- El precio de los billetes se ha multiplicado por 5 o por 6 en un mes
- Si el Congreso rechaza el decretazo, “hay un plan B, C y D”, asegura Milei
- El presidente prepara un nuevo paquete de reformas legales y políticas
Uno de los puntos clave del paquete de recortes de gasto público puesto en marcha por el flamante presidente de Argentina, Javier Milei, es la eliminación de subsidios a servicios como el transporte público. El Gobierno ha prometido dar los detalles de ese recorte a partir del próximo 1 de enero, pero la patronal de las compañías de autobuses de Buenos Aires ya ha advertido esta semana de que el precio de un viaje se va a multiplicar por 6, de menos de 70 pesos a 400. Pero lo peor se está sintiendo ya en las zonas más alejadas de la capital, donde el precio ya se ha quintuplicado en lo que va de mes y el coste de viajar dos veces al día durante un mes ya supone dos tercios del salario mínimo.
Gerardo Ingaramo, presidente de la Federación de Transportadores de Pasajeros, puso sobre la mesa los números. Según relató a la cadena Somos Radio, el Gobierno les ha indicado que el recorte inicial será del 30% de las transferencias públicas que reciben. Esa bajada, unida al fuerte incremento del precio de los combustibles por la devaluación del peso, supondrá que el precio del billete deberá subir de los 53-72 pesos actuales (según la distancia) a unos 400 por trayecto para poder cuadrar las cuentas. Y se espera que esa cifra siga aumentando, porque el objetivo del Gobierno es eliminar la gran mayoría de esos subsidios para mediados del próximo año.
El efecto de esta incertidumbre es una reducción del servicio en la capital argentina, que esta semana se mueve solo al 70% de su capacidad y que podría caer al 50% tras la primera reducción de subsidios, a principios de año. Y si el recorte es total, como ha prometido el nuevo Ejecutivo, el billete podría subir a 800 pesos, advirtió Ingaramo.
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