La inmigración ilegal se ha convertido en un tema político candente en el camino hacia las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre
En un momento crítico para la defensa de Ucrania y un año electoral altamente polarizada en Estados Unidos, la frontera sur con México está siendo el epicentro de una crisis que amenaza con la derrota ucraniana frente a Rusia y la de Joe Biden ante Donald Trump.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, junto con otros 12 gobernadores republicanos, prometió desafiar a la administración Biden y mantener el control estatal de un punto crítico de la frontera de Estados Unidos con México «mientras sea necesario».
Abbott ha sido criticado por la Casa Blanca por las tácticas agresivas del Estado para disuadir a quienes cruzan ilegalmente la frontera, incluidas tropas, alambre de concertina y una barrera de boyas flotantes en el Río Grande.
El Gobierno de Biden ha sostenido que el control fronterizo cae estrictamente bajo la jurisdicción federal, pero Abbott ha desplegado a la Guardia Nacional de Texas en Shelby Park en la ciudad fronteriza de Eagle Pass, donde organizó una conferencia de prensa conjunta el domingo pasado.
«Podemos renunciar al control mañana mismo si Joe Biden diera un paso al frente y hiciera exactamente lo que estamos haciendo aquí y evitara que la gente cruce la frontera ilegalmente», dijo Abbott a los periodistas.
Tras el gobernador texano otros cuatro gobernadores hablaron en la conferencia de prensa: Bill Lee de Tennessee, Brian Kemp de Georgia, Greg Gianforte de Montana y Sarah Huckabee Sanders de Arkansas se turnaron para acusar a Biden de ser débil en materia de seguridad fronteriza.
La inmigración se ha convertido en un tema político candente en el camino a las elecciones del 5 de noviembre que probablemente enfrentarán nuevamente a Biden con el expresidente Donald Trump.
Un impacto que llega hasta Ucrania
El acalorado debate sobre la frontera sur condiciona el tema de Ucrania a pesar de que está en juego el futuro de la ayuda estadounidense al país y un potencial derrota de ese país ante Rusia.
Un texto bipartidista presentado el domingo que incluye 60.000 millones de dólares para Ucrania, 14.000 millones para Israel y una reforma del sistema migratorio estadounidense fue rechazado por el expresidente Trump.
«Sólo un idiota, o un demócrata radical de izquierda, votaría por este horrible proyecto de ley fronteriza que solo da una autoridad de cierre después de 5.000 interceptaciones diarias cuando ya tenemos el derecho de CERRAR LA FRONTERA AHORA, lo que debe hacerse», estimó el exmandatario en su red Truth Social.
«¡¡¡No sean ESTÚPIDOS!!! Necesitamos un proyecto de ley independiente sobre fronteras e inmigración», afirmó Trump en su mensaje, en el que pide que no sea vinculado «a la ayuda exterior de ninguna manera».
Para ser adoptado, este importante proyecto de ley debe ser aprobado por ambas cámaras del Congreso. Con los demócratas controlando el Senado y los republicanos la Cámara baja, sin el apoyo de los leales a Trump, el texto quedará en nada.
En dos años desde el estallido de la invasión rusa a Ucrania, el Congreso ha desembolsado más de 110.000 millones de dólares. Ahora muchos republicanos quieren cerrar el grifo.
Estados Unidos ha sido, de lejos, el principal apoyo militar del Gobierno de Kiev, pero liberó su último tramo de ayuda militar a finales de diciembre.
Trump afirma que si fuera reelegido en noviembre, resolvería la guerra entre Rusia y Ucrania «en 24 horas», sin explicar cómo exactamente lo hará.
Desde el comienzo de la guerra, el Kremlin apuesta por una disminución de la ayuda de Occidente, y cualquier vacilación de los aliados de Ucrania refuerza su idea de que ganará.