Es lo que se desprende al tiempo de hacer un análisis de por qué las sesiones del Honorable Concejo Deliberante continúan siendo virtuales, siendo Caleta Olivia la única ciudad del país en estas condiciones.
Desde la irrupción de un grupo minúsculo de trabajadores del Concejo Deliberante, quienes con aplausos solicitaron se les de respuestas a diversas requisitorias que se habían solicitado al Presidente del Cuerpo concejal Miguel Troncoso y que no se habían resuelto, se tomó la determinación de sesionar de manera virtual lo que se está llevando a cabo hasta la fecha con una clara intención de no dialogar para alcanzar un acuerdo con los trabajadores.

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En varias oportunidades los concejales de la oposición plantearon la necesidad del retorno a la presencialidad aduciendo que es “vergonzoso” que sea el único Cuerpo Legislativo del país que sesione de esta manera, más aún cuando la actividad diaria del Concejo Deliberante es presencial; más allá que en varias oportunidades los ediles del Oficialismo, Juan Carlos Juárez y Paola Álvarez, hicieron saber de manera pública que era necesario volver a las sesiones en las instituciones, pero al momento de expresar lo mismo en las sesiones optan por actuar de manera sumisa acompañando la actitud de Troncoso.
Las sesiones virtuales evidencian para aquellos que siguen el debate a través de las redes sociales, teniendo en cuenta que se difunde a través de la cuenta de Facebook del Concejo Deliberante, inconvenientes porque se corta muy seguido debido a la pésima señal de Internet, los debates son escuetos y carentes de un ida y vuelta sustancioso al momento de hablar sobre las iniciativas o cuestiones políticas.
Ahora, a quién le resulta redituable que las sesiones del órgano de contralor de las acciones de Gobierno del Ejecutivo, se sigan llevando delante en el contexto virtual. Lo cierto es que esta metodología ha significado que no se cumplan las normas establecidas en el Reglamento, ya que inician las sesiones generalmente fuera de los plazos de tiempo establecidos, se entrecortan los debates por falla en el servicio de Internet, se solicitan cuartos intermedio en infinidad de ocasiones, y los debates lejos están de ser sustanciosos.