El embajador de Estados Unidos está de visita en la provincia de Santa Cruz y se reunió con el gobernador Claudio Vidal en su despacho. Hablaron de la actualidad nacional y de las posibilidades de desarrollo de la provincia, con el foco puesto en la producción y la energía.
El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, recibió hoy al embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, con quien mantuvo una reunión por más de 3 horas.
“Fue una charla profunda”, afirmó el mandatario patagónico. “Le conté nuestro proyecto de desarrollo, nuestras ganas de crecer, nuestro amor por la producción, el trabajo y el valor de la educación”, expresó.
Stanley llegó pasadas las 18:30 acompañado por un reducido equipo de colaboradores y extendió más de lo previsto su estancia en la capital provincial.
Vidal lo recibió en su despacho y rápidamente inició la conversación, que giró alrededor de la actualidad nacional. En ese momento, en el Senado promediaba el debate previo a la votación que rechazaría el DNU 70 del Poder Ejecutivo nacional.
El representante norteamericano escuchó con atención las ideas del gobernador, que profundizaron sobre “la imperiosa necesidad de generar opciones de empleo privado, a través del desarrollo productivo, industrial y energético”, según describió el propio Vidal.
El santacruceño destacó que “fue un encuentro muy interesante, tuvimos una charla profunda en la que pude contar cómo vivimos en Santa Cruz, cuáles son nuestros proyectos y cuáles son las posibilidades de inversión extranjera que confluyen con esos proyectos. Ya me he reunido con representantes de distintos países y a todos les expreso las mismas ideas, tenemos los brazos abiertos al mundo para crear las condiciones de desarrollo que le den felicidad y prosperidad a nuestro pueblo”, concluyó.
El gobernador Claudio Vidal ha mantenido encuentros con representantes de Israel, Rusia, Alemania, España, Brasil, China y Emiratos Árabes, entre otros.
En la despedida abundaron los presentes. Del lado norteamericano, Vidal recibió una moneda que Stanley describió de una manera muy particular. “Tiene dos caras” resaltó, y luego profundizó su concepto. “Muchos miran solo un lado de la moneda y siempre hay que mirar el otro”, tras lo cual giró el metal, que en una cara tenía el escudo de los Estados de la Unión, y en la otra la bandera argentina. En un castellano dificultoso, pronunció la palabra “amistad”. Completó sus regalos con un termo y un libro de cocina norteamericana.
Por su parte, Vidal le entregó una réplica de una piedra grabada de la cueva de las manos, bromeó con la existencia de los guanacos y le entregó una canasta con productos regionales.