Karin Silvina Hiebaum – International Press

Los liberales solemos pecar de sectarios a la hora de escoger los textos o autores que nos disponemos a leer, perdiendo así la posibilidad de conocer otras ideas; no siempre contrarias, pero si por fuera de nuestra tan querida Escuela Austriaca de Economía.

En esta ocasión los invito a abandonar, momentáneamente, dicha parte de la biblioteca; para adentrarnos en la última obra del Dr. Luis Diego Fernández: “La Creación del Placer. Cuerpo, vida y sexualidad en Michel Foucault.”.

De antemano pido disculpas por interpretaciones imprecisas o erradas, producidas por una lectura curiosa pero inexperta en el tema que aborda la obra.

El Dr. Fernandez parte de la filosofía foucaultiana para analizar el placer y cómo articulamos nuestro propio tránsito por la vida en función de este. La propuesta es la creación de vidas constituidas a partir del acto placentero, con lo cual se exploran nociones o elementos para crear ese placer.

Cabe destacar que aquí no hablamos sobre deseo y esto es intencional por parte del autor. No hay algo oculto inmiscuido en nuestro ser que debamos encontrar y “liberar” como nos propone la visión freudomarxista del asunto. Debemos crear placeres, nuevos y mejores, más que buscar un algo que satisfacer.

La creación del placer nos ofrece una obra que gira en torno a la ética aunque muestre puntos de contacto con la política y los debates coyunturales. Este es un libro sobre moral, el cual se encuentra estructurado en tres partes: historia, placeres y militancias.

En la primera parte, el autor explica cómo Foucault entendió los placeres en Grecia, el helenismo, en Roma, en el cristianismo y en la modernidad. Es un desarrollo histórico sobre la evolución del entendimiento y vivencia del placer, y como las prácticas fueron mutando de permisiones a recomendaciones, de reproches hasta prohibiciones; en función de cómo entiende la sociedad el estatus social de los individuos, los valores predominantes de la época, la reglamentación en prácticas normales y anormales, etc.

La segunda parte del libro habla sobre las practicas placenteras en las que Foucault puso un enfasis particular: dietetica, homosexualidad, sadomasoquismo y drogas.

Cabe destacar la igualdad de tratamiento que se da a todas estas temáticas a lo largo del texto, alejado de todo prejuicio o visión jerarquizada de placeres. Esto va en consonancia de la idea de “desgenitalizar” el placer, entendiéndose como la producción de la experiencia placentera al margen o sin la necesidad de poner en funcionamiento la sexualidad, o más precisamente los genitales.

Por último, el autor analiza ciertas militancias pensadas desde los conceptos foucaultianos. Específicamente la relación entre Foucault y el feminismo, las políticas identitarias, la cuestión del consentimiento sexual y los debates de 1977 en Francia para la eliminacion del limite legal de edad para tener relaciones sexuales, finalizando la tercera parte de su libro con cuestionamientos al progresismo puritano hegemónico del siglo XXI..

Deseo con particular interés mencionar además algunos de los puntos que Luis Diego Fernandez nos adelanta en el inicio de su libro buscando esclarecer el modo en que Michel Foucault entiende el placer, como deberíamos producirlo y qué consideraciones tener al respecto:

El placer no se opone al poder
La creación de una “economía de placeres múltiples”, fuera de la visión tradicional centrada en el disfrute gourmet y la sexualidad
La búsqueda de placer no es algo frívolo
Es necesario emprender una desgenitalización del placer y concebir al cuerpo entero como el lugar de placeres globales
Hay una tensión creciente entre placer y salud, la cual no implica la exclusión de una por sobre la otra; pero sí evaluar los costos y beneficios entre lo placentero y saludable
La cuestión sobre si somos esclavos o amos de nuestros deseos y pensar sobre el problema del gobierno de estos
Con estas pautas podemos entrever una propuesta reformadora del modo en que concebimos nuestras vidas y nuestro placer, alejado de una lógica binaria y privilegiada de ciertas prácticas o partes del cuerpo por sobre otras. Es un libro que reafirma la libertad del individuo para autodefinirse, transformarse y dirigirse hacia el modo de vida que mejor considere para su propia felicidad personal.

Desde ya no es una lectura habitual, aunque sí atrapante y verdaderamente estimulante. Los temas tratados son controversiales pero no descabellados, con lo que debemos predisponernos para su lectura con una actitud dialógica y respetuosa de la libertad ajena, abierta y experimental para que el libro nos pueda transformar a través de la propuesta que ofrece.

Si bien algunas páginas o conceptos pueden resultar algo complicados para aquellos lectores ajenos a la filosofía foucaultiana (entre los cuales me encuentro), la dificultad se supera rápidamente gracias a la claridad y fluidez del texto.

Todo aquel interesado en la creación de nuevas formas de placer y experimentación física debe leer este libro. También aquellos defensores de la libertad en todas sus formas, especialmente en estos tiempos de economicismo predominante. Pero por sobre todo quienes estén mutando sus placeres actuales e interesados en la exploración de otros nuevos, quienes estén transitando su propio devenir.