El gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reabrió cuatro pasos fronterizos cerrados desde el mes de diciembre debido a la llegada masiva de migrantes irregulares procedentes de México, dos en el estado de Arizona, uno en California y otro en Texas.
Los primeros en abrir, desde las seis de la mañana del 4 de enero, han sido el paso peatonal de San Ysidro que une a la Unión Americana con Tijuana y Lukeville en el estado de Arizona. Una hora después, hizo lo propio el paso por el puente fronterizo de Eagle Pass en Texas, uno de los puntos más concurridos por migrantes que intentan pasar de manera irregular hacia los Estados Unidos. Por último, a las diez de la mañana, abrió la entrada peatonal de Morley en Nogales. Para los analistas, esta decisión revive la economía fronteriza, una de las más activas del mundo, pero hay otros sectores que se verán afectados.
«¿Quién gana? El comercio, ¿quién sigue perdiendo? Los migrantes», comentó Ramses Pech, asesor mexicano de energía y economía. Cree que no va a haber una resolución rápida para que todos los individuos que pidan un asilo pasen por la frontera.
«Los migrantes van a tener un gran inconveniente, sobre todo en la seguridad que puedan tener cuando transiten en México. Los perdedores son los migrantes y aquí vamos a tener que visualizar y cuidar mucho a los migrantes que estén en México en cómo va a ser su posicionamiento», añadió Ramses Pech.
Hay que destacar que entre los 3.152 kilómetros de frontera que existen entre México y los Estados Unidos hay 40 pasos fronterizos oficiales y se podría creer que al cerrar cuatro de ellos no afectaría sobremanera la macroeconomía, pero lo que sí se calcula es que el problema de la migración irregular no terminará ni se aliviará con cerrar o abrir pasos. La decisión de reabrir estos puntos surgió tras la disminución considerable de migrantes que llegaron a la frontera en un día con al menos 500 personas solo en el sector de Eagle Pass. Días anteriores la cifra se ubicaba cerca de los 4 mil migrantes.
Se supone que esta decisión de la Casa Blanca viene de los acuerdos logrados el pasado 27 de diciembre en la capital mexicana entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la delegación de alto nivel enviada por los Estados Unidos y encabezada por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. De los acuerdos no hay mayor detalle. Como dato adicional, esta medida se da horas después de la presencia de al menos 60 congresistas republicanos en la zona de Eagle Pass, quienes le exigieron al inquilino de la Casa Blanca medidas migratorias más firmes a cambio de respaldar la aprobación de recursos de emergencia para Ucrania.