Los liberales europeos amenazaron con presentar una moción de censura a la presidenta de la Comisión si seguía desbloqueando fondos

a presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, compareció este miércoles en la Eurocámara de Estrasburgo con el agua al cuello debido a la amenaza de los liberales horas antes de iniciar una moción de censura contra ella si continúa desbloqueando fondos congelados a Hungría.

Von der Leyen quiso calmar las aguas asegurando que los fondos para Budapest estarán congelados «hasta que cumpla con las condiciones necesarias». Unas declaraciones enfocadas a tranquilizar a sus socios liberales ya que, por el momento, la administración Orbán está cumpliendo con los objetivos impuestos por Bruselas para obtener los miles de millones retenidos.

El pasado diciembre, la Comisión dio el visto bueno a las reformas judiciales planteadas por Hungría. Por otro lado, es un hecho que Orbán está usando su capacidad de veto en las relaciones con Ucrania para conseguir más ventajas. Esto podrá gustar más o menos a los liberales y la izquierda, pero se ajusta perfectamente a la ley europea y al funcionamiento mismo de las instituciones.

Es, precisamente, este tema el que motivó el debate sostenido en el Parlamento junto a las conclusiones del Consejo Europeo de los días 14 y 15 de diciembre de 2023-. Von der Leyen ha anunciado la preparación de la reunión extraordinaria del 1 de febrero de 2024, convocada por Charles Michel. El objetivo del encuentro es alcanzar un acuerdo entre los 27 países miembros sobre la revisión intermedia del actual Marco Financiero Plurianual 2021-2027.

En relación con el bloqueo del primer ministro húngaro a la revisión del MFP y a los 50.000 millones destinados a Ucrania durante la última cumbre, Von der Leyen ha asegurado que se han utilizado «todos los instrumentos disponibles para proteger tanto los valores como los intereses financieros de la UE». En cuanto a la financiación a Ucrania, explicó que 20.000 millones de euros permanecen congelados debido a preocupaciones sobre los «derechos LGBTIQ», la libertad académica y los derechos de asilo.

También subrayó la urgencia de lograr un consenso en la revisión intermedia del presupuesto europeo para abordar prioridades como la competitividad, la inmigración, el respaldo a los Balcanes Occidentales y garantizar la financiación a Kiev en los próximos cuatro años.

Bruselas no quiere que ningún plan se retrase por falta de apoyo económico -aun menos en periodo electoral-. Además, ha instado a la Unión Europea a seguir de cerca la situación política y a trabajar en sus propias reformas en preparación para una Unión con más de 30 Estados miembros. Lo que parecía un brindis al sol de Charles Michel ahora es una política real que no todos los Estados miembros ven con buenos ojos.