Sin importar la época del año, muchas personas se enfrentan a días laborales con muchísima carga emocional y de estrés. Por ello, es fundamental abordar el Síndrome de Burnout, un factor de riesgo que surge principalmente en el ámbito laboral. Qué es este síndrome y cuál es la importancia de prevenir e intervenir en esta problemática que afecta a numerosas personas.
El Síndrome de Burnout, también conocido como síndrome de desgaste profesional, ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un riesgo laboral desde el año 2000. Este síndrome surge en el trabajo, pero termina afectando la calidad de vida y la salud mental de quienes lo padecen.
«La definición más acertada que tenemos de este síndrome es la que lo describe como una forma inadecuada de afrontar el estrés crónico, cuyos rasgos principales son el agotamiento emocional, la despersonalización y la disminución del desempeño personal», menciona Gustavo Lase, Director de Administración y Finanzas de OSPEDYC.

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Y agrega: «Existen una serie de causas que provocan la sensación de agotamiento que pueden ser: el trabajo bajo presión constante, los vínculos tóxicos entre colegas y/o superiores y trabajar más horas de las recomendadas. Para abordar estas causas, es esencial cultivar relaciones sanas, practicar la escucha activa, tener la valentía de plantear temas difíciles, demostrar empatía y buscar un equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida social. Estas acciones pueden contribuir significativamente a promover un ambiente laboral más saludable y a prevenir el desarrollo del síndrome de burnout», explica el profesional.

Factores que causan el burnout
Cansancio o agotamiento emocional: manifestado por una pérdida progresiva de energía y fatiga.
Despersonalización: se observa un cambio negativo en las actitudes hacia otras personas, con aumento de irritabilidad y pérdida de motivación, generando distancia y hostilidad.
Abandono de la realización personal: el trabajo pierde valor que tenía para la persona, con respuestas negativas hacia sí mismo, baja productividad, incapacidad para soportar presión y percepción de inadaptación profesional.

Prevención
Existen una serie de estrategias para poder prevenir esta afección en el ambiente laboral como, por ejemplo:
Brindar información sobre el síndrome, sus síntomas y consecuencias.
Asegurar condiciones laborales propicias para el diálogo y trabajo en equipo.
Diseñar e implementar talleres de liderazgo y habilidades sociales para autoridades y empleados.
Llevar a cabo cursos de inducción y ajuste al puesto para nuevos ingresos.
Anticiparse a los cambios brindando talleres anticipatorios para enfrentar cambios.
«Es fundamental saber que el abordaje integral, desde la prevención hasta las intervenciones específicas, es esencial para proteger la salud mental en el entorno laboral y mejorar la calidad de vida de todos los profesionales en cualquier ámbito en donde se desempeñe la tarea», finaliza Gustavo Lase.