Argentina, Bolivia y Brasil mantienen intensas negociaciones sobre la compraventa de gas natural.

Ante la disminución de las reservas bolivianas, Brasil pretende aumentar las importaciones desde Argentina, que tiene grandes volúmenes disponibles procedentes de la formación Vaca Muerta.

Sin entrar en detalles, el Ministerio de Minas y Energía de Brasil, MME, dijo a BNamericas a través de su oficina de prensa que existen dos principales rutas entre los países que se están evaluando.

Según diversos expertos, la ruta natural aprovecharía la infraestructura que hay entre Bolivia y Brasil para trasladar gas desde Argentina.

En este caso, Bolivia sería un agente midstream y cobraría una tarifa por tránsito. Sin embargo, los bolivianos, cuyas finanzas públicas están algo delicadas, habrían rechazado esta propuesta porque pretenderían revender gas argentino a Brasil y así tener un mayor control y ganar más dinero.

El problema para Brasil es que esta opción claramente implicaría mayores gastos.

Para Mauricio Medinaceli, exministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual consultor en energía, la comercialización es más atractiva para Bolivia, ya que se podría realizar un intercambio de gas natural y así ahorrar en transporte.

Este intercambio apunta a recibir gas natural en el sur del país y despacharlo desde los campos de Santa Cruz hacia Brasil, dijo Medinaceli a BNamericas.

También se llevan a cabo conversaciones para redirigir parte del gas boliviano contratado por la petrolera nacional brasileña, Petrobras, hacia Argentina durante la temporada invernal, cuando aumenta el consumo.

Otra pieza clave del rompecabezas es el proyecto de reversión de flujo que se ejecuta en el Gasoducto Norte de Argentina. Se trata de una iniciativa en beneficio del gas que proviene desde Vaca Muerta, en la cuenca Neuquina, hacia el noroeste de Argentina.

El objetivo inicial de esta nación es sustituir las menguantes importaciones desde Bolivia a partir del segundo semestre y mantener el flujo de gas en jurisdicciones tradicionalmente abastecidas desde la nación andina.

Ezequiel Artola, socio de la oficina en Argentina del estudio jurídico internacional Baker McKenzie, dijo a BNamericas que el proyecto de enviar gas natural de Vaca Muerta a Brasil existe desde hace tiempo.

«Si bien los países terminarán tomando una decisión comercial, también hay desafíos técnicos que superar con un tiempo limitado por delante, como la reversión del Gasoducto Norte, que finalmente parece contar con el apoyo del actual gobierno [argentino]», señaló.

Una segunda fase del gasoducto Néstor Kirchner, en caso de construirse, ayudaría a transportar mayores flujos de gas desde Vaca Muerta hacia el norte.

Una fuente del mercado energético argentino dijo que la ampliación de la infraestructura de gasoductos entre Uruguaiana y Porto Alegre, en el estado brasileño de Rio Grande do Sul, o entre Montevideo en Uruguay y Porto Alegre es una opción factible a mediano plazo.

Tales soluciones requerirían la construcción de la extensión, la reversión del ducto en Brasil y mejoras como una mayor presión para llegar al estado de São Paulo, el principal centro de consumo nacional.

«Esto requeriría grandes inversiones y transportistas privados dispuestos a comprometerse con contratos a largo plazo», dijo la fuente a BNamericas bajo condición de anonimato.

En el mediano y largo plazo, las negociaciones entre Argentina, Bolivia y Brasil podrían verse afectadas por un eventual aumento de la capacidad de licuefacción de gas de Argentina para vender GNL a Brasil.

Pero también es una operación compleja, teniendo en cuenta el elevado gasto de capital necesario y el hecho de que, de las ocho terminales brasileñas de GNL, apenas cuatro están conectadas a la red nacional de gasoductos. Las otras básicamente venden gas a centrales eléctricas cercanas.

El proyecto de licuefacción más avanzado de Argentina es planificado por la estatal YPF y la malasia Petronas con un costo aproximado de US$10.000 millones. Pero incluso si la decisión final de inversión se toma en 2025, todavía quedaría un déficit que Brasil debería cubrir.

Para el CEO de la consultora NatGas E, Márcio Balthazar, no tiene sentido que el gas argentino salga de Vaca Muerta, entre a Bolivia y regrese al sur de Brasil.

«Le veo más sentido al suministro desde Argentina vía GNL a través de contratos flexibles», dijo a BNamericas.

Uno de los retos es lograr que Argentina se comprometa con despachos permanentes de gas, de conformidad con los contratos que lleguen a firmarse, considerando su turbulento escenario político, económico y regulatorio, junto con los marcados cambios estacionales de su consumo.

«Los compradores de gas deben estar seguros de que el abastecimiento se hará según lo contratado. Antes [de la apertura del mercado gasístico en Brasil], Petrobras resolvió todo», afirmó Balthazar.

Otro tema importante son los avances en el gasoducto Subida da Serra, en el estado de São Paulo. este se conectará con la nueva terminal de GNL de Compass Gás e Energia en Santos. «En la medida en que este proyecto posibilite abastecer a [la distribuidora de gas de São Paulo] Comgás, comenzarán a desplazarse algunas fuentes tradicionales de suministro, incluso en Brasil», agregó Balthazar.

Según Vinicius Romano, vicepresidente de investigación de gas y GNL de Rystad Energy para América Latina, exportar gas argentino a Brasil tiene lógica para ambos países en términos económicos.

«Este es un acuerdo que se puede cerrar con solo actores del mercado, desde la producción, las inversiones en el segmento midstream hasta el compromiso de comprar en el mercado de consumo. El papel de los gobiernos en este negocio puede ser tan simple como garantizar condiciones regulatorias estables», dijo a BNamericas.

PAPEL CLAVE DE ARGENTINA

El director de commodities y trading, Marcos Paulo Ferraz, de Interco Trading, destacó que se espera que el escenario del gas argentino cambie al tender hacia una liberalización total.

«Argentina va a jugar un papel clave en el mercado brasileño de gas natural y gas licuado de petróleo [GLP]», dijo a BNamericas.

El ejecutivo señaló que la empresa ya tiene acuerdos con proveedores argentinos para abastecer de GLP a la región sur de Brasil.

La empresa también ha llevado GLP desde Argentina hasta el puerto de Suape, en el estado de Pernambuco, y ahora participa en un proyecto en Belém, en el estado de Pará.

«El problema hoy es la artificialidad de los precios de Petrobras, ya que el GLP tiene una brecha enorme con relación al precio de paridad de importación. Hay una falta de claridad sobre lo que va a pasar», planteó.

Brasil interna alrededor de 2 millones de toneladas de GLP al año, lo que equivale al 20% de la demanda, y Petrobras —que domina la refinación en el país— es el principal proveedor del mercado interno.

CIFRAS DEL GAS EN BRASIL

Según los últimos datos proporcionados por el MME, Brasil importó un promedio de 15,4 millones de metros cúbicos al día (Mm3/d) de gas desde Bolivia entre enero y octubre de 2023 y nada desde Argentina en el mismo período, mientras que las internaciones de GNL promediaron 940.000m3/d.

El último año en que Argentina suministró gas a Brasil fue 2021, cuando las importaciones desde el país vecino promediaron 180.000m3/d.

La producción brasileña de gas registró una media de 148Mm3/d entre enero y octubre de 2023, pero solo 47,3Mm3/d se pusieron a disposición del mercado, después de la reinyección, pérdidas, el consumo en plataformas de producción y la absorción en las unidades de procesamiento de gas natural.

La demanda local en el mismo período promedió 61,3Mm3/d, de los cuales alrededor de 40Mm3/d se destinaron al sector industrial.

El consumo desde el gasoducto entre Bolivia y Brasil Gasbol registró una media de 320.000m3/d entre enero y octubre.