Al oficializar la decisión de no entrar a los BRICS, Milei empieza a perfilar su relación preferencial con las potencias atlánticas sin romper por completo con China y Brasil. Los nexos con el nuevo Foro de Lima como contracara de Foro de Sao Paulo y Puebla
Al oficializar la decisión de no entrar a los BRICS el último viernes a través de una carta a los países fundadores, el Gobierno de Javier Milei puso en funcionamiento el giro que marca su alineamiento externo en términos políticos. Un golpe de timón que lo lleva a posicionarse, desde lo institucional, en el eje de las potencias atlánticas, tal como se preveía en la campaña.
Pero que además se completa, a nivel regional, con la diplomacia paralela de las fuerzas y referentes de la Nueva Derecha que buscan confluir en el llamado Foro de Lima, como contracara del histórico Foro de Sao Paulo y del más reciente polo progresista el Grupo de Puebla y donde la suerte de los libertarios cumple un papel esencial.
En muchos sentidos, la Argentina es un experimento ultraliberal. Dentro del Gobierno admiten que la velocidad que buscan imprimirle a los cambios no se ha intentado nunca antes en la región ni en el mundo. Y el humor social es una cuenta regresiva. Por eso también el país está en la vidriera de las fuerzas de la Nueva Derecha del mundo y, en particular, de América latina donde habrá elecciones clave en 2024.
Las expresiones de este campo apuestan a crecer electoralmente en México y Uruguay pero también incidir en Colombia, Chile, Perú y Bolivia durante los próximos tiempos. Lo que pase en Argentina, entienden, puede ser determinante como envión o no. Aunque este foro no esté constituido por partidos sino por referentes políticos, a imagen de Puebla, todos sus miembros comparten un mismo universo de ideas.
En simultáneo, la decisión de no ingresar a los BRICS que ya había sido anticipada tanto por el Presidente Javier Milei como por su canciller Diana Mondino, da por tierra una pretensión de la Argentina que inició con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y se completó, invitación mediante, en el de Alberto Fernández. Incluso Mauricio Macri -pese a su categórico rechazo en agosto último-, no rehusó participar de sus cumbres como Presidente y hasta disertar en términos positivos sobre la integración de los emergentes.
En el Gobierno de LLA, se insiste con la idea de una política exterior libre de sesgos ideológicos para describir su realineamiento. No obstante, la razón fundamental para autoexcluirse del foro que concentra a una cuarta parte del PBI global no encuentra otra explicación. La propia carta que Milei envió con su firma a los mandatarios de los cincos países miembros fundamenta la movida en el hecho «que muchos ejes de la política exterior actual difieren de la anterior» administración.
Y tanto la canciller Diana Mondino como el vocero, Manuel Adorni, subrayaron la idea que los BRICS son un bloque cuya línea exterior no comparte el gobierno libertario. Lo cual no deja de ser cierto. En otras palabras, a la Argentina de Milei no le resulta redituable en términos prácticos, rentable en lo geopolítico y coherente desde el punto de vista filosófico, verse asociada a un bloque cuya misma razón de ser, desde 2009, fue desafiar el statu quo de las potencias atlánticas, con Estados Unidos a la cabeza, a las que Milei quiere pertenecer. «Lo veo como una decisión basada en los valores liberales que no pueden convalidar un Estado autoritario como Rusia o uno totalitario como la China comunista. Una decisión movida por los valores de la filosofía liberal que ya había sido anticipada en la campaña. Hoy que la hegemonía de Estados Unidos está fuertemente disputada por el avance chino, uno tiene que elegir de qué lado alinearse«, expresa a El Cronista el politólogo y escritor Agustín Laje, referente de la Nueva Derecha en Argentina, en clara oposición a la línea del equilibrio de los gobiernos previos.
«No obstante, hay un componente práctico en esta decisión, motivada en el alineamiento de Milei con (el expresidente Donald) Trump en los Estados Unidos y atendiendo a que China se encuentra cómoda con Biden. En 2024 habrá elecciones en ese país y si Trump gana, y hoy las encuestas lo favorecen, será muy positivo para la Argentina por la afinidad que profesa el gobierno de Milei con él», añade Laje.
El expresidente estadounidense enfrenta hoy un fallo de la Corte Suprema de Colorado que le impide ser candidato por el delito de «insurrección», a raíz del ataque al Capitolio, entre otras causas que marchan en varios estados. El máximo tribunal a nivel nacional tendrá, eventualmente, la última palabra sobre su postulación.
Milei quiere mantener las relaciones bilaterales
La carta de Milei a los mandatarios de los BRICS, sin embargo, remarca que la intención del Presidente libertario no es cortar canales bilaterales. Todo lo contrario. Les asegura que se compromete a «la intensificación de los lazos bilaterales con su país, en particular el aumento de los flujos de comercio e inversión» y hasta expresa la intención de visitarlos en su tierra. Allí se percibe un acomodamiento discursivo con respecto a la estrategia de blancos y negros en la que Brasil era un bastión comunista.
Además de concentrar a 3.200 millones de consumidores, los BRICS incluyen, en términos particulares para la Argentina, a sus dos socios comerciales principales (Brasil y China), a la economía más grande el Mercosur (Brasil) -por donde pasa el grueso del intercambio intrabloque para el país- y a dos de los países con los que Argentina tejió asociaciones estratégicas integrales de múltiples niveles (China y Rusia) en la última década.
No es casual tampoco que la canciller Diana Mondino se haya apurado a designar a dos de los embajadores que ocuparan esas plazas: Daniel Scioli -que seguirá al frente de Brasilia- y el actual embajador en Trinidad y Tobago, Marcelo Suárez Salvia, que irá a Beijing. Ambos ya tienen los placet por parte de los gobiernos de Brasil y China, respectivamente.
Eso habla también de la voluntad de la contraparte de mantener los vínculos más allá de las diferencias políticas. El tiempo y los primeros pasos en la política exterior determinarán cuán elásticas son las estructuras comerciales y los intereses privados para sobrevivir a la falta de sintonía política. Con Jair Bolsonaro y Alberto Fernández en el poder, por caso, las ferias y misiones comerciales no se interrumpieron tras la llegada de Milei.
Si bien el motonauta hoy se encuentra en la Argentina a la espera del visto bueno del Senado en extraordinarias por tratarse de una designación política, no deja de mantener su teléfono activo con el otro lado de la frontera. Esta semana, sin ir más lejos, coordinó con el gobierno de Martín Llaryora y uno de los cónsules en Brasil la atención y traslado para una joven cordobesa que había sufrido un grave accidente.
Para Scioli será un déjà vu del inicio de su gestión en la que funcionó como puente entre dos gobiernos rivales desde sus miradas políticas pero a la inversa. «Es un piloto de tormentas», se limitan a describirlo, y aseguran que la relación ya está encauzada, a partir de gestiones que llevó adelante, con el principal internacionalista de Lula, Celso Amorim, el canciller Mauro Vieira, el embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli, y los ministros Guillermo Francos y Mondino.
Dentro del Palacio San Martín, se ve la mano conocedora de Faurie en la velocidad impresa a las movidas de embajadores de carrera, tanto los que se llamaron de regreso a la Argentina esta última semana -firma de decreto mediante-, como los que se posicionaron en áreas claves del organigrama y en misiones trascendentales para el perfil geopolítico que quiere construir Milei. El viernes se oficializó la designación de Daniel Raimondi, exvicecanciller de Macri, en la OEA, pese a que sonaba para desembarcar en Bruselas el último tiempo.
También la reintegración de Faurie y otros diplomáticos retirados como Ricardo Lagorio y Renato Carlos Sersale di Cerisano, en calidad de embajadores plenipotenciarios -artículo 21 de la Ley del Servicio Exterior- tiene su impronta. La elección de Suárez Salvia para China, exjefe de Protocolo de su gestión en el Palacio San Martín, es un gesto hacia la nación asiática de poner a una figura de carrera y estrecha confianza. No es el único: en extraordinarias también se incluyó el convenio que elimina la doble imposición tributaria con ese país, en beneficio de las empresas chinas. Un acuerdo que selló el entonces Presidente Macri en 2018.
También Mondino ya tuvo su primer contacto oficial con el representante de India en la Argentina, el embajador Dinesh Bhatia. Al igual que sucedió con las conversaciones de la canciller en Francia, durante su breve gira este mes, uno de los campos de interés de Nueva Delhi para desarrollar es el del litio. También hay interés indio por los ferrocarriles, los hidrocarburos y ampliar los alcances de su acuerdo con el Mercosur.
La construcción de una «Internacional libertaria»
Así como Macri supo tejer una alianza con José María Aznar y su Fundación FAES durante el primer golpe pendular en la región contra los gobiernos progresistas en la década pasada, también las fuerzas «patriotas, libertarias y conservadoras» quieren construir ahora un eje ideológico propio en torno al llamado Foro de Lima. La Argentina es el único país gobernado hoy por la Nueva Derecha, tras la salida de Jair Bolsonaro de Brasil en 2022. Y si bien La Libertad Avanza no participa como tal en su constitución, si hay nexos con diversos referentes libertarios.
En su tarjeta de presentación, el Foro de Lima -continuación del Grupo Lima 40 forjado hace unos años en respaldo al bloque antichavista que fundaron formaron los países renunciantes a la Unasur- busca posicionarse desde la contracara al viejo Foro de Sao Paulo que vinculó en a diversas fuerzas progresistas de Latinoamérica en los ‘90s. Más cercano en el tiempo, se definen como antagónicos con el Grupo de Puebla que acobijo a Alberto Fernández y los actuales líderes progresistas de Iberoamérica.
El Foro de Lima abraza lineamientos equivalentes a los que defiende el Foro de Madrid. Su titular Hermann Tertsch, europarlamentario de VOX vino a la Argentina para la asunción de Milei acompañando a su líder partidario, Santiago Abascal. Aquí aprovecharon para sesionar con referentes parlamentarios de la Nueva Derecha de Europa y América latina ese fin de semana, en el Hotel Emperador. Uno de los principales promotores de esta construcción política regional en la Argentina es Fernando Cerimedo, clave en la estrategia digital de Milei.
«Nace de la necesidad de que las derechas o los bloques patriotas no den más sus batallas culturales en forma aislada sino de amalgamarlos para dar la discusión pública y política. Nosotros estamos del otro lado de las recetas castro-chavistas que están capturando a las naciones, junto a la gente de bien que defiende el derecho a la propiedad privada y a la libertad de emprendimiento», le detalla Franco Warthon a El Cronista, fundador del Foro y nexo con su alma mater español.
Wharton también pasó por Buenos Aires donde mantuvo reuniones con los Bolsonaro, el chileno José Antonio Kast, Carolina Añez (hija de la boliviana Jeanine Añez) y referentes de otros países como la chilena Vanessa Kaiser o el actor y activista Eduardo Verastégui, quien aspira a representar a la escudería libertaria en los comicios aztecas de 2024. Apuestan a consolidar una red iberoamericana a modo de «tejido apartidista», centrada en torno a un comité ejecutivo y directores en cada país -en la Argentina figura Pablo Baragli, un analista financiero que se presenta en las redes con base en Nueva York- e influencers afines a las ideas que promueven.
Entienden que las redes sociales hoy permiten crear lazos, a través de foros virtuales, a una velocidad mucho mayor y a costos menores a lo que demandaba en el pasado. Y que ello puede contribuir a unificar un discurso para dar la batalla contra las ideas del progresismo y la derecha tradicional, en cada punto de la región, incluso, del otro lado del Atlántico. Pero todo ello debe sostenerse sobre resultados concretos: de ahí la relevancia que adquiere el devenir de la refundación liberal de Milei y la Argentina en sus planes.
Una opinión sobre “Giro al Atlántico, nexos comerciales y un realineamiento con la ‘internacional libe …”
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