Las denuncias de corrupción y pagos de asistencia social a los pobres alimentaron el primer debate entre candidatos en las elecciones presidenciales de Brasil el 2 de octubre. La discusión televisiva reunió a los seis candidatos principales, incluido el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro y el expresidente de izquierda Luiz Inacio Lula da Silva.
Pero un momento que dio vuelta el debate fue un ataque personal de Bolsonaro a una periodista por una pregunta que le había hecho a otro candidato sobre las vacunas contra el covid-19.
Bolsonaro le dijo a la periodista Vera Magalhaes que ella era una «vergüenza para el periodismo». El insulto de la periodista desencadenó la reacción de varios candidatos en competencia, quienes a partir de entonces unieron fuerzas en sus denuncias contra Bolsonaro para exigir respeto a las mujeres.
Acusaciones mutuas
Justo al comienzo del debate, Bolsonaro mencionó los casos de corrupción descubiertos en el gobierno de Lula, al que calificó como «el más corrupto de la historia de Brasil» y calificó en dos ocasiones al líder opositor de «exconvicto».
Lula dijo que era «mucho más limpio» que Bolsonaro porque fue «encontrado y declarado inocente por la Corte Suprema y la ONU», y afirmó que fue «encarcelado solo por razones políticas» para que Bolsonaro pudiera ganar las elecciones.
Próximo intercambio de golpes sobre la lucha contra el hambre
La lucha contra el hambre, que afecta a 33 millones de personas en Brasil, provocó otro acalorado intercambio entre Lula y Bolsonaro sobre los programas de reparto de ingresos.
Bolsonaro prometió a mitad de la campaña electoral mantener los subsidios que su gobierno ha estado entregando a los pobres desde agosto de este año, y Lula lo acusó de «mentir» acerca de que la ayuda no se incluyó en el presupuesto general de 2023.
rojo, ORF.at/ agencias