Desde que en 2007 Hamás se hizo con el control de Gaza —dejando fuera a las fuerzas leales a la Autoridad Palestina— Israel y el grupo militante islámico han librado cuatro guerras e intercambiado disparos en numerosas ocasiones. Estamos ante la última y más sorprendente, por inesperada, de ellas.
La incursión de Hamás ha sido el ataque más letal a Israel en muchos años. “Estamos en guerra”, dijo de inmediato el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Y en ese dolor estamos: son ya casi 2.000 muertos entre israelíes y palestinos.
Israel tiene de su parte una potencia militarincomparablemente mayor que la de Hamás. Además, cuenta con una red de apoyos internacionales que no ha hecho sino crecer en los últimos años, incluso de naciones árabes, algo impensable hace medio siglo.
Con quién mantiene Israel buenas relaciones
Israel es miembro de las Naciones Unidas desde 1949. Mantiene relaciones diplomáticas formales con 168 países de los 192 estados miembro de la ONU.
Si hacemos caso de los países que se han pronunciado desde el inicio del ataque sorpresa de Hamás, Israel cuenta con el apoyo deEstados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, España, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Grecia, Polonia, Noruega, Hungría, Portugal, Rumanía, República Checa, Croacia, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Islandia, Ucrania, Albania, Luxemburgo, Macedonia del Norte, Montenegro, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Baréin.
EE UU ha sido históricamente el principal respaldo internacional de Israel. Este apoyo es inquebrantable y no cambia sea demócrata o republicano el inquilino de La Casa Blanca. Ese respaldo ha sido vital para el desarrollo militar y la defensa nacional israelí.
Equidistantes, países como Egipto, Jordania, Venezuela, Brasil y Sudáfrica han pedido que cese la violencia y que se retomen las negociaciones de paz.
El caso de Arabia Saudí
Tres años después de los Acuerdos de Abraham, que normalizaron los lazos de Israel con varios de sus vecinos árabes, están o estaban a punto de cerrar un acuerdo con Arabia Saudí. Histórico pacto, muchos analistas consideran que ha sido uno de los disparadores de la ofensiva de Hamás.
Porque el ataque palestino quiere ser un golpe al avance en las negociaciones para un acuerdo entre Israel y Arabia Saudita que viene impulsando EE UU, primero de la mano de la Administración Trump y ahora la de Biden. Hace unas semanas, en su discurso ante Naciones Unidas, Netanyahu insinuó que su país estaba a punto de lograr su reconocimiento por parte de Arabia Saudí, que, recordemos, es la guardiana de los dos lugares más sagrados del islam.
Mohammed bin Salmán, gobernante de facto de aquel país, habló recientemente de avances con Israel, pero insistió también en la necesidad de hacerlo también en la causa palestina, vista como una prioridad para el anciano rey Salmán. Según un comunicado de su Ministerio de Exteriores, Arabia Saudita rechaza “cualquier tipo de ataque contra civiles y la necesidad de que todas las partes respeten el derecho internacional humanitario”.
Hay que tener en cuenta que al tiempo, la monarquía saudí ha firmado recientemente “la paz” con Irán gracias a los auspicios de China. Hace apenas una semana, el líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Jamenei, afirmó que la normalización de relaciones con Israel es “apostar por el caballo perdedor” y auguró el fin del Estado judío.
Israel y las naciones árabes
Las relaciones de Israel con los países árabes han cambiado mucho desde aquella primera guerra, la de 1948. Tras la declaración de independencia del Estado de Israel de 1947, Líbano, Siria, Transjordania, Irak y Egipto le declararon la guerra.
El país hebreo tiene abiertas sus fronteras con dos de sus vecinos, Egipto y Jordania, después de firmar los tratados de paz en 1979 y 1994 respectivamente. Además, en 2020, Israel firmó acuerdos que establecen relaciones diplomáticas con países de la Liga Árabe como Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos. Fueron los Acuerdos de Abraham, a los que debería sumarse Sudán.
Para hacernos una idea, el pasado noviembre, Israel y Marruecos firmaron un acuerdo de cooperación militar inédito que permitiría la venta de armamento. Luego, en marzo, ambas naciones crearon lo que se entiende como el embrión de una alianza defensiva frente a Irán.
Otros países africanos que no tienen embajada israelí pero sí palestina son: Libia, Túnez, Mauritania, Mali, Gambia, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Gabón, República del Congo, Namibia, Mozambique, Zimbabue, Zambia, Tanzania y Yibuti.
Israel-Rusia, una relación compleja
En su primera reacción al ataque de Hamás, Moscú ha manifestado su “preocupación” por la violencia desatada entre las milicias palestinas e Israel. Rusia ha asegurado que desconocía las intenciones de Hamás de atacar a Israel, ha pedido a ambas partes un cese inmediato de la violencia para poder retomar las negociaciones de paz y se ha ofrecido como posible mediadora. “Ha sido una escalada inesperada. Si lo hubiésemos sabido lo habríamos impedido”, declaró a la agencia rusa Interfax el viceministro de Exteriores, Mijaíl Bogánov.
Ha sido una escalada inesperada. Si lo hubiésemos sabido lo habríamos impedido”
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso habla de “círculo vicioso de violencia consecuencia directa del crónico fracaso del cumplimiento de las resoluciones de la ONU y su Consejo de Seguridad y el bloqueo de Occidente a la labor del Consejo de Seguridad”. En particular se ha referido al “bloqueo por parte de Occidente al trabajo del cuarteto de mediación internacional para Oriente Próximo en el que participan Rusia, Estados Unidos, la UE y la ONU.
El Kremlin ha recordado su “posición coherente de los últimos 75 años de que no existe una solución que se pueda imponer por la fuerza”, sino que “se puede resolver exclusivamente por medios políticos y diplomáticos” en un proceso de negociación basado en “un estado palestino con las fronteras de 1967 y capital en Jerusalén Este que conviva en paz y seguridad con Israel”.
“La relación con Rusia es compleja porque en nuestra frontera norte con Siria, aviones israelíes y aviones rusos están volando a corta distancia de entre sí”, ha dicho el propio Netanyahu. Porque Israel e Irán mantienen una guerra encubierta en suelo sirio.
La relación con Rusia es compleja porque en nuestra frontera norte con Siria, aviones israelíes y aviones rusos están volando a corta distancia de entre sí”
La alianza de Israel con Rusia es peculiar y la guerra de Ucrania la ha puesto en peligro. Compleja, porque Putin tiene el apoyo de Irán (sus drones han estado muy presentes en la invasión rusa de Ucrania) y el de los ayatolás es el gran enemigo de Israel.
¿Y qué dice China?
Israel y China establecieron relaciones diplomáticas en 1992. Desde entonces su contacto se ha desarrollado progresivamente, culminando en la histórica visita del presidente de China a Israel en el año 2000 y las visitas de tres presidentes de Israel a Pekín.
China ha hecho un llamamiento a la calma de todas las partes. “China está profundamente preocupada por la actual escalada de tensiones y violencia entre Palestina e Israel. Hacemos un llamado a las partes relevantes para que mantengan la calma, ejerzan moderación y pongan fin de inmediato a las hostilidadespara proteger a los civiles y evitar un mayor deterioro de la situación”, dijo un portavoz del Ministerio de Exteriores.
La salida fundamental del conflicto reside en implementar la solución de dos Estados y establecer un Estado de Palestina independiente”
Pekín no clasifica a Hamás como un grupo terrorista, sino que la considera una organización de resistencia. “La salida fundamental del conflicto reside en implementar la solución de dos Estados y establecer un Estado de Palestina independiente”, añadió el portavoz.
Con quién mantiene Israel malas relaciones
Irán, el archienemigo
Es, sin duda, el gran enemigo de Israel desde que en 1979 rompiera sus relaciones diplomáticastras la revolución islámica. Un asesor militar de Jamenei ha elogiado la “orgullosa” ofensiva llevada a cabo por Hamás contra Israel desde la Franja de Gaza.
Israel e Irán suponen una amenaza existencial mutua, compiten por la hegemonía regional y mantienen una guerra encubierta a través de sabotajes, ciberataques y asesinatos. En ese conflicto ‘en la sombra’ y para expandir su influencia regional, Teherán apoya a grupos como el libanés Hizbulá, el movimiento palestino Hamás, la Yihad Islámica y a los rebeldes hutíes en Yemen.
La misión de Irán ante la ONU ha negado la implicación de Teherán en el ataque de su aliado Hamás. “Apoyamos enfáticamente y sin dudas la causa de Palestina; sin embargo, no estamos implicados en la respuesta palestina, que ha sido tomada solo por Palestina”, dijo la misión de Irán ante la ONU en Nueva York en un comunicado recogido por medios iraníes.
Siria, refugio de milicias
Mantiene un estado de beligerancia con Israel desde la primera guerra árabe-israelí de 1948. Sólo hace unos meses, en abril, el Ejército israelí atacó posiciones del sur de Siria con artillería y por aire. Lo hizo después de que se lanzaran desde esa zona seis cohetes, de los que tres cruzaron a territorio israelí.
Desde hace años, Israel ataca con frecuencia posiciones de las milicias palestinas refugiadas en suelo sirio. En noviembre de 2012, unos proyectiles sirios cayeron en el territorio israelí de los Altos de Golán. Desde entonces, Israel se ha enfrascado en múltiples enfrentamientos con el Ejército sirio en la zona.
Se trata en realidad de una guerra soterrada contra Irán de la que nunca informa y que lleva a cabo con la connivencia de Rusia, país aliado del gobierno sirio y con bases militares en ese país.
Líbano
Pese al acuerdo sobre su frontera marítima alcanzado entre Israel y Líbano en octubre de 2022, ambos países no tienen relaciones diplomáticas. El Ejército israelí invadió el sur del Líbano en marzo de 1978 para hacer frente al ataque de grupos palestinos (lo volvió a hacer en 1982). Desde entonces, una misión de paz de Naciones Unidas vigila la frontera terrestre.
Y desde entonces, Israel y Líbano mantienen un enfrentamiento por la frontera terrestreque les separa. En 2000, tras la salida del Ejército de Israel del Líbano tras 22 años de ocupación, la ONU delimitó la llamada línea azul. Allí está la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en Líbano (FINUL), que tiene el mandato de garantizar la retirada de los soldados israelíes del territorio libanés y ayudar al Gobierno del Líbano a restituir su autoridad en la zona.
Los cascos azules españoles
- Pasa el tiempo, 17 años, y la FINUL continúa desplegada con un contingente de más de 10.000 cascos azules y 800 civiles procedentes de 46 países. España lidera en estos momentos la misión y aporta 664 efectivos. El coste en vidas para nuestro país ha sido alto: 16 soldados han fallecido en este período de tiempo. En total, nuestro país ha contribuido con 22.024 personas, entre personal militar, guardia civil e intérpretes.
Israel y Líbano se enfrentaron en una última y breve guerra en 2006. Sin embargo, los israelíes no se retiraron de las granjas de Cheba, entre las fronteras del Líbano, Siria e Israel. Aunque Tel Aviv considera esta zona siria, Líbano la reclama como propia, al igual que lo hace la guerrilla de Hezbolá, que lucha por la liberación del territorio libanés que considera ocupado.
Este domingo, el Ejército israelí llevó a cabo unataque con drones contra las instalaciones de Hezbolá en el sur del Líbano, en esa zona de las Granjas de Cheba. La ofensiva tuvo lugar después de que el grupo lanzara un ataque con mortero contra Israel en un gesto de apoyo a Palestina y Hamás.