A pocos días del inicio de año lectivo en todo el país es importante realizar el apto físico y mantener el cuidado de la salud y los protocolos para evitar contagios de COVID-19.
Todos los años y al momento del inicio de las clases, los establecimientos educativos solicitan el apto físico de niños y niñas con el objetivo de realizar un chequeo médico y poder detectar a tiempo cualquier enfermedad.
“El apto físico consiste en un examen físico completo a cargo de un pediatra y se compone de dos etapas. Primero, la Anamnesis, que es un cuestionario exhaustivo al niño o adulto responsable para recopilar antecedentes personales de enfermedades, cirugías, patologías traumatológicas y antecedentes familiares , con especial atención a los cardiovasculares”, detalla la Dra. Cecilia Avancin. Y añade que luego se realiza el examen físico, en el que “se evalúa el aspecto general del paciente a través de la inspección, palpación, auscultación”. Además, si el profesional lo cree necesario también puede realizarse un pedido de control adicional.
En este sentido, la Dra. Avancini señala que en niños sanos, sin antecedentes patológicos personales ni familiares con examen físico completo normal, no es necesario solicitar estudios para extender una constancia de salud que lo avale para participar en actividades físicas. “Los estudios complementarios se solicitan según la presunción clínica surgida del interrogatorio y el examen físico, (sobre prevención cardiovascular, obesidad, anemia, dislipemias, etc.)”, indica.
Por otro lado, consultada sobre los cuidados que deben mantenerse los niños y niñas recuperados del COVID-19, la especialista sugiere seguir las recomendaciones previamente publicadas por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). “Planificando el retorno a la actividad deportiva infanto-juvenil, hasta el momento, la bibliografía mundial es escasa con referencia a niños en edad escolar, pero se cuenta con fuerte evidencia sobre secuelas cardíacas en adultos y jóvenes sintomáticos. En todos los casos, ante la aparición de síntomas cardiológicos en cualquier instancia, se sugiere realizar ECG, prueba de esfuerzo, ecocardiograma, dosaje de troponina y considerar una resonancia magnética cardíaca”, remarca la Dra. Avancini.
En estos casos también la constancia se extenderá solo luego de cumplimentar la anamnesis y el examen físico. “Finalizado el examen físico, se procederá a decidir si el paciente está en condiciones de realizar actividades físicas y deportivas o se lo excluirá de manera definitiva o transitoria. La elaboración de la constancia de salud implica una responsabilidad compartida entre el adulto responsable, el médico, los profesores de educación física y/o los entrenadores a cargo”, añade la Pediatra.