener gran parte de las amenazas, las últimas campañas no habían sido las más auspiciosas: los cada vez más fuertes vientos y la falta de crecimiento de la vinagrilla (la única planta acuática de las lagunas) hicieron imposible que los macaes construyeran sus nidos. Hacía cuatro años que ya no nacían pichones.
Este verano, así como desde 2010, el equipo de técnicos y técnicas que conforma el Proyecto Macá Tobiano y el Programa Patagonia subieron a las mesetas, para instalar campamento en las lagunas reproductivas del Macá Tobiano. Pero encontrar las lagunas que el macá elige para reproducirse cada año no es tarea fácil: solo en la meseta del Strobel hay más de mil lagunas para buscarlos. Por eso, ya antes de que los macaes empiecen a construir sus nidos, el equipo ya está recorriendo las huellas de los campos para encontrarlos, identificando las lagunas con los niveles más altos de agua, con vinagrilla a punto de florecer y con gran presencia de tobianos.
Para mediados de diciembre, el equipo ya está completamente instalado en las mesetas, con tres campamentos de Guardianes de Colonia o «guardianadas», como les gusta decir a ellos, armados a orillas de las lagunas más propicias para la reproducción de este año. Desde los campamentos, los Guardianes de Colonia recorren y monitorean unas 30 lagunas y envían mensajes casi telegráficos a la Estación Biológica Juan Mazar Barnett, con las novedades.
La Estación Biológica Juan Mazar Barnett es la base de operaciones logísticas de todo el trabajo de campo que realiza el equipo para salvar al Macá Tobiano de la extinción. Allí se encuentran biólogos, veterinarios, técnicos y técnicas, comunicadores, fotógrafos, voluntarios que esperan ansiosos estos mensajes de las lagunas e interpretan de inmediato: saben que las noticias son buenas. Pero es mucho el trabajo que el equipo realizó durante el año y no sería la primera vez que una fuerte tormenta de viento destruye los nidos, por lo que el equipo recibe estas noticias con cautela, casi temeroso de esperanzarse por demás.
Queda mucho trabajo para hacer y los Guardianes de Colonia van a seguir acampados en las lagunas cuidando a los pichones, mientras estos crecen, cambian el plumaje y desarrollan la fuerza para encarar la migración de otoño.