Karin Silvina Hiebaum – International Press
Aprender a controlar y gestionar el miedo en nuestro día a día se hace indispensable para avanzar en un mundo en constante cambio y en el que nos parece que cada vez van quedando menos seguridades externas. Catástrofes naturales, accidentes aéreos, enfermedades… Las inseguridades a nuestro alrededor hacen que muchos de nosotros percibamos la vida como un camino lleno de peligros. Pero, ¿por qué vivir atemorizados o salir huyendo cuando las cosas se ponen feas en lugar de aceptarlo y utilizarlo en nuestro provecho? El escritor y coach Jorge Cuervo, autor de Qué hacer con tus miedos (Libros de Cabecera), nos recuerda en su libro la importancia de trabajar nuestra seguridad interior y crecer emocionalmente para liberarnos de nuestros temores.
¿Qué papel juega el miedo frente a la incertidumbre y los nuevos modelos de sociedad?
El miedo es un mecanismo que nació para sobrevivir en un mundo natural, con grandes peligros para la vida, pero también con periodos de calma intermedios, con tiempo para recuperarte si sobrevivías. Ahora, cada vez más nos enfrentamos a situaciones no tan graves, sin tanto riesgo para la vida, pero que son incesantes, sin tiempo de recuperación. Como digo en el libro, hemos pasado de vivir en la selva a vivir en un jaula de mosquitos tigre, que ninguno te mata para todos te pican. Nuestro miedo no nació para esto, y el pobre hace lo que puede…
¿Son muchas veces esos miedos infundados?
Una forma de aprender miedos es ver qué le ocurre a los demás. Es muy improbable que te ocurra algo como lo del avión de Germanwings que se estrelló hace poco; pero eso deja una huella emocional que te induce cierto grado de inseguridad. Este tipo de situaciones estimulan nuestro mecanismo de previsión de riesgos y, en consecuencia, tenemos tendencia a sufrir por cosas que no nos están ocurriendo. ¡Pero aquí reside la oportunidad! Podemos aprovechar esta tensión como una llamada de atención para mejorar nuestra autogestión. Disponemos de técnicas y métodos para ello, siempre que no se trate de miedos patológicos que requieren de un tratamiento específico.
¿Cómo aprender a gestionar el miedo puede ayudarnos a vivir mejor?
Estoy absolutamente convencido de que el progreso de las sociedades del futuro pasará por mejorar la gestión del miedo. Cuando las personas trabajan este aspecto, son menos proclives a hacer caso a los manipuladores que venden miedo para ofrecerse ellos mismo como solución. Por ello, reducir nuestra dependencia de la seguridad externa es clave para mejora la calidad de una democracia como la nuestra; aunque la mayoría de la gente todavía no es consciente de ello. Conseguir seguridad interior y depender menos de las falsas seguridades externas nos hace más libres. El miedo nos muestra el camino.
Sin embargo, como apunta en el libro, tampoco debemos pretender vivir sin miedo.
Pretender vivir sin miedo es una utopía. Es directamente imposible, si eres una persona normal, porque el miedo forma parte de tu equipamiento de ‘fábrica’. El camino correcto es exactamente el opuesto: aceptar que está ahí, que forma parte de ti, y luego aprender de él para saber cómo utilizarlo en tu provecho. A este proceso es al que denomino en mi libro ‘convertir el miedo en tu aliado’. Se puede aprender a hacerlo, cualquier persona puede mejorar su autogestión a partir de esta aceptación y crecer como ser humano y como profesional. Siempre que no se trate de miedos patológicos, insisto.
¿Qué herramientas tenemos a nuestro alcance para encarar el miedo y hacer que trabaje a nuestro favor y no en contra?
Tenemos todo lo necesario: un cuerpo con un cerebro, una mente y, sobre todo, el deseo de mejorar. Este último punto es la clave. Con este conjunto de recursos, a través de ciertas técnicas que no son complicadas, podemos trabajar la conexión cuerpo-mente, practicar visualizaciones, ejercicios de respiración… para obtener información y dialogar con nuestra mente emocional. Estoy convencido de que en un futuro esto formará parte de la educación de nuestros hijos, y de que algunos ejercicios que aparecen en el libro, estarán en el bachillerato al mismo nivel que las matemáticas o la gramática. Sencillamente, porque vamos a gran velocidad hacia un mundo nuevo, más complejo, en el que nuestros mecanismos biológicos no dan respuesta suficiente por sí solos y tendremos la necesidad de mejorar la aplicación que hacemos de ellos.