Karin Silvina Hiebaum – International Press
Se están cruzando las fichas y las piezas de ajedrez van moviéndose…
Hay liberales y libertarios que no van a votar a Javier Milei en las próximas elecciones. Más allá de que el despeinado e incontrolable economista que hoy pelea cabeza a cabeza con los dirigentes de mayor trayectoria del país haya sido quien popularizó los ideales de esa doctrina en los últimos meses, hay un grupo de dirigentes que se identifican con esos principios pero no lo quieren de Presidente y van a jugar en las PASO una interna simbólica que quizás le reste votos al líder de La Libertad Avanza.
Los liberales anti-Milei van a las primarias con el Frente Liber.ar, una alianza del partido Unite y Liber.ar, que tiene como uno de sus apoderados al exconcejal santafesino José Bonacci, candidato presidencial que se hizo famoso por una serie de spots bizarros en las elecciones de 2011 con su Partido del Campo Popular y usa como distintivo a un ave que es casi un calco del símbolo del partido de Milei.
El menú de esa PASO sin Milei enfrenta a dos precandidatos. Uno de ellos es Nazareno Etchepare, líder de Demos, abogado y uno de los emergentes del movimiento que unió las protestas caceroleras contra el kirchnerismo con la militancia digital en redes. El otro no necesita introducción: es Julio Bárbaro, el histórico dirigente peronista, que aceptó ponerle la cara a un grupo de jóvenes libertarios con sueños presidenciales.
Etchepare fue una de las estrellas de los cacerolazos anti-K que se replicaron en todo el país durante los últimos años del mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. A través de la cuenta El Cipayo, de la que fue cofundador, agitó en Twitter, Facebook y después Instagram el descontento de época a fuerza de memes y ahora, casi una década después, decide saltar definitivamente a la política como presidenciable.
“Soy cofundador de El Cipayo Argentino, del puntapié inicial del proyecto y alguno de los chicos que me acompañaron impulsando las marchas, como los de La Solano Lima, forman parte de nuestro equipo. Somos el partido de las marchas”, le dice a Clarín mientras recorre el conurbano bonaerense.
Etchepare supo trabajar con Elisa Carrió en parte de la denuncia de La ruta del dinero K, fue asesor de Cambiemos en el Congreso pero duró pocos meses porque dijo que “faltaba libertad”, luego tuvo un paso por la gestión de Mauricio Macri (en la Comisión Nacional contra el Lavado de Activos del Ministerio de Justicia), y en 2019 fue uno de los cerebros de la campaña presidencial de José Luis Espert en el Frente Despertar.
Todo terminó en escándalo: Etchepare renunció como jefe de campaña y primer diputado nacional por CABA luego de acusar al ahora dirigente de JxC de recibir financiamiento K.
Por todo eso, el precandidato presidencial liberal despotrica contra el kirchnerismo, contra Juntos por el Cambio, y también contra Javier Milei, de La Libertad Avanza. “Nos han hecho optar entre lo de antes, los de ahora, y esta especie de neopopulismo, este hartazgo que quiere sacar a la gente a patadas y que habla de comercio de órganos, eso a nosotros no nos representa”, explica.
Su lema es claro en ese sentido: “Liberalismo racional”.
─¿Tuvieron negociaciones para una PASO con Milei?
─Son dos procesos diferentes. Lo de Milei tiene que ver con ocupar un lugar que ocupaba Massa, Es el muleto de Massa, que habla desde el hartazgo. Nosotros pedimos institucionalidad, tuvimos esperanza en el recambio eso no se cumplió. Los de antes y los ahora no han resuelto nada. No hemos hablado con él, representamos cosas distintas. Para ir a una interna tenemos que tener puntos de conexión. No compartimos este enojo, eso de sacar a los demás a patadas, la política tiene que hacerse de manera adulta, con diálogo, en base a un plan, los demás espacios son slogans.
─Ustedes hablan de liberalismo racional, ¿es una crítica a él?
─Los libertarios están desconectados de la realidad. Recibimos gente de muchos espacios, le estamos dando la estructura, seriedad y profesionalidad al liberalismo. Tracemos una línea, estamos abiertos de par en par al talento, queremos a toda la gente que tiene algo creativo, que se incorpore, nueva generación que de lo mejor, quebrada la esperanza.
“Creemos que la solución es geopolítica, no solo tenemos que tener una política fiscal expansiva, con baja y eliminación de impuestos, legislación laboral moderna, porque acá falta empleo de calidad. Estamos convencidos que hay que hacer una reforma económica con el apoyo de aliados estratégicos regionales que nos den financiamiento”, detalla uno de los competidores del Frente Liber.ar.
Julio Bárbaro, por su parte, es el rostro famoso de la otra lista libertaria que compite, aunque él aclara que nada los une a los partidarios de Javier Milei. “Es que les quedó el nombre del partido, nada más”, le cuenta a Clarín en la víspera de presentar su lista oficialmente.
“Yo tengo 81 años, hace años viene a casa un grupo de jóvenes a comer pizza, discutir conmigo y hablar de política y me dijeron que necesitaban un candidato para iniciar con su partido y les dije que sí. Lo mío es un gesto, es simbólico. Les dije de entrada que el riesgo es el ridículo pero la obligación es dejar una idea. Entre el riesgo y la obligación, elijo la obligación”, dice Bárbaro sobre sus nulas chances electorales.
Es más, cuenta en broma el único pedido que le hizo a los que lo postulan. “Si les sirvo para el debate ideológico, el ridículo es lo de menos. Eso sí, no me hagan sacar menos votos que Guillermo Moreno”, lanzó.
En rigor, lo reconoce, no compite para ganar, sino para dar un mensaje. “Ellos son enamorados de la política, pibes que piensan la política desde el sueño, no tienen empleo público, es una generación que busca en nosotros experiencia, la obligación es dársela. Lo mio es un detalle”, comenta.
Bárbaro dice que en esas charlas de pizza él les cuenta a los que lo llevan ahora como candidato presidencial cómo era la Argentina antes del Golpe. “Yo nací en una Argentina donde no había un subsidio, la pobreza era 4%, Buenos Aires era una maravilla. La destrucción de nuestra sociedad uno no sabe si es casual o pensada por el mal”, teoriza.
Enseguida, afirma que la Argentina es el país más destruido del continente porque hay carencia de patriotismo. “La cantidad de ricos que cambian de ciudadanía para no pagar impuesto, me los imagino y los comparó con los ucranianos. Acá no huyen ante una guerra sino ante un impuesto”, se queja.
─Pero compite en una interna libertaria, liberal, ¿qué opina de ese sector, de Milei?
─Toda mi vida he dicho que creo en la libre competencia. Acá los enemigos son el marxismo y la concentración, hasta los kioscos son de los bancos. Hay alguien detrás de Milei, un empresario. El problema de un país que se empobrece y derechiza a la vez es llamativo, crece la pobreza y se multiplican los conservadores.
─ Usted es peronista, ¿no cree que esa derechización es una reacción a los gobiernos que hubo, entre ellos los peronistas?
─El peronismo era “ni yankee ni marxista”. Menem lo hizo yankee y Cristina lo hizo marxista. Nosotros nunca fuimos eso. Era patriotismo, lo mismo del radicalismo. El rico no era admirado, era el sabio; se invirtieron los valores, no se hablaba de plata. Mi viejo era colchonero, era obrero de la calle que mandó a tres hijos a la universidad. Desde el Golpe, el único que intentó recuperar el patriotismo fue Alfonsín. Lo intentó y no lo logró. Lo demás fue todo decadencia.
En medio de su razonamiento, Bárbaro deja de lado la elección presidencial y cuestiona al kirchnerismo sin filtro. Ese kirchnerismo del que él formó parte en los primeros tiempos del gobierno de Néstor Kirchner.
“Lo peor que trajo Kirchner es la grieta, no solo nos empobreció, sino que ahora también nos odiamos. Ellos nunca tuvieron pares, yo no quise ser ministro porque él a todos los humillaba y yo le dije ‘no voy a dejar que me humilles’. Ellos quieren empleados. No pudo saludar a Bergoglio porque no podía conducirlo. No aguantaba lo que no podía manejar, dominar”, dispara.
Bárbaro deja una chanza final sobre el kirchnerismo y también una ironía contra La Cámpora. “El menemismo se despidió con Menem y el kirchnerismo ni siquiera se despide con uno de los emblemáticos. Nunca descubrí por qué se llamaban Cámpora, no hay nada digno de recuerdo suyo, es porque uno escribió un libro, Bonasso, y es lo único que leyeron”.
Hasta último momento, buscaba anotarse entre los competidores Daniel Montoya, como precandidato del Frente Libertario Anticorrupción. Exdirigente del PRO de Roque Pérez, provincia de Buenos Aires, donde fue candidato a intendente, tuvo menciones a nivel nacional años atrás cuando denunció que su nombre figuraba como uno de los “aportantes truchos” de la campaña a gobernadora de María Eugenia Vidal en 2015.
En sus redes se presenta como un cruzado de derecha. “Guardián de la Constitución Nacional, la meritocracia, la propiedad privada y el libre comercio. Admirador de Alberdi, Sarmiento y Roca. Anti “Progre””, dice su biografía. Y desde hace meses le pide una PASO a Javier Milei pero sin éxito.
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─Promovemos pena de muerte para narcos, violadores y asesinos. Pero somos diferentes a Milei, nosotros somos democráticos, pedimos PASO, responde a Clarín.
De todas formas, reconoce que lo más probable es que no pueda competir porque desde el frente libertario se lo impiden. “Nos cagaron, queremos luchar contra la corrupción, desde la derecha, es una batalla cultural y nos cagaron”, se lamenta.
El frente Liber.ar es una de las alianzas que se presentaron en las elecciones presidenciales con candidatos y la representación necesaria para competir en las PASO y quizás la más desconocida.
Las otras son: Unión por la Patria, que lleva a Sergio Massa y ¿a Juan Grabois? tras el desplante a Wado de Pedro; Hacemos por nuestro país, de Juan Schiaretti; Juntos por el Cambio, con las interna Horacio Rodríguez Larreta-Patricia Bullrich; el FIT-U, de la izquierda, que enfrentara a Myriam Bregman y Gabriel Solano; La Libertad Avanza, con Milei de único candidato; y Principios y Valores, el partido de Guillermo Moreno.
Sin embargo, la persona que está detrás de Liber.ar no es nuevo en la política, sino más bien todo lo contrario. Se trata de José Bonacci, un exconcejal rosarino, que supo militar en el Modin de Aldo Rico y ser aliado del filonazi Alejandro Biondini, y al que en su provincia muchos definen como un “busca de la política”.
Su rostro no es desconocido para el mundo político, ya que en las elecciones de 2011 fue candidato presidencial con su “Partido del Campo Popular” y llamó la atención de muchos por sus spots de campaña, rayanos a lo bizarro, que se transmitían en los espacios gratuitos cedidos por la Dirección Nacional Electoral.
Tras sacar 48.774, es decir un 0.23% de los votos, y no superar el piso necesario para acceder a las elecciones generales (esgrimió que el duhaldismo le restó votos), Bonacci se dedicó, desde Santa Fe, a facilitarle su sello, Unite, a diferentes candidatos famosos con ganas de participar en política.
Fue el caso de Amalia Granata en las legislativas santafecinas, pero también el de Cinthia Fernández las últimas PASO de diputados nacionales en Buenos Aires o del mismísimo José Luis Espert, en las presidenciales 2019.
Esa plasticidad a la hora de entrar en alquimias electorales lo hizo detectar el fenómeno Milei mucho antes que el resto y se acercó al economista libertario para prestarle su partido para el armado nacional. En el medio tuvieron cruces, al punto que Milei lo acusó de “robarle el partido”.
El asunto, finalmente se resolvió en paz, pero ahora resulta llamativo que Bonacci, apoderado de la alianza de libertarios sin Milei milita la candidatura presidencia del propio Milei, según confirmaron a Clarín fuentes del espacio del economista y precandidato presidencial. Es más, Milei lleva candidatos del propio Bonacci en los estamentos provinciales de Santa Fe.
Así, el dirigente libertario aparece de una extraña manera en ambos lados del mostrador: militando la candidatura de Javier Milei a presidente desde La Libertad Avanza, con candidatos propios en Santa Fe por su partido Unite por la Libertad y la Dignidad, y al mismo tiempo como apoderado del frente de libertarios sin Milei, que postula a Nazareno Etchepare y Julio Bárbaro en una PASO.
Nada llamativo si se tiene en cuenta otro dato insólito de las internas libertarias/liberales: Milei es candidato de un frente que no integra el partido al cual él está afiliado.