Karin Silvina Hiebaum – International Press
Según los diez estudios disponibles en Argentina, siete dan la victoria al libertario
Las elecciones generales del 22 de octubre en Argentina sorprendieron con la victoria del candidato oficialista de Unión por la Patria (UP) y actual ministro de Economía, Sergio Massa, obtuvo el 36,68% de los votos. Al no conseguir el 45% necesario para alzarse como presidente, tendrá que enfrentarse el domingo 19 de noviembre a una segunda vuelta con el segundo más votado, el candidato de Libertad Avanza, Javier Milei, que consiguió el 29,98% de los votos.
A una semana del conocido como balotage, la mayoría de las encuestas realizadas por distintas consultoras dan la victoria al candidato de Libertad Avanza, Javier Milei. De los diez sondeos que hay disponibles hasta el momento, seis vaticinan que el libertario entrará en la Casa Rosada, frente a cuatro que piensan que el oficialismo continuará en el Gobierno con Massa.
La tercera candidata de la primera vuelta, Patricia Bullrich, afirmó que iba a pedir el voto para Milei e incluso en un programa de televisión nacional se fundió en un profundo abrazo con el ultra libertario. Este pacto cerrado con los seguidores del expresidente Mauricio Macri pone en la cesta de Milei los votos de los liberales más moderados, a los cuales se tiene que ganar, y por eso dejó la motosierra en casa y muestra una postura más amable de cara al público.
Milei ya no se presenta con mantras y mensajes duros como el de «volar el Banco Central» o «desmontar el Estado». El consultor argentino independiente, Guillermo Hirschfeld, aseguró a elEconomista.es que el «apoyo inmediato e incondicional» de Patricia Bullrich a Milei fue la clave de la moderación de su discurso. «Ahora mismo no hay un debate ideológico, lo que se dirime en este balotage es el continuismo frente al cambio y los votantes de Bullrich y los de Milei apuestan por lo segundo» y por eso esa imagen de unión entre ambos «es lo que hace fuerte a Milei», dijo el experto. Bullrich obtuvo el 24%de los votos en la primera vuelta electoral.
La politización de la sociedad argentina se traslada, también, a los sondeos. Entre las consultoras que realizaron sus investigaciones hay firmas próximas al oficialismo. Analogías, por ejemplo, tiene detrás la sombra de los Kirchner e en Inteligencia Analítica está bajo la batuta del cuñado de Sergio Massa, Sebastian Galmarini, que curiosamente da la victoria a Milei pero con una horquilla muy próxima al empate técnico en la segunda vuelta.
La clave para asegurar esa «leve» victoria de Milei en las encuestas se basa en los márgenes que dan entre un candidato y otro. Mientras que el libertario presenta horquillas de entre 0,2 y 3,8 puntos, las tres que dan la victoria a masa plantean márgenes de 2,3 a 10,4 puntos.
Una de las encuestas más recientes es la que realizó AtlasIntel. La predicción de esta empresa, con sede en Brasil, fue la que más se acercó a los resultados de la primera vuelta. Para el balotaje de este domingo, prevén una victoria muy ajustada para Milei frente a Massa. En concreto, prevén que el libertario obtendría el 48,5%de los votos, frente al 44,7% que auguran que obtendrá Massa. Según el documento, la precisión de esta encuesta está en dos puntos porcentuales.
El director ejecutivo de Atlas dijo, en declaraciones recogidas por Bloomberg, que Milei está por delante «fuera del margen de error y no dentro de un empate estadístico con Sergio Massa». Además, señaló que la diferencia entre Milei y Massa «es menor de lo que cabría esperar en función de factores estructurales, como el bajo índice de aprobación del Gobierno y la suma de votos de los candidatos de derecha y centroderecha de la primera vuela electoral».
Antes de la cita electoral del 22 de octubre, la gran mayoría de los sondeos daban una amplia ventaja a Milei, que partía como el favorito tras las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Sin embargo Massa dio la gran sorpresa y se postuló como el candidato más votado
Atlas fue de las pocas que atinó con el resultado de la primera vuelta. En un estudio realizado el 12 de octubre, la empresa predijo que Massa obtendría el 31%de los votos, mientras que los apoyos a Milei no superarían el 25%.
La gestión de Massa
Uno de los principales problemas que lastran la candidatura de Massa es su gestión como ministro de Economía. El país rioplatense no consigue doblegar la curva de la inflación, que parece que va a cerrar el año en torno al 200%.
Según los datos oficiales, el IPC aumentó un 12,7% en septiembre, muy por encima del 12,4% de agosto. Esto superó la estimación de Bloomberg del 11% y la del consenso del 11,5%. Así, la tasa de inflación interanual se quedó en el 138,3%, marcando su plusmarca en más de tres décadas.
La economista para Argentina y Brasil de Bloomberg Economics, Adriana Dupita, comentó que a pesar de los esfuerzos del Gobierno por controlar los precios regulados y el congelamiento del tipo oficial de la moneda «la inflación se aceleró en septiembre hasta un máximo de la era posterior a la hiperinflación».
La especialista explica que el mayor gasto público y la emisión de dinero para financiarlo «han puesto más pesos en la economía, impulsando el consumo y la demanda del dólar estadounidense».
Por su parte El Fondo Monetario Internacional (FMI) avanzó en su previsión de octubre que la economía argentina se va a contraer un 2,5% al cierre de este año y, el que viene, remontará hasta el 2,8%. Por su parte, la OCDE se muestra más pesimista. En su revisión de septiembre apuntan a que la caída para este año será del 2%y en 2024 llegará la recuperación pero todavía bajo una recesión del 1,2%.
Guillermo Hirschfeld aseguró que Massa está «intentando apartarse» de la gestión del actual Gobierno. Pero la credibilidad en el candidato está bastante cuestionada en ciertos aspectos ya que la actual crisis económica sucedió durante su gerencia dentro de la cartera de Economía.
Por su parte, Milei tiene bajo sus manos todo el espacio de la derecha argentina. El candidato no tiene competencia interna y ahora lucha por ganarse a los votantes de Bullrich haciendo un discurso moderado basado en la ortodoxia económica y la disciplina fiscal. Al mismo tiempo, actúa como «líder del cambio» en Argentina, y se erige como la persona que acabará con tantos años de oficialismo.