Las reticencias del Gobierno turco a la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN han provocado malestar en los países nórdicos, tras su histórica solicitud.
Todos los países que forman la OTAN deben de estar de acuerdo en la entrada de un nuevo miembro. Pero el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, calificó a Finlandia y Suecia de “criadero” de grupos terroristas.
Al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores, Mevlüt Çavuşoğlu, ha indicado que ambos países deben ofrecer garantías de seguridad explícitas y levantar las prohibiciones de exportación de algunos productos del sector de defensa a Turquía.
“Nuestra postura es perfectamente abierta y clara. No se trata de una amenaza, no es una negociación en la que tratamos de aprovechar nuestros intereses”, ha manifestado Çavuşoğlu.
El líder de un partido nacionalista turco también se ha pronunciado, aseverando que la inclusión en la OTAN de Suecia y Finlandia provocaría a Rusia y causaría una expansión de la guerra en Ucrania. Además, ha instado a los legisladores turcos a mantener a ambos países en “la sala de espera de la OTAN”.
El PKK es un “problema de seguridad nacional”
Otros miembros de la Alianza han tratado de restar importancia a las amenazas turcas. Los finlandeses, además, se han mostrado tradicionalmente diplomáticos a la hora de buscar una solución amistosa a cualquier posible impasse.
Entonces, ¿qué hay detrás de las amenazas turcas y cuál es el posible objetivo final de Erdogan?
Paul Levin, director fundador del Instituto de Estudios Turcos de la Universidad de Estocolmo, ha explicado a Euronews que la principal preocupación de Turquía es la presencia de activistas del PKK en Suecia.
“Lo que Ankara percibe como amenaza del PKK es la principal preocupación de seguridad nacional en Turquía. Suecia no comparte la misma perspectiva sobre esa amenaza”, explica.
“Así que es una especie de oportunidad natural, cuando Suecia quiere ahora entrar en la OTAN, para que Turquía manifieste su posición y exija que Estocolmo la tenga en cuenta”.
Sin embargo, Levin también cree que hay consideraciones internas para Erdogan, con la vista puesta en las elecciones del verano de 2023 y la especulación de que podrían adelantarse a este otoño.
“Erdogan no va bien en las encuestas. Parece que está perdiendo. Esto (los obstáculos a los países nórdicos) también podría ser algo que sea bien acogido un público turco más amplio”, añade.
Aunque hay una gran diáspora kurda en Suecia y otros países nórdicos, el PKK ha sido clasificado como una organización terrorista allí y no se le permite operar libremente. Por lo tanto, no está claro cómo podría llevarse a cabo la insistencia de Erdogan en los “militantes kurdos” de Suecia.
El YPG es un obstáculo
Sinan Ülgen, ex diplomático turco y director del Centro de Estudios de Economía y Política Exterior, con sede en Estambul, no cree que Turquía vaya a bloquear las entradas de Suecia y Finlandia en la OTAN, sino que podría querer sacar un precio por aceptar su entrada.
“En mi opinión, Ankara tiene demandas legítimas. Por ejemplo, Suecia debería levantar el embargo de armas contra Turquía. No es razonable ser un país de la OTAN e imponer un embargo de armas a otro aliado dentro de la misma alianza”, reflexiona.
Este es un punto que Levin también plantea, señalando que Turquía quiere F-16 y que se le permita acceder de nuevo al proyecto americano F-35, después de haber sido excluida por comprar un sistema de misiles ruso.
Ülgen también cree que los turcos pedirán a Suecia que sea más activa contra el PKK y “deje de proporcionar armas y financiación al YPG”, un grupo que Ankara considera que está bajo el control directo del PKK.
Tanto Levin como Sinan Ülgen consideran que habrá algún tipo de negociaciones entre los tres países y posiblemente también con otros miembros de la OTAN, aunque para Erdogan no tenía sentido que equipos de diplomáticos de Finlandia y Suecia viajaran a Turquía para dialogar.
El ex funcionario de la Casa Blanca y diplomático estadounidense Matthew Bryza afirma que Turquía comprende la importancia estratégica de querer incorporar a Finlandia y Suecia a la OTAN, pero argumenta que Ankara está justificada al aprovechar una oportunidad de oro para llamar la atención mundial sobre un tema que le interesa.
“Sería imprudente subestimar el enfado de la cúpula del gobierno turco, y del pueblo turco en general, por el hecho de que una organización reconocida por la propia UE como terrorista, el PKK, encuentre refugio tanto en Suecia como en Finlandia”. Pero añade que no cree que Turquía vaya a bloquear su ingreso en la OTAN, sino que lo único que busca son concesiones.