Con Fernando Burlando a la cabeza, la defensa de los papás del joven de 18 años asesinado brutalmente a la salida del boliche «Le Brique» en Villa Gesell, se supo que pedirá la prisión perpetua para los ocho imputados que están en banquillo de los acusados.
Estos son Máximo Thomsen, de 23; Luciano Pertossi, de 21; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21.
Mientras desde la defensa a cargo de Hugo Tomei, la intención de las familias de los imputados es demostrar que son «chicos comunes» y dejar todo como si fuese una pelea que terminó mal, es decir, con una condena menor a la que pide la parte acusatoria.
De hecho, se los imputa por «homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas», que según el Código Penal recibirían la pena de prisión perpetua.
Rompieron el silencio y contaron su versión por primera vez
Una de las grandes novedades que trajo el juicio que comenzó el pasado 2 de enero, fue que cinco de los imputados hablaron por primera vez ante el tribunal y todos los presentes para contar su versión de los hechos. En ese sentido, los que hablaron fueron Luciano Pertossi, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Blas Cinalli y Lucas Pertossi.
Thomsen, uno de los más complicados, señalado como uno de los principales agresores de Fernando, se quebró en la audiencia cuando escuchó hablar a su mamá y decidió exponerse ante el Tribunal, donde contestó preguntas, pero solo las que lo involucraban a él.
«Me quedé insultando al boliche porque me sacaron. En la calle, uno de los chicos estaba sentado del otro lado y voy para ese lado. Miro para la derecha y veo que uno de mis amigos se estaba por meter en una ronda de gente desconocida, salgo detrás de él. Me pegan una piña en la cara y reacciono tirando patadas. No sé a quién, no sé a donde. Pero nunca con intención de matar nadie. Me metí a pelear porque era una persona contra muchos, vi una ronda con mucha gente», detalló sobre la escena de la pelea.
Por su parte, otro de los que declaró y que está comprometido por las filmaciones, es Ciro Pertossi, quien fue uno de los últimos en pegarle a Fernando Báez Sosa.
«Este chico soy yo y quisiera aclarar que esa patada no la doy y que cuando me doy cuenta que el chico está en el piso me freno antes», dijo Pertossi al pararse en la sala de audiencias y con un puntero señalar su imagen en la pantalla donde se reproducía el video.
Las zapatillas de Thomsen
Una de las más claras pruebas que tiene Burlando es la zapatilla que utilizó Máximo Thomsen aquella noche. Se trata del calzado que utilizó el joven para pegarle en la cabeza a Fernando y que podría haber dado el golpe mortal, de acuerdo a lo que se ve en los videos que se conocen del ataque.
Los expertos realizaron un estudio para determinar de quién era el calzado, cómo fue utilizado y qué tipo de golpes propinó. La marca en el rostro de Fernando fue cotejada con todas las zapatillas encontradas en la casa donde los rugbiers fueron detenidos: en total, 19 pares.
El rostro de Fernando Báez Sosa tenía dos impresiones de suelas: una de ella, muy pequeña, resultó insuficiente para determinar el propietario. La otra no dejaba lugar a dudas: eran unas Cyclone, que Máximo Thomsen utilizó aquella fatídica noche de enero de 2020. Incluso el calzado tenía manchas de sangre: el rugbier no se molestó en lavarlas.
Cómo eran los imputados en su vida cotidiana en Zárate
Uno de los primeros en declarar fue Pablo Ventura, el joven remero de Zárate al que los rugbiers incriminaron como parte del delito que habían cometido. Aquel 18 de enero, mientras sucedía la pelea, él estaba comiendo con sus papás en un restaurante a 500 kilómetros, pero igual fue detenido.
El joven señaló que «siempre atacaban en grupo» y reveló: «Varias veces los he visto pelear a la salida del boliche o en jodas». Durante la audiencia, de hecho, se mostraron chats de él donde escribió: «Los odio, sobre todo a Beniclli y a Lucas Pertossi».
La nueva estrategia de la defensa
Mucho no se conocía sobre la estrategia que iba a tomar Hugo Tomei respecto a lo que podía ser una eventual condena, sin embargo, con el correr de los días se empieza a observar por qué sentido piensa jugar el abogado defensor. Es por eso que en los últimos días se empezaron a conocer testimonios de los padres de los rugbiers.
En ese marco, la intención es llevar que fue una pelea que salió mal y desacreditar la intención de alevosía como de premeditación por parte de los atacantes.
El homicidio en riña es un delito que «se concreta cuando se pone fin a la vida de una persona y en el hecho intervienen más de dos personas, pero resulta imposible determinar quién provocó la muerte», de acuerdo a lo que señala el artículo 95 del Código Penal.
En el caso de Fernando, por el momento no se pudo determinar cuál fue el golpe mortal por lo que la estrategia de la defensa podría apuntar a que esto se mantenga así y lograr que el Tribunal acceda a este delito.
En ese sentido, buscan culpar por la muerte de Fernando a las maniobras de RCP que practicó Virginia Pérez, la chica que asistió al joven estudiante de derecho tras el ataque de los rugbiers. De hecho, esto fue remarcado por uno de los peritos que presentó la defensa.
Se trata de Juan José Fenoglio que criticó una «falta de precisión» del informe. «No está descrito el mecanismo de muerte. La autopsia debe considerar causas y mecanismo de muerte», afirmó y ante una pregunta del abogado Fabián Améndola remató: «No sabemos de qué murió (Fernando) porque no está en la autopsia».
Cadena perpetua
En la Argentina, no existe el concepto de cadena perpetua como tal, sino que tiene un máximo de años en los que se puede condenar a un acusado. Si bien en un inicio, en el Código Penal se había determinado que era por tiempo indeterminado, lo cierto es que tras la reforma constitucional de 1994, ese concepto fue eliminado y se puso un límite de años.
Según señala el Código Penal en el artículo 13, la condena a reclusión o prisión perpetua tiene un máximo de 35 años de condena. Aunque también advierte que no es en sí una perpetuidad, ya que el condenado podría salir en libertad condicional.
Este tipo de penas se aplican con delitos como homicidio agravado, abuso sexual que resultara en la muerte de la victima, desaparición forzada de personas agravas, torturas que terminaran en muerte y traición a la patria.
Cuándo se conocerá la sentencia
Después de la 13° audiencia de este miércoles, la fiscalía y la querella harán sus alegatos el día 25 y la defensa lo hará el día 26, luego de un pedido realizado por Fernando Burlando. Se estima que el veredicto final por el crimen se conozca el 31 de enero.