Por Karin Hiebaum
Corresponsal Internacional
Al menos 50 personas han muerto en una explosión en una mezquita de la capital afgana, Kabul, según su líder. El Ministerio del Interior confirmó inicialmente al menos diez muertos ayer. Muchos fieles se habían reunido en la mezquita suní para participar en la conmemoración religiosa Zikr.
Un participante en la reunión, aparentemente un terrorista suicida, detonó una bomba, informó el miembro de la junta directiva de la mezquita Sajed Fasil Agha. “El humo negro se elevó y se extendió por todas partes, había cadáveres por todas partes”, dijo a Reuters. Dijo que sus sobrinos también estaban entre los muertos.
El atentado forma parte de una serie de ataques dirigidos a suníes o chiíes, representantes de las dos ramas dominantes del Islam. Sólo el jueves, se detonaron artefactos explosivos en dos minibuses que transportaban chiíes en Mazar-i-Sharif, en el norte del país, matando al menos a nueve de ellos.
Los talibanes dicen que han pacificado Afganistán desde que tomaron el poder el pasado agosto. Sobre todo, han eliminado prácticamente el grupo extremista Estado Islámico (EI). Sin embargo, numerosos afganos han muerto en ataques en las últimas semanas. El EI ha reivindicado la autoría de algunos de ellos. Representantes de organizaciones y observadores internacionales advierten de que Afganistán podría volver a caer en una guerra civil en la que los diferentes grupos de interés luchen entre sí.