En un “día de la Patria” atípico en donde fue evidente la falta de festejos o actos oficiales, sin mensajes de las autoridades de gobierno; fue el dirigente petrolero y diputado nacional, Claudio Vidal quien rompió con la apatía y la indiferencia de la dirigencia y recordó la fecha, aprovechando la conmemoración para compartir su visión del legado de los patriotas de la gesta revolucionaria que inició el camino de la “Independencia” de nuestro país.
“En este 25 de mayo, un día tan especial para quienes no nos es indiferente el sentimiento patriótico, quiero compartir estas ideas con el conjunto del pueblo santacruceño”, inicia la Carta Abierta a los Santacruceños publicada por el también dirigente petrolero y candidato a gobernador.
Vidal, quien recientemente pidió “respeto y generosidad” a los dirigentes de la “política tradicional” y los insistió a ser responsables para encarar los problemas que afectan seriamente a la provincia, expuso su mirada sobre el presente, y el futuro de Santa Cruz.
“Cuanto más recorro la provincia, de norte a sur y de este a oeste, en cada una de sus ciudades, pueblos y barrios, recibo de la gente un mensaje que a fuerza de repetirse me ha hecho reflexionar acerca del presente y el futuro: hay un recuerdo todavía vivo de etapas de realizaciones muy importantes para la vida de los santacruceños aunque hoy prevalece una creciente sensación de abandono y de incertidumbre sobre el futuro, al mismo tiempo que, mayoritariamente, existe en la población una mirada crítica sobre la dirigencia que nos gobierna”, apuntó.
Fue de este modo, en el que Vidal hizo hincapié en el contexto histórico que debería marcar el futuro provincial y analizó sus causas u consecuencias.
“Hubo un momento en que Santa Cruz, junto a la Patagonia, ocupó el lugar que le era negado por el centralismo porteño y el modelo de país que dejaba librada a su suerte al interior profundo de la Argentina. Un lugar que nos supimos ganar gracias a la firmeza y el esfuerzo de los santacruceños, honrando el carácter y la tenacidad que nos caracteriza a los patagónicos. Y que nos permitió, en distintas etapas de las últimas décadas, lograr importantes realizaciones que mejoraron nuestra calidad de vida. Sin embargo, desde hace ya mucho tiempo, aquella fuerza transformadora que impulsaba nuestro desarrollo se detuvo”, lamentó el candidato a gobernador, quien desde hace tiempo viene planteando la necesidad de un cambio de rumbo.
Fin de un ciclo político
Sobre la situación que aqueja a Santa Cruz consideró que “nuestra provincia, pero fundamentalmente nuestra gente, comenzó a sufrir las consecuencias del estancamiento y, en no pocos casos, del abandono. Hoy existen innumerables ejemplos que todos conocen del retroceso que sufrimos, con sus efectos económicos y sociales, sin que existe reacción alguna por parte de la dirigencia que tiene la responsabilidad de gobernar”, apuntó para exponer la deuda que la clase dirigente tiene con los vecinos.
Fiel a su estilo directo, el mensaje de Vidal no eludió las responsabilidades que le tocan a cada uno de quienes hoy disputan la gobernación o los espacios de Poder.
En este contexto y en referencia al momento que atraviesa la política afirmó: “Los ciclos políticos tienen un principio y tienen un final. Desde hace años, en lo político, estamos inmersos en disputas y peleas sin sentido que han ido alejando a la dirigencia del verdadero desafío que debería concentrar todas nuestras energías: volver a poner en marcha un plan de desarrollo en la provincia y ocuparnos de atender los problemas más acuciantes que preocupan a los santacruceños. Volver al camino del crecimiento en base al trabajo y la producción”, recalcó el dirigente petrolero.
Tiempo de construir
El texto dado a conocer en las redes sociales y que finalizando el Día de la Patria había sido compartido por cientos de usuarios de Facebook, con mensajes de apoyo y coincidencias en el análisis, sirvió para reflexionar sobre el destino de Santa Cruz.
“Es tiempo de construir con la mayor amplitud y generosidad posibles -y más allá de los personalismos- un nuevo liderazgo que abra una nueva etapa de realizaciones para el pueblo santacruceño. Un liderazgo que no puede estar basado en el odio ni en el revanchismo, pero tampoco en la defensa de los privilegios para los políticos mientras buena parte de la sociedad padece un presente de privaciones y escasez, y se enfrenta a un futuro incierto”, expresó Vidal, exponiendo una idea que viene reiterando en distintos espacios y que busca llegar a todo el arco político santacruceño.
En uno de los párrafos del mensaje, el legislador nacional también se refirió a la necesidad de un cambio de paradigma no solo político, sino también en el concepto de desarrollo social, en función de brindar las condiciones para el progreso de los ciudadanos.
“Quienes nos formamos en el mundo del trabajo aprendimos que el camino del progreso se basa en el esfuerzo del día a día. Representa una gran injusticia que, con sus inmensos recursos, nuestra provincia y nuestra gente vea limitada sus posibilidades de desarrollo, sin mencionar las condiciones de vida de los sectores de la población más vulnerables”, afirmó en una crítica directa a la falta de herramienta de desarrollo y políticas públicas que hoy afectan a los santacruceños.
Tras este crudo análisis sentenció: “Es hora de cambiar”.
La Carta Abierta de Vidal sintetizó un mensaje que viene profundizando y que tiene como base el permanente contacto con los vecinos, en una semana en la que, más allá del feriado largo lo tendrá recorriendo diversas localidades; según confirmaron a este medio fuentes del partido Ser.
En el final de su mensaje, el candidato a gobernador exhortó a pensar y trabajar para el futuro de Santa Cruz y aclaró: “Hay muchísimo por hacer. Es hora de construir una alternativa superadora, un gran frente de fuerzas para impulsar el plan de desarrollo y progreso social que ya no puede seguir postergándose. Santa Cruz tiene con qué”, recalcó Vidal.
Texto completo del mensaje
CARTA ABIERTA A LOS SANTACRUCEÑOS
En este 25 de Mayo, un día tan especial para quienes no nos es indiferente el sentimiento patriótico, quiero compartir estas ideas con el conjunto del pueblo santacruceño.
Cuanto más recorro la provincia, de norte a sur y de este a oeste, en cada una de sus ciudades, pueblos y barrios, recibo de la gente un mensaje que a fuerza de repetirse me ha hecho reflexionar acerca del presente y el futuro: hay un recuerdo todavía vivo de etapas de realizaciones muy importantes para la vida de los santacruceños aunque hoy prevalece una creciente sensación de abandono y de incertidumbre sobre el futuro, al mismo tiempo que, mayoritariamente, existe en la población una mirada crítica sobre la dirigencia que nos gobierna.
Hubo un momento en que Santa Cruz, junto a la Patagonia, ocupó el lugar que le era negado por el centralismo porteño y el modelo de país que dejaba librada a su suerte al interior profundo de la Argentina. Un lugar que nos supimos ganar gracias a la firmeza y el esfuerzo de los santacruceños, honrando el carácter y la tenacidad que nos caracteriza a los patagónicos. Y que nos permitió, en distintas etapas de las últimas décadas, lograr importantes realizaciones que mejoraron nuestra calidad de vida.
Sin embargo, desde hace ya mucho tiempo, aquella fuerza transformadora que impulsaba nuestro desarrollo se detuvo. Nuestra provincia, pero fundamentalmente nuestra gente, comenzó a sufrir las consecuencias del estancamiento y, en no pocos casos, del abandono. Hoy existen innumerables ejemplos que todos conocen del retroceso que sufrimos, con sus efectos económicos y sociales, sin que existe reacción alguna por parte de la dirigencia que tiene la responsabilidad de gobernar.
Los ciclos políticos tienen un principio y tienen un final. Desde hace años, en lo político, estamos inmersos en disputas y peleas sin sentido que han ido alejando a la dirigencia del verdadero desafío que debería concentrar todas nuestras energías: volver a poner en marcha un plan de desarrollo en la provincia y ocuparnos de atender los problemas más acuciantes que preocupan a los santacruceños. Volver al camino del crecimiento en base al trabajo y la producción.
Es tiempo de construir con la mayor amplitud y generosidad posibles -y más allá de los personalismos- un nuevo liderazgo que abra una nueva etapa de realizaciones para el pueblo santacruceño. Un liderazgo que no puede estar basado en el odio ni en el revanchismo, pero tampoco en la defensa de los privilegios para los políticos mientras buena parte de la sociedad padece un presente de privaciones y escasez, y se enfrenta a un futuro incierto.
Quienes nos formamos en el mundo del trabajo aprendimos que el camino del progreso se basa en el esfuerzo del día a día. Representa una gran injusticia que, con sus inmensos recursos, nuestra provincia y nuestra gente vea limitada sus posibilidades de desarrollo, sin mencionar las condiciones de vida de los sectores de la población más vulnerables.
Es hora de cambiar. Hay muchísimo por hacer. Es hora de construir una alternativa superadora, un gran frente de fuerzas para impulsar el plan de desarrollo y progreso social que ya no puede seguir postergándose.
Santa Cruz tiene con qué…