Argentina enfrenta las horas más angustiantes desde el reinicio de la Democracia. La vice, generó una gravísima crisis institucional que tendrá consecuencias nefastas.
“¿Estamos frente a un golpe de fuego amigo? ¿Una sustitución del poder de facto?”, fue la pregunta con la cual el reconocido periodista Luis Novaresio intentaba descifrar lo que estaba pasando en el país. En apenas, 24 horas, la vicepresidente Cristina Fernández consumó lo que venía pergeñando desde hace meses, y que cronológicamente podría situarse en el momento en que su hijo Máximo renunció a la presidencia de la bancada oficialista en enero pasado.
Luego de “acosar” el Presidente en cada aparición pública, en las cuales no sólo lo ridiculizaba, sino que también lo desafiaba a que hiciera uso de la “lapicera”, es decir que gobernara; finalmente Cristina usó el escenario del recordatorio del General Perón para darle la estocada final.
Fue tal el escarnio a la gestión de Alberto que no dejó margen para el Ministro de Economía Martín Guzmán – tal vez el único funcionario leal al Presidente – quien renunció por carta y por redes sociales.
Luego de eso, todo fue confusión en el gobierno, y de allí en más, el Cristinismo y la Cámpora comenzaron a adueñarse del gobierno de manera fáctica, y la definición del nombre de la nueva Ministro de Economía lo dice todo: Silvina Batakis, una militante de la Cámpora, ex ministro de Economía de Daniel Scioli durante su gobernación y sobre todo “fiel” a Cristina.
La caída
Guzmán renunció el sábado por Twitter mientras la vicepresidente hablaba en un acto “Peronista” en Ensenada, provincia de Buenos Aires. En ese como ya lo venía haciendo, volvió a “golpear” al gobierno de Alberto con un discurso altisonante, que tuvo como uno de sus blancos al Ministro de Economía.
“No daba para más. Sin injerencia, sobre todo en Energía, seguir era un sin sentido. Estaba rodeado de incompetentes que no quieren hacer las cosas, que son la máquina de impedir. Ni el formulario para la segmentación de tarifas le sacaron”, reveló uno de los allegados al Ministro el sábado.
La interna política, sumado a la interna de la gestión energética – la más sensible dada la parálisis productiva del país – terminó sacando de juego a Guzmán, de la misma manera que hace un mes había sido el turno de Matías Kulfas, quien renunció, denunció corrupción y luego se desdijo en la Justicia.
El sábado el presidente estaba más solo que nunca. Aunque no tanto, ya que se enteró de la renuncia de su ministro de confianza estando en la casa de Martin de Souza, socio de Cristóbal López. Que hacía el presidente en la casa de uno de los empresarios más sospechados de negociados y de enriquecimiento en el país; tal vez nunca se sepa, como ocurre muchas veces en nuestro país.
Fue un fin de semana complicado y de alta tensión. Todo eran dudas respecto a la gestión presidencial. Demasiado solo para envalentonarse, con una enemiga interna poderosa y con una economía en crisis casi irremontable. En ese contexto, el país estuvo 28 horas sin ministro de Economía. Es la Argentina del 51% de pobreza infantil, la inflación que podría llegar a 100% a fin de este año, en el que la canasta básica cuesta $100.000 y el dólar vale 230 pesos, la que se quedó sin gasoil y la que ostenta un riesgo país que la semana pasada superó los 2.500 puntos.
El presidente ensayó un acuerdo con Sergio Masa; por la tarde se “tiraron” a la opinión publica nombres y un nuevo esquema de acuerdos internos, para equilibrar la balanza con Cristina. Pero nada de esto ocurrió.
Fernández llevó sus dudas hasta el final. Y en ese momento, optó por preservar el status quo del Gabinete, aceptar que la Vicepresidente avale a Batakis y descartar la oferta política de Massa. Ganó Cristina y se confirmó la caída de Alberto.
Gobierna Ella
“Si el golpe de estado es la toma violenta del poder -generalmente perpetrada por grupos militares- y el golpe de palacio es una especie de aquel por el que una parte del gobierno se queda, sin respetar las normas institucionales, con el gobierno; habrá que consultar con los politólogos cuál es la denominación por la que Cristina Kirchner destituyó de hecho Alberto Fernández en el día de ayer”, reflexionó Novaresio para intentar encontrar una explicación a lo que veía el país “en directo”.
Del mismo modo que lo ungió candidato a Presidente, sin mayores consultas o democráticamente, sólo gracias al poder que le confiere ser “Cristina”; ahora ella lo descartó y lo puso al costado del Poder.
Ahora Gobierna, por sustitución no expresa, la vice presidente.
De todos modos, con la imposición de Batakis en Economía podrá manejar los hilos de la política económica sin dar la cara; sin hacerse cargo de su gobierno.
Dejará que el año y medio que queda, Alberto se vaya consumiendo en su propia ineptitud; mientras ella maneja la “lapicera” y vuelve a “amontonar Poder” para llegar bien plantada al 2023; su único objetivo. Lo que le pase al país mientras tanto, será un daño colateral para ella; con lo cual el futuro para los argentinos es incierto y oscuro.
Lo que digan los mercados marcará el inicio de gestión de la ministro Batakis
El primer día de la semana, con la confirmación de la nueva ministro, el mercado financiero abrió en medio de la incertidumbre por cuál será el nuevo rumbo tras el cambio. Las primeras operaciones de dólar libre se pactaron a 280 pesos, según datos de Reuters.
De este modo, la cotización libre marcó un alza de 41 pesos respecto del cierre anterior, que implica una ganancia de 17% en el día; tendencia que se vería toda la semana cambiaria.
Algo similar se dio con el dólar mayorista que se negociaba a $126,11, con alza de 66 centavos. La brecha cambiaria se ubicó el lunes en el 122,1 por ciento; y nada indica que vaya a bajar.
Un análisis privado muestra el precio del dólar durante distintos momentos de shock del pasado, todo a precios de junio de 2022 (es decir, teniendo en cuenta la inflación), marca que el dólar libre a $239 del viernes pasado -hoy todavía no hay precio firme de mercado- debería trepar a $351 para equiparar el pico que tuvo en octubre de 2020, máximo de la gestión de Alberto Fernández (cuando tocó $195 nominales). El equivalente a precios de hoy de la hiper de 1989 sería unos $661 por dólar, al día de hoy, mientras que para equipara el valor que tenía al cierre del Gobierno de Macri debería retroceder a los $185 por unidad.
Momento complejo
“La salida del ex ministro Martín Guzmán y el nombramiento de la nueva ministra Silvina Batakis significarán una semana extremadamente compleja desde lo financiero”, auguró Emanuel Álvarez Agis, ex funcionario durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y candidato frustrado a reemplazar al renunciado Martín Guzmán, dio a conocer un escueto per inquietante análisis a través de un envío de su consultora PxQ en el que previó una semana extremadamente compleja en los mercados.
Por otra parte, pese a que el gobierno quiera presentar a Batakis como una solución, lo cierto es que, por su perfil, abonará a teoría respecto que el gasto público no tiene mayor impacto en la inflación; y que la emisión monetaria es un factor reactivante.
Otro dato a tener en cuenta es que el acuerdo con el FMI cumplió en la última semana tres meses de vida y ya debió someterse a una recalibración de metas.
Según la recalibrada hoja de ruta, el Gobierno ganó un margen de $308.000 millones para el tope de déficit primario en medio de la aceleración del gasto público de los últimos dos meses, y consiguió que la exigencia de acumulación de reservas sea USD 700 millones más leve que en el programa original.
Habrá que ver que margen tendrá Batakis para cumplir con las expectativas de Cristina, y no generar una turbulencia con el FMI.
Quien es la nueva Ministro
Silvina Aida Batakis nació en 1968 en Tierra del Fuego. Hasta el momento era funcionaria de Wado de Pedro en el Ministerio del Interior y antes fue ministra de economía de Daniel Scioli en la Provincia de Buenos Aires. Como Guzmán, se recibió de economista en La Plata y tiene un master en Finanzas Públicas y otro en Economía Ambiental de la Universidad de Nueva York, y un doctorado en Desarrollo Económico en la Universidad de Quilmes.
Un dato llamativo pero que sirve para describir el perfil ideológico de la nueva ministro, es que junto a Axel Kicillof, Roberto Baradel y Daniel Gollan, Batakis escribió un libro para exponer ideas de campaña:
Radiografía de la Provincia de Buenos Aires. Crisis de un territorio en disputa y lo publicó la editorial Siglo Veintiuno.