La UE reconoce un incremento de ataques cibernéticos y quiere blindarse de cara a las elecciones de junio 2024

Bruselas informa de un aumento de este tipo de agresiones y reconoce la debilidad estructural

Las próximas elecciones europeas tendrán lugar el próximo junio de 2024 y la Unión Europea ya ha mostrado su preocupación por el aumento de ataques cibernéticos frente a los que pretende blindarse para dicha fecha.
Según reconoce el Parlamento Europeo, su ciberseguridad «aún no cumple los estándares de la industria», algo que dejaron claro tras una resolución aprobada en el pleno de Estrasburgo en la que urgían a la Comisión a tomar las medidas necesarias.

Un informe elaborado por la Dirección General de Tecnologías de la Información de la Eurocámara del pasado mes de noviembre reconoce que los ataques telemáticos están «aumentando considerablemente» y apunta a que la UE debe prepararse «para hacer frente a amenazas similares» a las que se enfrentan los gobiernos nacionales y entidades locales, así como empresas. La guerra cibernética es uno de los pilares de la guerra asimétrica cuyo fin es desestabilizar y provocar el caos en el adversario. Cuanta más digitalizada está una sociedad, más susceptible es de sufrir este tipo de envites.

Los ataques provienen de hackers patrocinados por el Estado, de los Estados mismos o bien de otros grupos supuestamente independientes. Estos son de diferente índole, tal y como detallan en el informe: desinformación para dañar la imagen de candidatos, manipular los sistemas de votación e incidir en otros sistemas de seguridad y de vigilancia. «Estos desafíos se ven exacerbados por la inestabilidad geopolítica y el hacktivismo político», apuntan.

Entre los principales sospechosos se encuentran Rusia y China. Expertos de la UE en esta materia, señalan como ejemplo el ataque que sufrió la página web del Parlamento Europeo momentos después de que se votara en pleno a favor de declarar a Rusia como Estado patrocinador del terrorismo.

A esto se le suma el espionaje al que son objeto los funcionarios comunitarios al manejar información sensible en su trabajo. Aunque también afecta a los líderes, como Ursula von der Leyen y la filtración de documentos que la implicarían en un escándalo de corrupción por la compra de vacunas contra el coronavirus de Pfizer.

El problema principal al que se enfrentan las instituciones en la dispersión de las estructuras de ciberseguridad, tal y como apunta los europarlamentarios. Por un lado están las direcciones de seguridad de cada institución; por otro, los grupos políticos y, por otro, el nivel personal. Según informan desde el Parlamento, la proporción de personal de seguridad respecto a eurodiputados es uno a tres.

Los equipos de seguridad encargados de proteger los sistemas cibernéticos aseguran que hay un grupo de hackers detrás de los principales ataques conocido como Fancy Bear de Moscú.

Las campañas más habituales son las spear fishing, es decir, ciberataques realizados por correo electrónico, SMS o llamadas telefónicas. Intentan llamar la atención de la víctima suplantando determinadas identidades para que proporcionen información personal. Por el momento, hasta siete gobiernos de la UE reconocen haber caído en estas trampas. Los piratas usan señuelos personalizados para dirigirse a altos funcionarios.