Alain Delon 

A sus 85 años, Delon siempre la tiene presente en sus entrevistas y aseguró que Romy había sido la mujer de su vida

Alain Delon

Actor francés

Uno de los mitos del cine europeo de la década de 1960 y 1970.

Películas: El gatopardo, Rocco y sus hermanos, A pleno sol…

Padres: Fabien Delon y Regina Edith Arnold

Cónyuges: Nathalie Delon (m. 1964–1969), Rosalie van Breemen (1987–2002)

Parejas: Romy Schneider (1959–1963), Mireille Darc (1968–1982)

Hijos: Anthony, Christian Aaron, Alain, Anouchka

Nombre: Alain Fabien Maurice Marcel Delon

Altura: 1,77 m
Alain Delon nació el 8 de noviembre de 1935 en Sceaux, localidad cercana a París.

Familia

Hijo de Fabien Delon (1904-1977), director de un pequeño teatro de barrio, y de Édith Arnold (1911-1995), farmacéutica.

Tenía cuatro años cuando sus padres se divorciaron y fue entregado a una familia de acogida, en la que el padre trabajaba como guardia de prisión. A continuación, ingresó en el internado católico Saint Nicolas d’Issy-les-Moulineaux.

Su madre se volvió a casar con Paul Boulogne, un carnicero de Bourg-la-Reine, y Alain trabajó en el comercio de su padrastro.

Militar

A los diecisiete años inició su servicio militar en la Marina. Tras su paso por el Centre de formation maritime de Pont-Réan, entró en la l’École des transmissions des Bormettes. A causa de algunas indisciplinas, fue obligado a extender dos años más el servicio, siendo asignado como marinero a Saigón. Se dice que participó en la batalla de Dien Bien Phu (1954) en Indochina, desastre del ejército francés que sufrió numerosas bajas.

Cuando regresó a Francia, trabajó en diversos oficios, conectó con el hampa parisina y trató con gigolós, uno de los cuales, un homosexual llamado Carlos, le aseguró protección. Se relacionó con la actriz Brigitte Auber y conoció al actor y director Jean-Claude Brialy, quien le invitó al Festival de Cine de Cannes, donde su físico no pasó desapercibido.

En Roma, vivió con Gian Paolo Barbieri, que se convirtió en un famoso fotógrafo, y fue descubierto por el buscador de talentos estadounidense David O. Selznick, quien quiso representarle en Estados Unidos con la condición de aprender inglés. Delon comenzó a estudiar el idioma, pero conoció a Yves Allégret, quien le convenció para quedarse en Francia.

Películas

Sin tener ninguna formación como actor, en 1957, debutó en el cine trabajando en la primera película de Allégret, Quand la Femme S’en Mêle, y después en la segunda: Sois Belle et Tais-Toi.

En 1958, conoció a Romy Schneider en el set de la película Christine, dirigida por Pierre Gaspard-Huit. Él tenía veintitrés años, ella veinte. Se comprometieron el 22 de marzo de 1959, iluminados por los flashes de la prensa, convirtiéndose en una pareja célebre en el mundo del espectáculo.

Rocco y sus hermanos

Se consagró con la película de René Clément A pleno sol (1960), adaptación de la novela de Patricia Highsmith, El talento de Ripley(1955). Conoció a Luchino Visconti y con él hizo dos películas, la magnífica Rocco y sus hermanos (1960), y la célebre El Gatopardo(1963). En 1961, Visconti también le dirigió en una obra teatral de John FordLástima que sea una puta (1963), su única aparición en los escenarios.

Con El silencio de un hombre (1967), de Jean-Pierre Melville, alcanzó el estrellato en el cine negro. La película Borsalino (1970), de Jacques Deray, en la que formó equipo con Jean-Paul Belmondo, tuvo un tremendo éxito.

Trabajó también en El asesinato de Trotsky(1972) y en El otro Sr. Klein (1976), ambas de Joseph Losey, o en Un amor de Swann(1984), de Volker Schlöndorff, inspirada en la obra de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido. En 1985, consiguió un César (al mejor actor) por Notre histoire (1984), dirigida por Bertrand Blier.

Su amor con Romy Schneider

Romy Schneider alcanzó una gran popularidad en la piel de Isabel de Baviera en la trilogía sobre la emperatriz de Austria,Sissi (1955), Sissi emperatriz (1956) y El destino de Sissi (1957). Hasta los 20 años su carrera estuvo dominada por su madre, la actriz Magda Schneider,una mujer que mantuvo amistad (y se rumorea que algo más) con Hitler y Goebbles. Cansada de hacer películas de corte romántico, Romy decidió cambiar de registro y se fue a rodar a Francia Amoríos con Alain Delon en 1958, un drama romántico en el que ella era una cantante de ópera y él un teniente con el que vivía un apasionado amor .

El director de cine francés Pierre Gaspard-Huit, amigo de Delon, le pidió que fuera a recoger a Romy a su llegada al aeropuerto de Orly. Allí se plantó el apuesto actor con un ramo de rosas rojas para darle la bienvenida. Ella no hablaba francés ni Delon inglés, así que poca conversación pudieron mantener. Al principio, el protagonista de Rocco y sus hermanos la veía como una chica “aburrida” y la actriz de Préstame tu marido le tildó de “engreído”. Sin embargo, tras pasar varios horas juntos, se dirigieron a Viena para empezar el rodaje y allí iniciaron un romance que acaparó las portadas de la prensa social de la época.

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Alain Delon y Romy Schneider en la película ‘Amoríos’,dirigida por Pierre Gaspard-Huit GAMMA-RAPHO

Guapos, jóvenes y talentosos formaban una de las parejas más bellas del cine. “Tenía la sonrisa más linda que haya conocido, iluminaba el mundo”, aseguró años después el intérprete galo. Tras Amoríos, sus carreras continuaron despegando por separado y la distancia complicaba la relación. Decidieron mudarse a vivir juntos a París en 1959en un piso con vistas al Sena y volvieron a coincidir en el plató de A pleno sol, donde Delon era el cazafortunas Tom Ripley surgido de la imaginación de Patricia Higsmith. Desde que se conocieron gozaron durante cinco años de la pasión de una ‘pareja perfecta’ que nunca contó con el beneplácito de la madre de la actriz, que siempre aseguró que el apuesto seductor, alérgico a la fidelidad, solo le arruinaría la vida.

Quisieron formalizar su relación comprometiéndose y durante unas vacaciones en la casa familiar de Romy en el lago Lugano convocaron una rueda de prensa donde no dejaron de halagarse mutuamente. “Siempre me lo juego todo. Me entrego y amo con todo mi corazón”, aseguraba radiente la austriaca. Pero el cuento de hadas se truncó en 1963, cuando Delon abandonó de malas maneras a Romy por la actriz francesa Nathalie Barthélemy. Y es que el francés dio por zanjada su relación con flores y una escueta carta de despedida: “Me he ido a México con Nathalie. Mil cosas. Alain”.

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Alain Delon y Romy Schneider en el aeropuerto de OrlyGAMMA-RAPHO

Entre esas mil cosas a las que se refería el seductor francés, estaba el hecho de que iba a tener un hijo con su nueva novia. Con el corazón hecho añicos, la afligida Schneider recibiría días después una versión extendida de la misiva en la que Delon le explicaba que iba a ser padre y a casarse: “La razón me obliga a decirte adiós. Hemos vivido nuestro matrimonio antes de casarnos. Nuestro trabajo nos arrebató toda esperanza de sobrevivir (…), te devuelvo tu libertad dejándote mi corazón”.

Con él mantuvo luego una relación cordial y ambos intervinieron en La piscina (1969), de Jacques Deray, una historia de una pareja que acaba envuelta en una espiral de celos y sospechas. Años después, el galán confesó en una entrevista que Romy había sido la mujer de su vida y que lamentó no haberse casado con ella. A sus 85 años, siempre la tiene presente en sus entrevistas. El rodaje de La piscina, limó viejos rencores y dio lugar a una relación de amistad que duró hasta la muerte de ella en 1982,a los 43 años. “No soy nada en la vida, pero todo en la pantalla”, confesaría la deprimida Romy antes de su fallecimiento, hundida en una profunda depresión tras el suicidio de su primer esposo, Harry Meyen, y la prematura muerte de su hijo David a los 14 años.Loading video

No se hizo autopsia al cadáver de la actriz y se declaró oficialmente que falleció de un ataque al corazón. El actor no acudió a su funeral, aunque le dedicó una carta en la que la llamaba “mi Puppelé”(pequeña muñeca, en alemán)” y recordaba los inicios de su historia romántica: “A menudo, nos preguntábamos el uno al otro cuestiones sobre nuestro amor. ¿Quién se enamoró primero, tú o yo? Contábamos, uno, dos, tres y respondíamos: ¡Ni tú ni yo… Juntos! Dios mío, éramos jóvenes, y como éramos de felices”.