¿Qué hay detrás de un «te quiero»? Un estudio psicológico nos cuenta qué pasa por la mente de la persona que dice esta frase tan importante en la historia de una relación amorosa.
La psicología tras quien dice el primer «te amo»

Karin Silvina Hiebaum – International Press

Construir relaciones románticas en ciernes a menudo crea tanta ansiedad como emoción. El corazón palpitante antes de un primer beso, o el cálculo interno para compartir confidencias y revelaciones íntimas. Pero tal vez ningún hito temprano esté tan imbuido de significado y temor, como la primera expresión de “Te quiero”. El temor de no-reciprocidad es muy difícil de contener, tal como aseguran en el estudio “The Social Psychology of Attraction and Romantic Relationships” las doctoras Madeleine A. Fugère, Jennifer P. Leszczynski, y Alita J. Cousins. Y es que, decirlo en voz alta marca no sólo una emoción intensa, sino también un nivel del propio compromiso hacia la relación, por lo que encuentran que la frase está cargada de diferentes significados, dependiendo de quién lo diga primero y cuando, así como la forma en que uno reacciona al escucharlo.

En el caso de las relaciones heterosexuales, el estudio muestra que son los hombres la mayoría de las veces los que empiezan a decir “te quiero”. Las mujeres están predispuestas a posponer la emoción como mecanismo de protección inherente, dándose tiempo para evaluar con precisión el valor del compañero. Los hombres, sin embargo, también pueden tener impulsos adaptativos que los empujan a decir “te quiero” antes de tener relaciones sexuales, como una forma de impulsar sus posibilidades reproductivas. Esto quiere decir que cuando los hombres manifiestan el “te quiero” antes de tener sexo, es a veces una manera de ganarse la confianza de su pareja, y de este modo facilitar el camino a la actividad sexual.

Antes de criticar al sexo masculino, debemos entender de que se trata de un impulso del que a veces ellos no son siquiera conscientes. Además, las alarmas internas de las mujeres tienden a encenderse cuando escuchan amor proclamado demasiado pronto en una relación. Pueden interpretarlo correctamente como una estratagema para tener relaciones sexuales sin compromiso. Las mujeres se sienten significativamente más felices ante declaraciones de amor poscoital, tal vez porque ya han incurrido en el costo potencial de un encuentro sexual.

Sin embargo, cuando las mujeres declaran su amor desde el principio, los hombres interesados en aventuras a corto plazo reportan sentirse felices por ello, incluso si saben que la mujer está buscando más compromiso del que están dispuestos a ofrecer, pero su felicidad se reduce después del coito. Por el contrario, los hombres interesados en una relación a largo plazo reportan sentirse felices cuando su pareja les declara su amor antes de haber tenido relaciones sexuales, pero esta felicidad se mantiene después de haber dormido juntos.

Pero el primer “te quiero” no solo se basa en sentimientos de adaptación. Según el estudio, los hombres dicen más a menudo “te quiero” en primer lugar por una razón cultural; la expectativa de que tomen la iniciativa en las relaciones. Ellos eran los que tradicionalmente pedían en matrimonio y compraban el anillo, así que tiene sentido que también deban dar el paso con una declaración de compromiso. Los hombres creen que las mujeres necesitan estar seguras de su conexión emocional.

Cuando una relación progresa, cada persona debe sentirse a gusto diciendo “te quiero”, pues este tipo de expresiones emocionales de compromiso son particularmente importantes en las sociedades occidentales, donde el romance es la presunta base de las relaciones. Además, el significado de la frase “te quiero” también cambia con el tiempo. Después de comenzar como una expresión de intensa emoción, se convierte en el compromiso de mantener e involucrarse en un comportamiento que beneficia y fortalece la relación.

Pero, ¿cuándo se debe decir? No hay ninguna regla, aunque su consejo es decirlo cuando lo sientas de verdad. Eso podría ser después de dos meses o de doce, pero el momento importa menos que la autenticidad del sentimiento y el compromiso de acompañamiento