Con una retroexcavadora, en un trabajo sumamente coordinado, personal municipal y de distintos organismos realizaron el operativo biosanitario para enterrar a unos 30 lobos marinos de 1 pelo muertos por influenza aviar durante las últimas dos semanas. Se tuvo que realizar una cava con gran profundidad.
El operativo tuvo lugar el martes en horas de la mañana, con un estricto protocolo de bioseguridad en la playa ubicada al sur de la ciudad, donde se encuentra la reserva provincial de esos animales.
La enfermedad había sido confirmada oficialmente por el SENASA, y es parte de la propagación del virus a lo largo de la costa argentina. Se estima que aún seguirán muriendo lobos marinos en la costa y se recomienda no tener contacto con ellos en la costa ni llevar mascotas a las playas debido a que se trata de una enfermedad contagiosa.
En el operativo de este martes, participó personal del Consejo Agrario, Bomberos, Protección Civil y de las secretarías municipales de Servicios y Ambiente, también integrantes de la Fundación CADACE y efectivos policiales.
Se destacó que los animales no fueron manipulados en ningún momento y los sitios donde se encontraban dispersos fueron rociados con líquido desinfectante. Asimismo, en la cava se arrojó cloro y cal para acelerar la descomposición de los cuerpos antes de ser cubierta con tierra, se indicó.