Desde que el Gobierno argentino hace 12 años, se ofreció a colaborar discretamente con Estados Unidos en Bolivia y a suavizar las relaciones con Evo Morales comienza esta gran incógnita

Muchas veces nos preguntamos desde el exterior, si los argentinos tienen MEMORIA. Les recuerdo una noticia que se había hecho muy famosa en medios hispanoparlantes por el 2010,

Desde hace tiempo, según el diario EL País de Madrid, la Secretaría de Estado norteamericana ha mostrado una gran curiosidad por conocer la personalidad de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (CFK) y la manera de trabajar de lo que en la mayoría de los telegramas de su Embajada en Buenos Aires se denomina «pareja gobernante» (ruling couple) o Primera Pareja (First Couple), es decir, la propia presidenta y su marido, el fallecido Nestor Kirchner.

Curiosidad que  llevó a la Oficina de Operaciones de Inteligencia del Departamento de Estado (identificada en el documento como INR / OPS) a no darse por satisfecha con las opiniones recogidas durante las múltiples visitas de políticos que pasan sistemáticamente por la Embajada norteamericana para explicar su análisis de la situación interna del país, y a pedir un perfil más específico. El 31 de diciembre de 2009, la INR / OPS envía un telegrama en el que anuncia que está preparando un «perfil» de Cristina Fernández y se solicita información escrita sobre «su estado mental y salud», «su visión política» y «su forma de trabajo». Se solicitó un informe sobre el reparto de trabajo entre los Kirchner y sobre el manejo del estrés por parte de la presidenta

Los diplomáticos estadounidenses hablaban siempre de la «pareja dirigente» o de la «First Couple», Quejas de la presidenta por no recibir de Washington el mismo trato que Brasil, pese a la firme postura de Argentina respecto a Irán

Las relaciones con la Administración Bush fueron mucho mejores que con Obama

La presidenta ofreció colaborar con Estados Unidos en Bolivia

«El intento de viaje para reponer a Zelaya en Honduras demuestra la ineptitud de los Kirchner para la política exterior», opina la embajada

Un telegrama anterior (cable 203636, 22 de marzo de 2009) recoge el agradecimiento de la División de Biografías de la Oficina de Enlace de Inteligencia del mismo Departamento de Estado (INR / B) por los datos que le ha enviado la Embajada en Buenos Aires sobre «la relación de Taiana [Jorge Taiana, entonces ministro de Asuntos Exteriores argentino] con los montoneros e información adicional sobre su supuesta participación en el atentado con bomba contra un bar en julio de 1975». En el mismo párrafo, los funcionarios de la INR / B muestran su contento por haber recibido datos sobre los «varios nietos de Taiana» y la habilidad del ministro para hacer chistes y aligerar reuniones tensas.

Una visita poco afortunada

La demanda de información sobre la personalidad de Cristina Fernández se produjo poco después de la visita del nuevo secretario de Estado adjunto para América, Arturo Valenzuela, a Buenos Aires (15 de diciembre de 2009), que se desarrolló de forma poco afortunada. Un despacho de la embajada, supervisado por el propio Valenzuela, califica en duros términos al Gobierno argentino por «su intolerancia a la hora de recibir críticas». Valenzuela había provocado un gran revuelo en la prensa argentina, y una dura reacción del Gobierno de CFK, al hacer públicas las quejas de las empresas norteamericanas por la falta de seguridad jurídica que percibían en Argentina.

Quince días después, la Oficina de Operaciones de Inteligencia, una de las muchas con que cuenta el Departamento de Estado, envía un telegrama «secreto» en el que se explica que la Secretaría de Estado quiere analizar «la dinámica interpersonal en el tándem gubernamental». «Tenemos un conocimiento más sólido sobre el estilo y la personalidad de Néstor Kirchner que sobre Cristina Fernández de Kirchner, y nos gustaría ampliar la visión sobre la personalidad de CFK». La solicitud de «perfiles» de este tipo es considerado muy frecuente dentro de las actividades de la INR / OPS y de la diplomacia norteamericana.

El estado mental de Cristina Fernández

En este caso concreto (cable 242255), se envían tres grupos de preguntas. El primero, bajo el epígrafe «Mental state and health» (Estado mental y salud), dice así: «¿Cómo controla Cristina Fernández de Kirchner sus nervios y su ansiedad? ¿Cómo afecta el estrés a su conducta con sus asesores y/o en su proceso de toma de decisiones? ¿Qué medidas toma CFK o sus asesores para ayudarla a manejar el estrés? ¿Toma alguna medicación? ¿En qué circunstancias controla ella mejor el estrés? ¿Cómo le afectan las emociones en su proceso de toma de decisiones y cómo baja la tensión cuando está angustiada? ¿Qué tal está Néstor Kirchner de su enfermedad gastrointestinal? ¿Le sigue molestando? ¿Toma medicación? Es bien conocido su temperamento, ¿ha demostrado mayor tendencia a oscilar entre extremos emocionales? ¿Cuáles son los objetivos más comunes de la furia de Néstor Kirchner?».

El segundo y tercer grupo de preguntas trata sobre la tendencia de CFK a mantener visiones estratégicas o si prefiere las tácticas, si se mueve en términos matizados y si comparte la visión política de confrontación de Néstor Kirchner o si intenta moderar el duro estilo de su marido. Finalmente, la Secretaría de Estado se interesa sobre la manera en la que Cristina Fernández de Kirchner y su esposo se dividen la agenda. «¿En qué materias toma CFK las decisiones y cuáles deja a Néstor Kirchner?», interroga el documento.

Colaboración en Bolivia

Los telegramas intercambiados entre la Embajada en Buenos Aires y la Secretaría de Estado muestran las buenas relaciones que llegaron a mantener Néstor Kirchner y la presidenta con la Administración de George Bush y su secretario de Estado adjunto para Asuntos de América, Thomas Shannon, y la difícil comunicación que existió, al menos hasta marzo-abril de este año, con la Administración de Obama y, sobre todo, con Arturo Valenzuela.

La confianza con Shannon llegó hasta el punto de que la presidenta aceptó «cooperar con el Gobierno de Estados Unidos en Bolivia». «CFK afirma que Argentina cooperará con el USG [Gobierno de Estados Unidos] en Bolivia, pero que tenemos que ser cuidadosos para que no parezca que existe una ‘operación política’ contra el Gobierno, dadas las sospechas de Evo», asegura el telegrama norteamericano. Shannon ya había dado seguridades a la presidenta argentina de que Estados Unidos garantizaba la integridad territorial de Bolivia e intentaba, con muy poco éxito, convencer a Evo Morales de que Washington no tenía nada contra él. «Evo no es una persona fácil, nos confía CFK, haciéndonos notar que Argentina tiene problemas para conseguir que Bolivia le abastezca de gas natural. Todos necesitamos paciencia, nos dijo», relata el entonces embajador Wayne. Poco antes, un telegrama informa de las gestiones que ha hecho el ministro de Exteriores argentino, a solicitud del embajador de Estados Unidos, para bajar la tensión en Bolivia respecto a Washington y garantizar la seguridad de su Embajada en La Paz. «Taiana nos informa de que ha llamado tres veces al viceministro boliviano para insistir en esos dos puntos».

Un despacho enviado por la Embajada en Buenos Aires antes de la visita de Shannon en agosto de 2008 expone claramente cuáles son las demandas de Estados Unidos al Gobierno argentino: «Esperamos que Argentina desempeñe un papel positivo en evitar un conflicto y llevar a buen puerto la democracia en Bolivia; que influya en el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, para que se comporte con más moderación; que tome una posición más constructiva, madura y equilibrada en el conflicto colombiano y que influya positivamente en su contraparte venezolana».

Ya bajo la Administración de Obama, y pese al enfado del Gobierno argentino porque se ha hecho público un documento de la CIA en el que se habla de la «inestabilidad económica» del país, lo que provoca una furiosa carta del ministro Taiana, y a que ya se han pedido informes sobre Taiana, la colaboración entre los dos países se mantiene razonablemente firme. La presidenta asiste en Chile al Foro de Líderes Progresistas, donde coincide con el vicepresidente norteamericano Joe Biden (a quien ya conoce gracias a su visita a la Convención Demócrata en 2004, donde también trató a Hillary Clinton).

Pocos días después, un telegrama de la Embajada norteamericana en Buenos Aires informa de que ha visitado la capital argentina (sin cobertura de la prensa) el candidato japonés a la presidencia del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, y que ha sido recibido por Taiana. Estados Unidos ha desarrollado una amplia ofensiva diplomática para conseguir que Amano ocupe el cargo y finalmente es la abstención crucial de la delegación argentina la que permite que el japonés acceda al OIEA, en julio de 2009. El consejero de la Embajada en Buenos Aires asegura que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, telefoneó a Taiana para que convenciera a la presidenta para que cambiara las instrucciones de voto de la delegación argentina, «lo que permitió el apoyo al japonés y su victoria».

Ineptitud de los Kirchner para la política exterior

Lo ocurrido en el OIEA no impide, sin embargo, que pocas horas más tarde un telegrama de la Embajada norteamericana describa, con fuerte enfado, el frustrado viaje de la presidenta Cristina Kirchner a El Salvador «en un intento fallido» para restaurar a Manuel Zelaya en la presidencia de Honduras. (Zelaya había sido depuesto por un golpe militar el 28 de junio de 2009).

La Embajada asegura que la presidenta actuó en contra de los consejos de su Ministerio de Asuntos Exteriores, que no quería que viajara a Centroamérica antes de que hubiera algún acuerdo «precocinado». «Este episodio», mantiene el informe norteamericano, «es otra muestra de la ineptitud de los Kirchner para la política exterior». De hecho, el documento sugiere que Cristina Fernández de Kirchner tomó la decisión de hacer un «audaz gambito diplomático» para «sacar de la primera página» de los periódicos argentinos la noticia de la derrota electoral de su marido. Néstor Kirchner había sufrido una debacle en las elecciones legislativas celebradas el mismo 28 de junio de 2009.

Los diplomáticos norteamericanos se esfuerzan, sin embargo, en evitar que Washington saque decisiones precipitadas de la derrota electoral de Kirchner. En el mismo telegrama se pronostica que Argentina «no se volverá más bolivariana» por la pérdida de las elecciones. Primero, opinan, por la influencia de Brasil (una fuente brasileña llega a decirles que «Argentina es tan importante para Brasil como México para Estados Unidos), y segundo, «porque CFK busca claramente cualquier oportunidad para asociarse con el presidente Obama». «La intensidad de ese deseo abre oportunidades para nosotros», se explica.

Un documento posterior se queja de los argumentos sobre «la precaria psique de la ruling couple», que, para el diplomático que firma el telegrama, son «altamente especulativos y anecdóticos». A su juicio, la «pareja presidencial» no ha cambiado mucho en los dos últimos años: «Siempre han sido ácidos, tan impermeables al consejo ajeno e incluso tan paranoicos con respecto al poder», mantiene. «Ha sido lo mismo durante estos más de seis años de poder, y siguen en la Casa Rosada», concluye.

El peor momento en las relaciones ocurre durante la visita del nuevo secretario de Estado adjunto para América, Arturo Valenzuela, el heredero de Shannon (cable 242241). Sus declaraciones respecto al contenido de una reunión con los empresarios norteamericanos provocan una marejada en la política argentina. La embajada intenta que se vaya suavizando el tono de las críticas y pide ayuda a quien considera uno de sus mejores y más continuos interlocutores, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

Fernández se lamenta de que la Administración de Obama no tenga en cuenta la firme postura de Argentina respecto a Irán, mucho más sólida que la brasileña. En otro documento, la embajada recoge la queja de Fernández, que se lamenta de que exista la percepción popular de que la relación de Estados Unidos con sus vecinos, en particular con Chile y Brasil, es mucho más positiva. Es particularmente doloroso, explica Aníbal Fernández, según sus interlocutores norteamericanos, «porque la presidenta siempre apoyó a Obama». Valenzuela explica que la decisión de Cristina Fernández de no recibirle, aunque comprensible desde el punto de vista del protocolo, «le impedirá trasladar un mensaje personal de ella a Washington».

Quejas por no recibir el mismo trato que Brasil

La presidenta aprovechó una reunión con un grupo de congresistas norteamericanos, presidida por el demócrata Eliot Engel, para transmitir su malestar por la tensa relación con Estados Unidos. Según el relato de la embajada, Cristina Fernández les explica que, pese a las diferencias políticas que mantenían, su marido, Néstor Kirchner, se entrevistó con el presidente George Bush solo un mes después de ser elegido, mientras que ella no ha conseguido todavía concertar el encuentro con Obama. El presidente norteamericano ha recibido a muchos otros líderes de América Latina y no a ella, se queja. CFK dice que es difícil entender por qué el presidente Lula ha obtenido una entrevista con el presidente Obama, pese a que Brasil ha votado en contra en el Organismo de Energía Atómica y a la reunión de Lula con Ahmadineyad, mientras que se le niega la entrevista a ella, que mantiene una fuerte posición contra Irán en el OIEA y en la lucha contra el terrorismo.

«Ella y su marido han tenido una excelente relación con el anterior secretario de Estado adjunto», añade el despacho. La presidenta les traslada su queja por las declaraciones de Valenzuela. «No puedo ignorar eso», dice explícitamente.

Las gestiones para intentar regularizar las relaciones cristalizan durante la visita de Cristina Fernández y de Hillary Clinton a Montevideo (Uruguay) con motivo de la toma de posesión del nuevo presidente José Mujica. Las dos políticas mantienen una breve reunión bilateral y sobre la marcha, Clinton decide cambiar su agenda y hacer una rápida visita a Buenos Aires. El primero de marzo, la secretaria de Estado acude a la Casa Rosada, donde la presidenta le pide que aliente el diálogo con Reino Unido a propósito de las islas Malvinas. (La posición de EE UU, según confirman varios despachos diplomáticos, es reconocer la Administración de facto de Reino Unido en las islas y no tomar posición respecto a la reclamación de soberanía por ninguna de las partes).

Todo se desarrolló lo suficientemente bien como para que se diera finalmente luz verde al ansiado encuentro con el presidente Obama. El 12 de marzo de este año, Cristina Fernández acudió a Washington para participar en la llamada Cumbre de Seguridad Nuclear y el presidente norteamericano aprovechó la ocasión para mantener un encuentro bilateral y elogiar públicamente la posición del Gobierno de Kirchner respecto a Irán. (Buenos Aires exige desde hace años a Irán que entregue a varios ciudadanos iraníes presuntamente implicados en el atentado contra una mutua judía argentina ocurrido en 1994, que provocó 85 muertos).

Conclusión

Todas estas noticias recientemente Re redactadas sobre la política argentina, parecieran como si hablásemos del día de la fecha.

Lo que denotamos nuevamente unos trastornos de personalidad muy presentes en el comportamiento de la actual Vicepresidenta Fernández de Kirchner y su inestabilidad emocional.