Karin Silvina Hiebaum – International Press

1.- Empieza desde los entrenamientos.

La dieta durante el entrenamiento permite:

Mayores avances en tu rendimiento.
Acelerar la recuperación entre sesiones.
Ensayar estrategias de alimentación e hidratación para la competencia.
2. Consume sufienciente energía

Si no la consumes, perderás músculo. Tendrás fatiga crónica. No te podrás adaptar a tu programa de entrenamiento.

3. Consume carbohidratos

Come cereales, leguminosas, frutas, verduras. La principal fuente de energía que se usa en los ejercicios de alta intensidad es la glucosa del músculo. No comer carbohidratos supone perder estas reservas.

4. No exageres las proteinas

Estas son muy importantes para el músculo, son muy importantes para la regeneración de tejidos y mantenimiento de la masa muscular. Pero ¡no te excedas!

5. Modera las grasas

También son necesarias para cubrir las altas demandas de energía. Se recomienda consumir sólo del 25-30% de las calorías a partir de grasa y preferir las grasas de origen vegetal.

6. Vitaminas y suplementos

Si la dieta es adecuada, no se requieren suplementos de vitaminas y minerales. El consumo excesivo de vitaminas y minerales no aumenta el rendimiento deportivo.

7. Hidrátate

¡No esperes a tener sed! Hidrátate antes, durante y después del ejerccicio. Las bebidas deportivas como Gatorade son las más recomendadas por su alto contenido en carbohidratos.

8. Programa tus comidas

Es muy importante que consumas alimentos antes del ejercicio para que tengas suficientes reservas de energía y que comas inmediatamente después para que te recuperes más rápido.

9. Recupérate lo antes posible

Entre más rápido consumas carbohidratos después del ejercicio, más rápido recuperarás tus reservas de energía. Si dejas pasar más de una hora, tu recuperación será mucho más lenta.

10. No experimentes

La alimentación y la hidratación antes y durante la competencia ¡se tienen que entrenar! Es decir, debes ensayar durante los entrenamientos para que te vayas acostumbrando.