Luego de tres días de lluvias torrenciales, la ciudad de Caleta Olivia, no solo en la periferia sino también en el centro mismo de la ciudad, presenta un estado de anegamiento y colapso nunca visto. Decir que la ciudad está “inundada” sería una simplificación, y la situación se podría calificar de “abandono”.
El efecto de la lluvia ha sido devastador y a las calles intransitables debería sumarse que el colapso de la red cloacal hace que la materia fecal se mezcle con el barro que baja desde las zonas más altas de la localidad.
Son años de obras no realizadas y de servicios básicos inexistentes que la tormenta pone en evidencia y que afectan de manera directa en los vecinos.
No se trata de situaciones puntuales, se trata de una ciudad en emergencia, con dependencias municipales ausentes. Obviamente, nadie se hará cargo de los daños en viviendas, ni los deterioros en la infraestructura urbana que el aluvión arrasó.
A esto habría que sumarle la basura que el temporal arrastró y que seguramente es parte del problema del taponamiento de los pluviales.
En síntesis, si la actual gestión del intendente Fernando Cotillo hizo poco por la ciudad, o lo hizo mal, esta es la prueba que todavía puede hacerlo peor.
Un caso testigo
La estructura municipal no solo no da respuestas a los vecinos, sino que, además, pese a tener una enorme planta de personal, no llega a dar respuesta a las propias instituciones y dependencias municipales. Vale mencionar como “caso testigo” al CEMEPA, en donde la tormenta ha dejado secuelas que solo algunos docentes se animan a denunciar.
“Acá dos de las muchas cosas que pasan en el Cemepa. Cada vez que llueve cae más agua adentro que afuera, pero es de siempre; lo pasé como estudiante y ahora como docente”, denuncia el posteo en redes sociales publicado por una trabajadora del centro educativo. Más aún, la docente señala indignada: “más de 20 años con ésta situación”.
También revela que “falta personal de maestranza” y que solo hay una o dos personas a cargo de los trabajos para mantener “en condiciones el establecimiento”. Lo cual claramente “es imposible”.
Tal vez, el final del posteo es una síntesis de lo que piensan y sienten todos los vecinos de Caleta Olivia: “Espero que la gente que le corresponda haga algo, pero ahora. Ya estamos cansados de promesas y que miren para otro lado. Y si los que están no lo hacen, él que venga no lo diga en época de campaña; que lo haga con hechos si esperar un voto a cambio”, enfatizó la docente.
La realidad muestra algo claro: Mientras que los docentes y algunos alumnos se arremangan para poder paliar la situación que dejó el temporal y cumplir con sus actividades; el intendente y sus funcionarios están escondidos.
Una gestión ausente y otra que llega
Frente a esta desgraciada situación que atraviesa la ciudad, se da un hecho insólito pero comprobable: los vecinos parecen tener en claro que, con el cambio de gestión provincial, también se dará un cambio de gestión municipal y acuden al sindicato petrolero para resolver los problemas más acuciantes.
Desde hace semanas, los pedidos de ayuda “llueven” en el gremio y es también esa entidad la que se está haciendo cargo del saneamiento de lugares claves; como así también ha montado un operativo de emergencia para desbloquear barrios que quedaron aislado por el temporal; a la vez que con maquinaria vial conseguida están dejando transitables las calles más afectadas (todas sin pavimentar) de los barrios periféricos.
La evidencia demuestra que hay una gestión ausente y otra que se prepara para hacerse cargo de los problemas.