Robert Fico agregó además que Ucrania «no es país soberano» y se encuentra sometido a Estados Unidos
En una reciente entrevista con RTVS, radio pública de Eslovaquia, su nuevo primer ministro Robert Fico ha hecho gala de una retórica antiucraniana y declarado que Ucrania «no es un país soberano» que está «bajo la total influencia y control de Estados Unidos».
El contexto geopolítico de estas declaraciones es delicado; Fico se prepara para encontrarse con su homólogo ucraniano, Denys Shmyhal, en la ciudad de Uzhhorod el próximo miércoles.
Fico ha manifestado abiertamente su oposición a la adhesión de Ucrania a la OTAN, una posibilidad que se ha mantenido viva aunque distante desde la cumbre de Vilna de la alianza el verano pasado.
En la entrevista, afirmó que bloquearía cualquier intento de Ucrania de unirse a la OTAN, argumentando que esto sería «simplemente la base para la Tercera Guerra Mundial, nada más». Sin embargo, mostró una actitud menos restrictiva hacia la adhesión de Ucrania a la Unión Europea, siempre y cuando el país cumpla con los requisitos necesarios.
Este cambio en la política exterior de Eslovaquia se ha producido desde que Fico asumió el poder hace tres meses, tras un gobierno anterior que apoyaba firmemente a Kiev. Durante su mandato, Eslovaquia, un país que comparte una frontera de 60 millas con Ucrania, había sido un importante conducto y centro de reparación para el armamento occidental enviado a Ucrania, además de donar aproximadamente el 0.6 % de su PIB en ayuda bilateral a este país.
Pero en su campaña, Fico capitalizó el resentimiento popular contra los costos de la guerra y la inestabilidad que había provocado. Una vez en el cargo, ha mantenido su promesa de no proporcionar «ni una sola ronda» de ayuda militar adicional de los stocks eslovacos a Ucrania, aunque no ha bloqueado el tránsito de armas a través de su territorio ni la financiación de la Unión Europea para Kyiv.
Además de sus comentarios sobre la soberanía y la influencia estadounidense en Ucrania, Fico también ha calificado a Ucrania como «una de las naciones más corruptas del mundo». Propuso que Ucrania debería reconocer que no tiene sentido tratar de ganar la guerra y, en cambio, debería ceder territorio a Rusia. «Tiene que haber algún tipo de compromiso, que será muy doloroso para ambas partes», afirmó.
Eso no es todo; la retórica prorrusa se extiende por todo el gobierno eslovaco, ya que el ministerio de cultura del país ha reanudado la cooperación con Rusia y Bielorrusia. Esta cooperación había sido suspendida tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte del Kremlin en 2022.
Un portavoz del ministerio justificó esta decisión señalando que «hay docenas de conflictos bélicos en el mundo y, en nuestra opinión, los artistas y la cultura no deberían pagar el precio».