Después de un mes del inicio del juicio por el crimen de Fernando Baéz Sosa, el joven de 18 años asesinado a golpes el 18 de enero de 2020 afuera del boliche «Le Brique», ubicado en Villa Gesell, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores decidió condenar a perpetua a Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ciro y Luciano Pertossi. Mientras que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, como partícipes secundarios, fueron condenados a 15 años de prisión.
La jornada comenzó alrededor de las 13 horas y estuvo a cargo de la jueza María Claudia Castro, acompañada por los jueces Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.

Participación secundaria

Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, como partícipes secundarios, fueron condenados a 15 años de prisión. Con esta condena, los jueces no entendió a los ocho como coautores sino como cómplices.
Sin embargo, en las audiencias previas a la sentencia, los acusadores intentaron demostrar con videos y el relato de los testigos que todos los involucrados fueron responsables, por golpear a Fernando o por evitar que sus amigos pudieran ayudarlo.

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El pedido de Burlando: «Perpetua para todos»

Los alegatos de Fernando Burlando como los de los miembros del Ministerio Público Fiscal apuntaron a lo mismo: los ocho imputados fueron coautores del crimen que dejó a Fernando sin vida aquel 18 de enero de hace ya tres años. Estos son Máximo Thomsen, de 23; Luciano Pertossi, de 21; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21.
En ese sentido, el pedido de condena tiene que ver con «homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas» en concurso ideal con las «lesiones leves» por la golpiza a los amigos de la víctima.
Desde el inicio del juicio, hasta en las últimas palabras de los acusados, lo que se pudo observar por parte de Hugo Tomei es que no se trató de un ataque, sino que fue una pelea que salió mal. En ese marco, insistió reiteradas veces que Fernando también pegó, algo que los propios fiscales señalaron, y que fuera del boliche la pelea terminó con una víctima fatal.
«Me pegan una piña en la cara y reacciono tirando patadas. No sé a quién, no sé a donde. Pero nunca con intención de matar nadie. Me metí a pelear porque era una persona contra muchos, vi una ronda con mucha gente», fueron las palabras de Thomsen cuando habló por primera vez ante el Tribunal.
En ese sentido, apuntaron al homicidio en riña, que de acuerdo al artículo 95 del Código Penal, «se concreta cuando se pone fin a la vida de una persona y en el hecho intervienen más de dos personas, pero resulta imposible determinar quién provocó la muerte», algo que quedó descalificado por la Justicia.

Roles de cada uno de los imputados en el crimen

Si bien afrontan una pena de prisión perpetua, lo cierto es que no todos tienen la misma responsabilidad en el asesinato. El más complicado es Máximo Thomsen debido a que la Justicia probó que fue él quien le dio la patada mortal a Fernando. Pero el resto cumplió con otros roles.
A Máximo Thomsen se lo señala como el líder del grupo y, también, el autor de la patada mortal contra Fernando Báez Sosa. «Lo agarraba del pelo y le daba patadas», contó un testigo.
Su defensa apunta al testimonio de Diego Duarte, quien participó de la autopsia de Báez Sosa, y dijo que no se puede «determinar cual de todos los golpes y lesiones fue el que ocasionó el deceso».
Ciro Pertossi, dice el expediente, es quien comenzó la brutal golpiza en la calle: primero lo empujó por la espalda y luego provocó que se cayera al suelo para seguir pegándole.
Además, fue captado por imágenes chupándose los dedos con sangre cuando fue interceptado por la policía, para que no sospecharan de su participación en el crimen.
«Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie», escribió en el grupo de WhatsApp que compartía con sus amigos. Es hermano de Luciano y primo de Lucas, que también serán juzgados.

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El mayor de los ocho es Lucas Pertossi, quien grabó con su celular la golpiza. Solo dejó de filmar un momento para agredir a uno de los amigos de la víctima, que intentaba defenderlo.
Una vez cometido el crimen, se quedó en la escena e informó a sus amigos lo sucedido: «Estoy acá cerca de donde está el pibe y están todos ahí a los gritos. Está la Policía, llamaron a la ambulancia… Caducó».
Por su lado, Luciano Pertossi es el menor de todos, pero tenía 18 cumplidos al momento del crimen. Según testigos, fue quien comenzó la pelea con el grupo de amigos de Fernando dentro del boliche Le Brique de Villa Gesell. En la calle se sumó cuando el ataque ya se estaba perpetrando y también golpeó a la víctima. También le pegó a un amigo de Fernando y lo dejó tirado sobre el capot de un auto.
Matías Benicelli arengó la pelea y también golpeó a Fernando. «A ver si volvés a pegar, negro de mier…», le dijo a la víctima fatal luego de la golpiza. Fue quien abrió la puerta de la casa que alquilaban en Villa Gesell a la Policía, que detuvo a todo el grupo. En su camisa tenía sangre del joven asesinado.
Como Ciro, Enzo Comelli fue uno de los primeros en agredir físicamente al chico asesinado y también le pegó a los amigos de la víctima. Según la Fiscalía, premeditó el ataque previo a repartirse los roles y luego observó de cerca la paliza que recibió el asesinado. Tenía un hematoma en su labio inferior.
De Blas Cinalli el expediente dice que «existen sendos elementos probatorios» para demostrar «una participación criminal esencial en la comisión del hecho».
En específico, se lo acusa de ser «agresor directo de Fernando» y de golpear a otros «sujetos que estaban en el piso». En abril de 2020, un informe pericial determinó que debajo de las uñas de Báez Sosa se encontró material genético de este joven.
Si bien en los videos nunca se observa a Ayrton Viollaz golpeando a la víctima o a alguno de sus amigos, las imágenes «lo ubican claramente junto a Fernando». «Quizás se trate de un agresor directo. Se lo observa cerca de todo lo sucedido», dice el informe de la Fiscalía.