El histórico discurso del libertario argentino contiene cinco grandes verdades sobre el capitalismo y el socialismo.
El presidente argentino, Javier Milei, pronunció un destacado discurso en el Foro Económico Mundial de Davos el pasado 17 de enero de 2024. He recopilado y comentado algunos de los pasajes más importantes y significativos, que se resumen en cinco grandes mensajes cuyo impacto ha sido innegable a lo largo y ancho del globo.
Milei plantea cinco grandes tesis:
- Defiende que el capitalismo es la única receta efectiva contra la pobreza.
- Se posiciona en contra de la «justicia social» y la mentalidad de suma cero.
- Carga contra el socialismo, que nunca ha mejorado la vida de las personas y, para colmo, ha dejado 100 millones de muertos en el intento.
- Alerta de que Occidente está amenazado por las amenazas que se ciernen bajo las máscaras del socialismo moderno.
- Señala que empresarios deberían empezar a defenderse ante semejantes ataques.
Exploremos, pues, estos cinco mensajes de referencia.
Tesis 1: El capitalismo tumba la pobreza.
Milei comenzó su discurso realizando una revisión histórica y poniendo de manifiesto que sólo el capitalismo, un sistema que surgió hace unos doscientos años, ha brindado la oportunidad de escapar de la pobreza a una gran proporción de la población mundial.
Cuando se estudia el PBI per cápita desde el año 1800 al día de hoy, lo que se observa es que, luego de la revolución industrial, el PIB per cápita mundial, se multiplicó por más de 15 veces, generando una explosión de riqueza que sacó de la pobreza al 90% de la población mundial. No debemos olvidar nunca, que para el año 1800, cerca del 95% de la población mundial vivía en la pobreza más extrema, mientras que ese número cayó al 5 por ciento para el año 2020, previo a la pandemia. La conclusión es obvia: lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalismo de libre empresa, como sistema económico, es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia a lo largo y a lo ancho de todo el planeta».
El presidente argentino tiene razón: antes de que comenzara el capitalismo, el 90 por ciento de la población mundial estaba sumida en la pobreza extrema. Hoy, según las cifras del Banco Mundial, este porcentaje es el 8,5 por ciento. ¡Y lo mejor de todo es que el mayor descenso es el que ha ocurrido en las últimas décadas!
Tesis 2: Contra la «justicia social» y la mentalidad de suma cero
Con su intervención en Davos, Milei pretende dejar claro que la redistribución no es la forma de resolver los problemas de la sociedad. De hecho, considera que quitar a unos y dar a otros solo crea nuevos problemas. Los anticapitalistas piensan en términos de suma cero, puesto que creen que la tarta económica predefinida y que lo procedente es repartir las porciones de unos a otros, cuando el objetivo real debería ser el de seguir aumentando el tamaño de la tarta, para que todos puedan comer más y mejor.
Así lo explica:
«El problema es que la justicia social no solo no es justa sino que tampoco aporta al bienestar general. Muy por el contrario, es una idea intrínsecamente injusta, porque es violenta. Es injusta porque el estado se financia a través de impuestos y los impuestos se cobran de manera coactiva ¿o acaso alguno de nosotros puede decir que paga los impuestos de manera voluntaria? Lo cual significa que el estado se financia a través de la coacción y que a mayor carga impositiva, mayor es la coacción, menor es la libertad. Quienes promueven la justicia social parten de la idea de que el conjunto de la economía es una torta que se puede repartir de manera distinta, pero esa torta no está dada, es riqueza que se va generando en lo que Israel Kirzner llama un proceso de descubrimiento. Si el bien o servicio que ofrece una empresa no es deseado, esa empresa quiebra, a menos que se adecúe a lo que el mercado le está demandando. Si genera un producto de buena calidad a un precio atractivo le va a ir bien y va a producir más. De modo que el mercado es un proceso de descubrimiento en el cual el capitalista encuentra sobre la marcha el rumbo correcto».
Tesis 3: el fracaso y la miseria del socialismo
Se han probado muchas variaciones del modelo socialista en distintos países. El sistema de la Unión Soviética era diferente a la versión de Yugoslavia, el modelo de la RDA era distinto a la versión ensayada en Polonia, China y Albania no siguieron el mismo sendero que Rumanía, Venezuela lo ha desarrollado de manera diferente a Corea del Norte… Pero hay un denominador común: no hay ningún lugar en el cual el socialismo haya mejorado la vida de las personas. De hecho, más de 100 millones de personas murieron durante el siglo pasado como resultado de los experimentos socialistas. De esta cifra, 45 millones de personas perdieron la vida en China entre 1958 y 1962, a raíz del experimento socialista más grande de la historia humana, el llamado «Gran Salto Adelante» de Mao.
Milei trae estos hechos históricos a colación de la siguiente manera:
«Nunca debe olvidarse que el socialismo es siempre y en todo lugar un fenómeno empobrecedor, que fracasó en todos los países que se intentó. Fue un fracaso en lo económico; fue un fracaso en lo social; fue un fracaso en lo cultural. Y además asesinó a más de 100 millones de seres humanos».
Tesis 4: Occidente está amenazado por el nuevo socialismo
En mi opinión, la tesis más importante es la cuarta. El dirigente argentino avisa de que Occidente está amenazado por nuevas formas de socialismo. Milei aborda la objeción de que hoy, al contrario de lo que ocurría antaño, ya no se plantea la nacionalización de los medios de producción. Según su perspicaz comentario, esto ya ni siquiera es necesario hoy en día, puesto que el mercado libre está viéndose deformado de forma continua por la intervención gubernamental, una regulación excesiva, una tributación onerosa y todo tipo de políticas expansivas ejecutadas por los bancos centrales. Los medios de producción o los mercados inmobiliarios siguen bajo propiedad privada sobre el papel, pero de esa realidad solamente queda eso, un papel, porque en la práctica vemos que el supuesto propietario pierde cada vez más control y agencia sobre su activo, conforme el Estado le dice qué hacer (y qué no hacer) con sus bienes.
Estas fueron las palabras de Milei:
«Occidente, lamentablemente, ya comenzó a transitar este camino. Sé que a muchos les puede sonar ridículo plantear que Occidente se ha volcado al socialismo. Pero solo es ridículo en la medida que uno se restringe a la definición económica tradicional del socialismo, que establece que es un sistema económico donde el Estado es el dueño de los medios de producción. Esta definición debería ser, desde mi punto de vista, actualizada a las circunstancias presentes. Hoy los Estados no necesitan controlar directamente los medios de producción para controlar cada aspecto de la vida de los individuos. Con herramientas como la emisión monetaria, el endeudamiento, los subsidios, el control de la tasa de interés, los controles de precios y las regulaciones para corregir los supuestos «fallos de mercado», pueden controlar los destinos de millones de seres humanos».
Tesis 5: Los empresarios deberían empezar a defenderse
Es revelador que el discurso terminase con un llamado a los empresarios, que con frecuencia se pliegan de manera oportunista ante los discursos políticamente poderosos. Milei señala que los empresarios no deberían permitir las prácticas intimidatorias de los políticos. De hecho, opina que deberían sentirse orgullosos y empezar a defenderse de tales ataques.
Así concluyó la intervención del presidente argentino:
«Para finalizar, quiero dejarle un mensaje a todos los empresarios aquí presentes y a los que nos están pero nos están siguiendo desde todas partes del planeta. No se dejen amedrentar ni por la casta política ni por los parásitos que viven del Estado. No se entreguen a una clase política que lo único que quiere es perpetuarse en el poder y mantener sus privilegios. Ustedes son benefactores sociales. Ustedes son héroes. Ustedes son los creadores del periodo de prosperidad más extraordinario que jamás hayamos vivido. Que nadie les diga que su ambición es inmoral. Si ustedes ganan dinero es porque ofrecen un mejor producto a un mejor precio, contribuyendo de esa manera al bienestar general. No cedan al avance del Estado. El Estado no es la solución. El Estado es el problema mismo. Ustedes son los verdaderos protagonistas de esta historia, y sepan que a partir de hoy, cuentan con Argentina como un aliado incondicional».
Solamente añado una cosa más. En una de sus frases de despedida, Milei sentencia que, «el Estado no es la solución, el Estado es el problema». A mí me gustaría expresar eso mismo de forma ampliada, recuperando el título de uno de mis libros recientes, que viene a decir lo mismo: «El capitalismo no es el problema, es la solución«.