Cualquier forma de manipulación es contraria a las exigencias del periodismo”
Karin Silvina Hiebaum – International Press
¿Es actuar éticamente intentar manipular la opinión pública respecto a un personaje político que a nivel personal se considera que no actúa de forma moralmente correcta afectando a la comunidad?
Este es un aspecto delicado porque aquí no tienen cabida ni las “consideraciones” ni las presunciones morales ya que los periodistas debemos extremar el cuidado de no dictar cátedra sobre comportamiento moral. Distinto es si se descubre que un personaje político actúa en su vida privada violentando la ley o principios que proclama en su vida pública, una información que debe ser conocida por la opinión pública siempre y cuando sea veraz y comprobada y no una simple denuncia. Más aún si las acciones que se le cuestionan afectan a la comunidad. Se violenta la ética profesional y se intenta manipular la opinión pública cuando la información que se difunde responde a rumores o denuncias sin fundamentos y no se le permite al acusado entregar su versión.
Cualquier forma de manipulación es contraria a las exigencias del periodismo. Y si se trata de maniobrar informativamente para proteger a un personaje público dudoso, es aún más censurable. Al menos desde el periodismo, lo que corresponde es informar con la mayor objetividad posible. Otra faceta es la que pueda desarrollar quien se dedique a la comunicación política, pero creo que ni siquiera en esta circunstancia es viable deformar la verdad