Karin SIlvina Hiebaum

Es imperativo educar a los niños en la empatía, la bondad y la amabilidad, y el cuidado de un animal puede ayudar a que el niño crezca en el amor y respeto a los animales, a la naturaleza y por supuesto a las personas. La capacidad de hacerse cargo, de ser una persona responsable, capaz de recibir y dar amor son valores cuya práctica beneficia a todos los seres vivos.

Karin Silvina Hiebaum – International Press

Cuando un niño aprende a amar a los animales está aprendiendo el arte de la compasión y desarrollando las habilidades emocionales necesarias para empatizar con otros seres vivos. La empatía es la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de entenderle y llegar a saber cómo se siente e incluso saber lo que puede estar pensando. Es una capacidad por lo tanto fundamental para relacionarnos con los demás. La empatía además es esencial para ser personas populares y queridas. Si el otro siente que es comprendido y que no es juzgado, confiará en esa persona y se sentirá seguro en su compañía.

Niña compartiendo comida con perro

Los niños parecen gravitar naturalmente en torno a los animales, pero amarlos y cuidarlos adecuadamente son habilidades que deben ser aprendidas, más que innatas. Cuando fomentas en tu hijo el amor a los animales le estás enseñando la importancia de velar por aquellos que tienen problemas para ayudarse a sí mismo y la necesidad de ser gentil, paciente y afectuoso. Los niños que son educados para preocuparse por los animales y tratarlos con respeto están aprendiendo los fundamentos de la interacción social, y entienden que no está bien ser un matón o aprovecharse de los más débiles. Inculcarles el amor y la compasión, no obstante, puede ser todo un reto.

La mayoría de los animales no poseen la habilidad de hablar, pero esto no los hace menos merecedores de nuestro cuidado y respeto. Algunos niños ven a los animales como criaturas más pequeñas y débiles que ellos, y pueden molestarlos o aprovecharse de ellos. Los niños que tienen la habilidad de empatizar con otros, incluyendo animales, son más propensos a convertirse en adultos bondadosos y considerados. Enseñarle a tus niños que los animales tienen sentimientos, les ayuda a empatizar con otras criaturas, sin importar lo grandes o pequeñas sean.