Parece que el año que empieza inclinará la balanza europea hacia la derecha

El año 2024 se perfila como un periodo decisivo en el panorama político europeo, marcado por una serie de elecciones trascendentales.
Con más de 50 naciones alrededor del mundo preparándose para comicios, Europa y la Unión Europea enfrentan un momento crucial, tanto a nivel doméstico como internacional. Las elecciones son quizás la última oportunidad para reafirmar la estabilidad social de un bloque cada vez más endeble.

Uno de los eventos clave serán las elecciones al Parlamento Europeo, previstas para el 9 de junio de 2024. Serán decisivas, ya que la composición del próximo parlamento y sus eurodiputados determinará el futuro de muchas iniciativas políticas clave, como el apoyo a Ucrania, las decisiones presupuestarias de la UE, y la transición verde

La derecha parece jugar con ventaja de cara a estas elecciones; líderes como Geert Wildersen los Países Bajos y Tom Van Grieken en Bélgica están ganando popularidad, mientras que en Alemania, el partido Alternativa para Alemania (AfD) muestra un sólido apoyo en las encuestas.

En Italia, Giorgia Meloni ya lidera un gobierno conservador, y en Hungría, el destino del partido Fidesz de Viktor Orbán será crucial, especialmente con la presidencia de Hungría en el Consejo de la UE durante la segunda mitad de 2024.

Las encuestas recientes sugieren que el grupo de derecha Identidad y Democracia (ID) podría convertirse en la tercera fuerza más grande en el Parlamento Europeo, para contrarrestar las proyecciones que indican una mayoría progresista en el próximo parlamento. La conducta de voto de los eurodiputados del Partido Popular Europeo, de centro-derecha, será decisiva para el éxito del próximo periodo legislativo.

En el resto del mundo

Frente a este contexto, las elecciones estadounidenses de noviembre podrían ver el retorno del ex-presidente Donald Trump, lo cual podría complicar las relaciones transatlánticas y reforzar a sus aliados de extrema derecha en Europa, afectando potencialmente la alianza de la OTAN. Trump ya advirtió a Von der Leyen en 2020 que su Washington no respaldaría militarmente a Europa en caso de conflicto, posibilidad cada vez más real dada la situación en Gaza y en Ucrania.

En Portugal, se convocará a elecciones legislativas anticipadas el 10 de marzo, tras la renuncia del Primer Ministro socialista António Costa en medio de una investigación por corrupción. El Partido Socialista, bajo el nuevo liderazgo de Pedro Nuno Santos, enfrenta una competencia reñida con su rival conservador, el Partido Socialdemócrata. Además, el partido de derecha Chega está emergiendo como una fuerza significativa, desafiando así el tradicional sistema bipartidista de Portugal.

Bélgica realizará su elección federal el 9 de junio, coincidiendo con las elecciones europeas. El panorama político belga se caracteriza por un sistema de partidos fragmentado y complejos acuerdos de reparto de poder. Las encuestas indican un liderazgo variado para diferentes partidos en distintas regiones, con la posibilidad de que la actual coalición de siete partidos continúe gobernando. Sin embargo, el partido del Primer Ministro Alexander de Croo está perdiendo apoyo en Flandes.

En Austria, se espera una elección para el otoño que podría marcar un punto de inflexión debido a la creciente popularidad del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), de derecha. El apoyo al FPÖ va en aumento, especialmente tras su recuperación del escándalo de Ibiza en 2019.

Sus posturas en diversos temas, incluyendo las sanciones de la UE a Rusia y su postura anti-confinamiento durante la pandemia de COVID-19, han reforzado su atractivo entre los votantes de derecha.

Además, varios otros países de la UE, incluyendo Finlandia, Eslovaquia, Lituania, Islandia y Moldavia, celebrarán elecciones presidenciales. Y Portugal, Bélgica, Croacia, Austria, Georgia, Rumanía y el Reino Unido están programados para tener elecciones parlamentarias.