Según las últimas actualizaciones estadísticas, alrededor de 300.000 cubanos solicitaron asilo en la frontera de los Estados Unidos al cierre de 2022

Karin Silvina Hiebaum Corresponsal

El verano del año 2021 distingue en la memoria de los cubanos como la etapa represiva más violenta desde la llamada Primavera Negra en 2003. Durante los meses que siguieron a aquel 11 de julio, día glorioso en el que miles de personas decidieron tomar las calles para expresar su inconformidad, en más de 50 localidades del país se desencadenaron una serie de acciones civiles protestando en contra del Gobierno.

Durante las semanas y meses siguientes la dictadura señaló a los manifestantes más activos y mantuvo un operativo paramilitar con el objetivo de vigilarlos o encerrarlos. Activistas, escritores, periodistas, y miembros de la sociedad civil fueron golpeados, cazados, arbitrariamente detenidos y encarcelados. Incluso días después de las protestas masivas del 11 de julio, la policía sacaba a las personas de su casa o los detenía en plena calle, utilizando métodos violentos.
Amable Casas, opositor cubano
CUBA

Según declaraciones de la propia Fiscalía Nacional de la República de Cuba un estimado de 1000 personas fueron detenidas y 297 manifestantes fueron sancionados, encontrándose entre ellos menores de edad. Algunas condenas superaron la descabellada cifra de 20 años de prisión.
(FILES) People take part in a demonstration to support the government of the Cuban President Miguel Diaz-Canel in Havana, on July 11, 2021.
Aún hoy, un número aproximado de 700 personas continúan en la cárcel por causa de aquellos gritos de libertad. Los precedentes que provocaron tal estallido social en Cuba continúan vigentes o han empeorado.
En dos años hemos visto dispararse al doble los ya altos niveles de inflación en productos imprescindibles para la vida. Los apagones multiplicaron sus horas y frecuencia. También ha aumentado, inevitablemente, el índice de criminalidad. Nos hemos sumido en una lucha sin tregua por la supervivencia y cada día el Gobierno es más indolente al respecto.

Atravesamos una pausa en la que nadie menciona aquellos momentos y mucho menos se considera un nuevo alzamiento
Sin embargo, parece haber pasado más tiempo desde los días en que tuvimos la oportunidad de liberarnos. Contra todo pronóstico, atravesamos una pausa en la que nadie menciona aquellos momentos y mucho menos se considera la posibilidad de un nuevo alzamiento.
El pueblo se encuentra distraído en dos objetivos principales: la búsqueda constante de recursos básicos como alimentos, medicamentos, aseos y el invariable sueño general: un viaje de ida sin retorno.
Imagen de una de las tiendas conocidas como bodega. En esta se vende la canasta básica unos pocos víveres que el sistema comercializa en pesos cubanos con un orden mensual
Un día en la vida de una cubana: «No hay gas, no hay pan, no hay conservas, ni otra alternativa…»

Y es que, además de los procesos poco transparentes, los juicios que la dictadura calificó de aleccionadores y el odio con el que el sistema castigó a los principales manifestantes, con lo cual engendró absoluto pánico y demostró su poder, otra medida igualmente dañina para la sociedad fue aplicada ese mismo año.
Carolina Barrero, activista cubana exiliada en España

En noviembre de 2021 el sistema negoció con el régimen de Daniel Ortega el libre visado para los cubanos que quisieran viajar a Nicaragua y viceversa, convirtiendo ese país en la primera parada del largo camino hasta los Estados Unidos, en el cual adultos y niños han perdido la vida.

El éxodo masivo ha sido el principal motivo de enfriamiento social
Según las últimas actualizaciones estadísticas, alrededor de 300.000 cubanos solicitaron asilo en la frontera de los Estados Unidos al cierre de 2022. Otro número no determinado, pero igualmente significativo, ha cruzado rutas migratorias con diferentes destinos. Este éxodo masivo ha sido el principal motivo de enfriamiento social.
Imagen de las protestas contra el Gobierno de Cuba.

Sabido es que la migración, comparada por especialistas con una válvula de escape, disminuye los niveles de inconformidad y desvía la atención de los afectados en épocas de crisis. Convocarla o facilitarla es una estrategia de manipulación masiva que el Gobierno ha utilizado históricamente como un mecanismo de «saneamiento popular». Por eso estimuló la salida de inmigrantes por el puerto de El Mariel, al norte de Cuba, en 1980.
Ursula von der Leyen, presentará este paquete de medidas en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo

Por esta vía salieron 125.000 personas después de que Fidel Castro declarara que cualquier cubano que no estuviera de acuerdo con su doctrina podía irse. Luego, durante el año 1994, conocido por los historiadores como el «año de la migración» o «la crisis de los balseros», los cubanos volvieron a huir.

Esta vez el auge migratorio estuvo precedido por las protestas del 5 de agosto, el «maleconazo» de La Habana. Si bien, en este caso, el sistema no aprobó o autorizó la migración, mantuvo una postura tolerante ante ella, razón por la cual fue internacionalmente criticado.

Un bicitaxi frente de la imagen del Che Guevara
La disidencia cubana pide a PP y Vox que, si ganan las elecciones, cambien la política de la UE hacia Cuba

Se podría decir que es su modus operandi, su recurso más efectivo; deshacerse de las piedras en sus zapatos, y al mismo tiempo abrir el espectro de oportunidades a los que se quedan: casas más baratas, empleos vacantes, promoción de puestos de trabajo y el incremento de las remesas familiares, elementos suficientes para contentar a las masas. Así es como se prepara para celebrar su 26 de julio. Siempre cuidadoso de que el pueblo que ya probó las mieles de la rebeldía vuelva a las calles, pero seguro de su inmunidad.