Por qué el Vaticano prohíbe a los católicos unirse a la masonería: «Niega al Dios en el que nosotros creemos»
Rocco D’Ambrosio, sacerdote y profesor de Filosofía Política en la Universidad Gregoriana de Roma, arroja luz sobre la incompatibilidad entre el catolicismo y la masonería, subrayando las divergencias fundamentales y las implicaciones sociales de esta relación
El Vaticano ha confirmado la prohibición para los católicos de unirse a la masonería, destacando que dicha unión se considera un pecado grave desde el punto de vista doctrinal. En una reciente respuesta del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, respaldada por el Papa Francisco, se reafirma esta posición tras una solicitud del obispo de Dumaguete, en Filipinas, sobre cómo abordar el creciente número de fieles que se unen a dicha sociedad secreta. Se destaca que la pertenencia consciente a las logias masónicas, así como la adopción de sus principios, contradice la doctrina católica y entra en conflicto con la fe, lo que implica la necesidad de una estrategia pastoral y educativa para abordar esta incompatibilidad.
Ante esta decisión, Rocco D’Ambrosio, sacerdote y profesor de Filosofía Política en la Universidad Gregoriana de Roma, arroja luz sobre la incompatibilidad entre el catolicismo y la masonería, subrayando las divergencias fundamentales y las implicaciones sociales de esta relación.
–¿Cuáles son las razones de la incompatibilidad entre la fe católica y la Masonería?
Debemos reflexionar primero sobre qué es la masonería. Es una asociación cultural que adopta diversas formas, historias y tradiciones según los países en los que opera, y dentro de esta asociación cultural hay un credo filosófico que no es el cristiano. Es decir, creen en un Dios que no es el Dios personal de Abraham, Isaac, Jacob y Jesucristo. Más bien, creen en una entidad, un demiurgo platónico. Luego, hay varios hilos dentro de la masonería. Y otro elemento importante es la posición sobre Jesucristo, que para ellos no es el Hijo de Dios que se hizo carne para salvarnos. Además, en algunos grupos masónicos, el conocimiento, la ciencia y la actividad de la razón son solo para un grupo de iniciados, es decir, un grupo particular de personas. En este sentido, la masonería tiene hilos, incluso gnósticos, relacionados con la herejía cristiana de los primeros siglos. Esto dicho en forma de síntesis ya que estamos hablando de una asociación cultural con cientos de años de actividad, con diversas tradiciones y escuelas filosóficas, pero estos son los elementos fundamentales.
–En resumen, una antítesis de la fe, pero, ¿podría profundizar en por qué un católico se encuentra en un estado grave de pecado al unirse a la masonería?
Porque es como unirse a una corriente filosófica que niega al Dios en el que nosotros creemos. Me viene a la mente la oposición que Jesús plantea entre Dios y el dinero. Es decir, no se puede creer en Dios y en el dinero, o se cree en Dios y, como dice Jesús, «o sirves a uno y desprecias al otro». Aquí estamos hablando de elementos de fe, de orientación de vida, de filosofía, llámelos como quiera, que son la negación del cristianismo. Luego está el elemento de que, en algunos momentos históricos y contextos estatales, la masonería ha mostrado una fuerte oposición a la Iglesia católica, promoviendo el anticlericalismo, obstaculizando y dificultando la actividad de la Iglesia, lo que agrava la situación.
Juan Bosco fundó la congregación de los Salesianos en un contexto muy masónicoRocco D’AmbrosioSacerdote y profesor de Filosofía Política
–¿Algún ejemplo?
–No todos saben que don Juan Bosco fundó la congregación de los Salesianos en un contexto muy masónico, tanto que a sus seguidores se les llamaba solo por el apellido, evitando el uso excesivo de títulos religiosos. Claro está que la masonería sabía quién era san Juan Bosco. Sin embargo, su obra fue fuertemente obstaculizada en Turín, una ciudad italiana muy masónica, para dar un ejemplo. Hay muchos otros ejemplos en diferentes estados, desde México hasta España, Francia…
–¿Considera necesario incluir una condena explícita y la posibilidad de excomunión en el código de derecho canónico con respecto a la masonería?
Aquí hay que tener cuidado. El nuevo código de derecho canónico, el reformado, quiso asumir una dimensión más universal y habla de asociaciones contra la Iglesia que ligan o que obstaculizan la actividad de la Iglesia, por lo que es más amplio. La masonería no concierne a todo el mundo, solo a algunos países. De hecho, cuando se hizo la pregunta a la Santa Sede, etc. si debían considerarse entre estas asociaciones que niegan a Dios, etc., también la masonería, la respuesta fue afirmativa. La masonería es una de esas asociaciones que cree en principios contrarios a los de la fe cristiana y, en algunos casos, opera en contra de la actividad de la Iglesia o la limita. Por lo tanto, nada ha cambiado y el nuevo código, que quiso usar una frase un poco más inclusiva lo que hace es abarcar a todas las realidades de asociaciones que niegan el cristianismo y están en contra de la actividad de la Iglesia.
–En Italia y en otros lugares, las mafias y los grupos de poder se entrelazan con la masonería. Podemos recordar la Propaganda 2. ¿Podría compartir su opinión sobre las implicaciones sociales derivadas de esta combinación de poder, asociación secreta y dinero?
–En Italia y en otros países, se ha observado una interconexión entre las mafias, los grupos de poder y la masonería. Sin embargo, no sería cierto afirmar que todos los miembros de la masonería son personas ilegales, delincuentes. Hay masones que son personas respetables y creen en algo diferente a lo que creemos nosotros. Al mismo tiempo, hay grupos desviados dentro de la masonería. En Italia, por ejemplo, se han observado alianzas entre una masonería desviada y la delincuencia organizada, como en el caso de la ‘Ndrangheta en Calabria. O la logia Propaganda 2, que se vio envuelta en varios escándalos, incluida la corrupción, pero que fue rechazada por todas las demás logias masónicas en Italia. La masonería es una asociación con su propio credo, y como en muchas otras organizaciones, hay personas que no actúan de acuerdo con los fundamentos sanos de la institución y comienzan a delinquir.
–En esta masonería desviada que mencionaba, ¿podrían existir incluso desviaciones, incluso anticristianas, por lo que podríamos considerar algunas logias masónicas como satánicas?
Este es un tema en el que se debe tener mucho cuidado. El Cardenal Newman decía: «Es estúpido creer demasiado en el demonio, como también es estúpido creer demasiado poco». Es imposible dar una respuesta general sobre este tema. Es necesario abordarlo caso por caso. Puede haber habido tales cosas, pero debemos tener mucho cuidado. Por algo, el oficio de exorcista es uno de los más delicados, es un ministerio muy delicado dentro de nuestra comunidad cristiana. Entonces, no se debe generalizar cuando hablamos de estos fenómenos.
La masonería europea, por ejemplo, la de España, Francia e Italia, tiene una marcada connotación anticristianaRocco D’AmbrosioSacerdote y profesor de Filosofía Política
–La propaganda implícita de la masonería resalta la pertenencia de grandes personalidades como George Washington, Benjamin Franklin, Voltaire o Giuseppe Garibaldi.
–En algunos países, como en Estados Unidos, Inglaterra, etc., la masonería tiene más una connotación de asociación cultural y filantrópica. Por lo tanto, el elemento religioso no se enfatiza mucho. De hecho, en algunas logias declaran la llamada libertad de culto. En otros países, el elemento cultural y antieclesiástico es más fuerte. Entonces, aquí también se debe contextualizar. La masonería europea, por ejemplo, la de España, Francia e Italia –solo doy estos tres ejemplos, pero no son los únicos– tiene una marcada connotación anticristiana.
–¿Por qué cree que un cristiano podría ser seducido?
En el fondo, creo que la masonería siempre ha sido una asociación cultural con importantes figuras políticas, económicas e institucionales en su interior. Esto podría ejercer cierto atractivo sobre algunas personas. Algunos podrían incluso ser atraídos por las ideas filosóficas que propone la masonería. Sin embargo, quien acepta plenamente la fe masónica no puede considerarse cristiano ni presentarse como tal. Esto está relacionado con el concepto de pecado grave, excomunión y la imposibilidad de recibir la Eucaristía.
–¿Le gustaría agregar algo más a la reflexión sobre este tema?
–Gracias a Dios y al Concilio, hoy tenemos un Papa que constantemente nos invita al diálogo. Es importante aprender a dialogar con todos, pero sin eliminar las diferencias. El Papa desea dialogar incluso con aquellos que promueven guerras, porque su objetivo es llevar un mensaje de paz. Debemos aprender a dialogar con todos, encontrar lo que nos une. Podría ser el bien de la humanidad, la paz o la justicia. ¿Por qué no dialogar en esta dirección? Las ciudades no solo pertenecen a los creyentes de las religiones monoteístas ni solo a los cristianos. Todos los ciudadanos contribuyen al crecimiento de la ciudad, como decía Aristóteles, independientemente de sus convicciones religiosas o de la ausencia de ellas. Los verdaderos ciudadanos son aquellos que trabajan por el bien común, y debemos aprender a dialogar y colaborar por el bien de todos.